Estupidez y maldad

Centro Cultural Las Claras. Acudo a ver la Suite Vollard, llena de tensión, erotismo, agresividad y de esa fuerza de la naturaleza que era Picasso - ... energía, don de los dioses, que decía Patricia Highsmith-. Junto a los dibujos, una pared aparece blasonada por una frase del propio pintor: «El propósito del arte es lavar el polvo de la vida cotidiana de nuestras almas». Siempre que no le corten las alas, claro, digo yo. Porque esta misma muestra, con su erotismo impetuoso, casi violento, y el propio pintor dibujándose como un toro bullente a punto de estallar, no sé cómo hubiera sido recibida en nuestros días tan tibios y desnatados. Es lo que tiene la era de lo políticamente correcto, cuya última ocurrencia fue censurar los textos de Roald Dahl para sustituir las palabras desconsideradas o malsonantes, como gordo por enorme. Lo que nos faltaba, no ya censurar, sino reescribir, que es peor, porque se trata de decir algo diferente de lo que ha querido decir el autor. Así que no son retoques decorativos, sino estúpidos: no es una operación de cirugía estética, sino un ejercicio de bobería en toda regla. La propia editorial ha dado marcha atrás tras la tromba de críticas y va a reeditar al autor, pero de dos formas, la original, donde gordo es gordo, y la 'modernizada', donde gordo ya no es gordo, sino enorme. Y es que ya estamos un poco hasta la coronilla y el que más y el que menos coincide en que es suficiente. La pregunta, llegados a este punto, no es si estamos de acuerdo con el revisionismo naif que padecemos, sino ¿quién lo para? Y es que la estupidez humana es enorme, como la maldad. 'Pay de Limón' es un perro mexicano que camina auxiliado por prótesis. Leo que lidera el concurso 'La mascota favorita de América' a un mes del fin de las votaciones. Parece una historia de ribetes folclóricos, pero no lo es. Al parecer, los cárteles de la droga utilizan a los animales para ensayar las torturas que probarán en humanos. A 'Pay de Limón' le cortaron los dedos de las patas delanteras cuando tenía un año. Lo fueron haciendo uno a uno, primero una pata y luego la otra, hasta que tiraron al animal exangüe y moribundo en un basurero. Hoy 'Pay' tiene 13 años y está feliz y sano, dicen en la protectora, tras muchos años de terapia y esfuerzos denodados por recuperar la confianza en los humanos. Ya lo decía Oscar Wilde: todos llevamos dentro el cielo y el infierno. Lo que no decía es que unos llevan dentro más cielo y otros más infierno.