Los malos
Hoy los buenos son los que piensan como tú, y los malos los que no piensan como tú. En España, además, esto viene de una tradición de siglos
El pistolero Wilson (Jack Palance) llega al pueblo dominado por el terrateniente Ryker y su hermano con el fin de matar al granjero Starrett (Van ... Heflin) y, sobre todo, a Shane (Alan Ladd) defensor inesperado de éste y su familia. En las mentes de los jóvenes que teníamos en el cine la mejor referencia sobre dónde estaba el bien y dónde el mal, parecía claro quién era el bueno y quién el malo. Como lo supimos cuando el coronel Nicholson (Alec Guinness) encabezaba un grupo de prisioneros en las selvas de Birmania, enfrentándose al comandante japonés Saito (Sessue Hayakawa) por el cumplimiento del Tratado de Ginebra. Sin embargo, recordarán, ambos se unieron para construir un puente sobre el río Kwai. Allí advertimos otros ingredientes en el comportamiento humano, como la solidaridad, el sentido del deber, el honor, que tamizaban de manera admirable una simple disputa entre buenos y malos.
La oposición entre el bien y el mal viene de la Biblia. Adán y Eva, almas puras en donde las haya, que vivieron en un increíble y aburrido limbo en el que no daban palo al agua, llegaron a ser vencidos por el demonio que les hizo comer de la fruta prohibida. La pareja representaba el bien hasta que llegó el malo para que los echaran de Paraíso. Luego vendrían los hijos, Caín y Abel; esos sí que empezaron la tradición de buenos y malos que ha condicionado la historia del hombre.
Hasta hoy. Hoy los buenos son los que piensan como tú, y los malos los que no piensan como tú. En España, además, esto viene de una tradición de siglos. En 1885, el líder de los conservadores, Antonio Cánovas del Castillo, y el de los liberales, Práxedes Mateo Sagasta, firmaron un acuerdo por el cual se alternaban en el gobierno de la Monarquía. Llegaron a ser íntimos amigos. Eso sería impensable hoy, a la vista está. El malo de ahora es el que más cosas malas hace, por ejemplo, mentir; pero también en ese punto no habría acuerdo. Malo malo es uno que anda por ahí, entre bambalinas, capaz de que a una villanía (defraudar a Hacienda) se le pueda dar la vuelta y convertir como culpable al fiscal, en un auténtico ejercicio de maldad.
Para malos, esos que vienen haciendo del embuste su ley, encabezados por un tal Elon Musk
Pero para malos actuales, los que hacen guerras en las que mueren miles y miles de inocentes que pasaban por allí. Un tal Putin, originario de San Petersburgo, tiene, como Jack Palance, el gatillo fácil. Lleva años en su empeño de darle un escarmiento a Ucrania. Al margen de las razones que tenga para ello, es causante de la primera gran guerra occidental del siglo XXI, basada, como en los peores conflictos, en la invasión a un país fronterizo.
Y qué me dicen ustedes de un tal Benjamin Netanyahu, natural de Tel Aviv, presidente de Israel, país que, si bien sufrió el ataque de Hamás el último día de la fiesta hebrea, en octubre de 2023, no sólo repelió esa maniobra terrorista, sino que siguió dándole capones a los palestinos, de la edad, sexo y condición que fuere. Ni escuelas ni hospitales ni mercados se libraron del furor judío. Incluso cuando aconsejaba que se fueran al sur porque los ataques irían al norte, atacaba el sur; y viceversa. Hay que ser malo para llevar a cabo tanta atrocidad como desplegó y desplegará, a pesar de las recientes noticias de alto el fuego.
El tercer malo que me viene a la mente tiene apariencia de malo de opereta, aunque sus primeras ideas, antes incluso de tomar posesión de su cargo, anuncian una maldad de muchos kilates. Me refiero al neoyorquino Donald Trump, con una carrera empresarial fulgurante, que le llevó a ser una de las grandes fortunas del mundo. No contento con eso, quiso gobernar su país, y lo gobernó. A pesar de alentar un hecho tan deleznable como el asalto al Capitolio, sus conciudadanos le han otorgado la confianza por segunda vez. Y si antes quiso gobernar su nación, ahora quiere hacerlo del mundo. Su biblia es la mentira: hispanos que comen mascotas, México que manda violadores, número de refugiados sirios que sobrepasa a los sirios censados, insultos a las mujeres (ésta si es buena: ¡las viola!), y tantas otras trolas que indican que su gobierno será el mejor 'unreality-show' de la historia.
Pero para malos, esos que vienen haciendo del embuste su ley, encabezados por un tal Elon Musk, a los que siguen una corte de diablillos fuleros. Dios nos pille 'confeaos'.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión