Querido presidente: Soy una de las 16,3 millones de personas que te siguen en Instagram donde cada mañana con el primer café te busco. ... Hay días que solo necesito mirarte a los ojos en la última foto compartida para saber que sigues firme en tu sueño de esperanza y libertad que también es el mío; otros, me apoyo en el servicio de traducción para saber qué escribes: «Ucrania era hermosa, pero ahora será grande porque esa es nuestra gente», posteaste hace unos días. Y qué razón tienes y qué lección de dignidad y vida nos dais a diario tú y los tuyos con la que callar a todos los que desde sus cómodos sofás aconsejan sin vergüenza alguna que lo mejor es rendirse. Seguro que eso fue lo que calculó Putin que harías y por eso se lanzó a esta guerra contra tu «gobierno de neonazis y drogadictos» que pensó finiquitar en un par de días. Te creyó tan solo un bufón que protagonizaba series de televisión y ganaba concursos de baile y has demostrado ser un rotundo e inesperado líder que ha conseguido frente a todo pronóstico empantanar su ofensiva. Qué gran error de cálculo y qué gran fracaso para Rusia.
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Cuando en mayo de 2019 conseguiste por amplia mayoría y sin experiencia política alguna arrebatar la presidencia al veterano Petro Poroshenko yo vivía en Colombia, miraba a Europa de reojo y tu victoria, convertida en carcajada para muchos, me pasó desapercibida. Pero desde que estalló esta maldita guerra sigo tus pasos con lupa, leo todo lo que de ti se escribe y ahora sé que el día que ganaste las elecciones dijiste: «Os prometo que no os decepcionaré». Y así ha sido. Tras las primeras bombas, y para acallar a todos los que te acusaban de haber huido, grabaste un vídeo: «Estoy aquí», dijiste. Y allí sigues, en algún lugar de Kiev, dando un ejemplo al mundo de valentía, resistencia y auténtico liderazgo político. Estados Unidos se ofreció a sacarte del país: «La lucha está aquí, lo que necesito es munición, no un viaje» contestaste a los gringos.
Un ciudadano cualquiera elegido presidente de Ucrania, ese es el argumento de la profética serie de televisión 'Servidor del pueblo' que tan famoso te hizo. Una macabra jugada del destino ha querido que enfrentes ahora el papel de tu vida enredado en un reparto dirigido por Putin que te ha declarado objetivo número uno. Y tú, en vez de abandonar la película, como sospecho hubieran hecho muchos de los que se hacen llamar políticos y alardean de llevar las riendas del mundo, has decidido quedarte y sufrir con los que sufren. Gloria a Ucrania y mi admiración absoluta, presidente Zelenski.
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