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Carta abierta al TSJ de la Región de Murcia

No caigan en la trampa de los intereses económicos con la complicidad de políticos y estén al servicio de la gente

Sábado, 10 de octubre 2020, 02:14

Cansa seguir luchando por el derecho constitucional y el Derecho Humano a la vivienda, después de muchos años de compartir tantos sufrimientos de familias que fueron desahuciadas de sus casas, de sus hogares con motivo de la crisis económica, provocada por la estafa financiera. Un desgarro inmenso de padres y madres, que no sabían explicárselo a sus hijos; hijos que no entendían la marcha de su vivienda, dejar su colegio, dejar a sus amigos. Me decía una madre: «Mi hijo me ha preguntado por qué nos vamos y yo con una sonrisa, sacada de no sé dónde, le decía que vamos a un sitio mejor, sabiendo que es mentira. Nos vamos con mis padres y no tenemos sitio suficiente. ¿Qué digo cuando me diga que esta casa es peor y por qué no nos volvemos?». Me imagino que esta madre después iría al servicio a llorar amargamente para que sus hijos no la vieran ni la escucharan. También compartimos momentos de alegría cuando se conseguía la dación en pago y el alquiler social. Podían reiniciar sus vidas.

Una situación empeorada por los lanzamientos por falta de pago de alquiler, a los que se ha sumado que los bancos y sus inmobiliarias están mandando cartas diciendo que no renuevan el alquiler social, indicándoles que, si siguen pagando, después de la finalización del contrato, se considerará como indemnización por ocupación indebida, terminando la carta con un cinismo impresionante: «Le agradecemos su colaboración y esperamos que haya disfrutado de una estancia agradable en nuestra vivienda».

Mi experiencia me indica que a la gente le da vergüenza no pagar, verse en una situación de desahucio, sin olvidar que esa situación se da al final de un proceso de empobrecimiento, donde muchas familias no pudieron hacer frente a los gastos, teniendo los frigoríficos vacíos y sus hijos pasando a esa estadística que dice que el «25% de la infancia está en desnutrición». Recuerdo que una maestra me comentó, en cierta ocasión, que una niña llevaba siempre dos bocadillos, uno para ella y el otro para su amiga del alma, que nunca llevaba un bocadillo. Esta situación se agravó y se hizo permanente, porque se ha establecido un sistema socioeconómico basado en la precariedad laboral, en un sueldo de miseria, y se le unió la subida de alquileres. La gente necesita una casa y cuando no puede pide ayuda. Si no le podemos ayudar, se suele meter en un piso de un banco o fondo buitre. Es duro cuando te llaman y te dicen que tienen orden de desahucio, que están buscando desesperadamente, que nadie les alquila, que Servicios Sociales no tiene vivienda, que tienen dos hijos y que podrían pagar un alquiler máximo de 300 euros; y te llaman para preguntarte si conozco a alguien que pueda alquilarle por ese precio y mi respuesta es que preguntaré, que le voy a acompañar y un ¡Dios mío! silencioso, porque no voy a encontrar nada.

La gente quiere vivir pagando sus deudas y vivir tranquila. Ya sé que alguien dirá: «Pues yo conozco a alguien que tiene mucho extranjero» y le suelo responder que yo también. Ya sé que alguien me dirá que hay mafias y yo le diré que conozco algunas; incluso le diré que he tenido algún encuentro muy desagradable. Pero les digo que hay una inmensa mayoría que ha sido abandonada a su suerte, que ha sido pisoteada por la especulación y los fondos buitres depredadores.

El consejero José Ramón Díez de Revenga se reunió con la Fiscalía y el TSJRM. La reunión era para tratar de las ocupaciones y en boca del consejero Díez de Revenga era «para que la acción de la justicia se efectúe de forma más ágil y efectiva posible».

Me gustaría que la respuesta del TSJRM hubiera sido:

«Nos preocupa la campaña que existe para identificar allanamiento de morada con ocupación. Hay leyes suficientes que protegen a los moradores y sería bueno que los partidos políticos no jugaran con estas cuestiones. Si alguien entra a tu casa, se les detiene y se les juzga. Sabemos de esas ocupaciones de mafias, pero también sabemos que muchas familias que no han encontrado una respuesta de la administración, toman la decisión, que es ilegal, de ocupar una vivienda de un banco, para tener un cobijo para sus hijos. No queremos hacer de villanos, aplicaremos las leyes, pero no nos pidan que seamos insensibles. Apliquen ya la Ley de Vivienda que ustedes mismos aprobaron y cometen la ilegalidad de no cumplirla. También sería necesario que se dotaran de un parque de vivienda suficiente para el alquiler social. Estamos ante un problema social, más que legal».

Seguimos luchando para que las familias tengan un hogar, a pesar del cansancio, del silenciamiento y de la debilidad de las PAH. Para terminar, quiero recordar a los jueces y juezas la parábola del trigo y la cizaña, donde por cortar la poca cizaña, querían cortar también el abundante trigo. No caigan en la trampa de los intereses económicos con la complicidad de políticos y estén al servicio de la gente, de esa gente que se puede ver en la calle con sus hijos. Ayúdenles desde la magistratura. Yo, desde mi fe en el Dios de Jesús, estaré con estas familias.

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