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El capuchón

La mayor parte de los extravíos son ropas: camisetas y gorras, primero, sin que se queden atrás los paraguas, libros y llaveros. Mi especialidad son los paraguas

Domingo, 8 de junio 2025, 07:19

No me digan que nunca se les ha perdido algo. Quien más y quien menos ha echado en falta un lápiz, una nota en la ... que había apuntado que se necesitaba café o papel de cocina, un calcetín o cualquier otra prenda de vestir. La propia billetera es muy dada a esconderse en lugares desconocidos, aunque las más veces es que la hemos dejado en donde no solemos hacerlo. Ese es el principal motivo de los olvidos: dejar cosas en sitios nada habituales. Cuando algo de esto pasaba en mi casa, quiero decir, en la casa de mis padres, mi madre rezaba una oración a San Antonio, que, además de ser un santo casamentero, no sé cómo obraba el milagro de que aparecieran objetos perdidos. Por supuesto que no lo recuerdo bien, ¡hace tantos años!, pero sí había cosas que surgían sin saber por qué. Lo de San Antonio de Padua como patrón de efectos perdidos viene, al parecer, de que un novicio de su monasterio robó un documento muy querido en la orden. San Antonio rezó pidiendo que ese pliego apareciera, y lo que pasó es que el frailuco ladronzuelo recapacitó y lo puso donde lo había cogido. O sea, que no hubo milagro, aunque lo pareciera.

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