Borroso en Bolivia
Un país deslumbrante de principio a fin, pero oscurecido por la codicia
Evo Morales entró en 2006 en la historia al ser el primer indígena en presidir el Gobierno de Bolivia, pero su perfil se ha desdibujado ... con el paso del tiempo hasta quedar en algo borroso. Bolivia es un país deslumbrante de principio a fin, con la diversidad como punto fuerte (además del castellano hay otras 36 lenguas oficiales, que se corresponden con los idiomas de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos). Sin embargo, esta región de América vive en un inalterable estado de turbidez, una nebulosa donde la corrupción y la violencia se han agravado atrevidamente. Ese gris que hoy lo cubre todo, el de la ceniza y el acero, no es el color que define su carácter. La renuncia al poder de Evo tras 13 años en el butacón y su postinera huida a México, que se ofreció a darle asilo, son capítulos de un libro que ya estaba borroneado, y en el que, además, hay páginas arrancadas. Poco a poco iremos conociendo, como en una novela, nuevas tramas y personajes en esta embrollada historia. Evo halló cobijo en un lugar seguro, desde el que sigue teniendo el micrófono para proyectar mensajes y llamadas a ese mismo pueblo que acabó machacando.
Una amiga boliviana, aymara como Evo, me hizo saber estos días su indignación: «Somos gente cansada de poderes totalitarios que solo coartan todo tipo de libertades poco a poco, hasta que aprendes a vivir con ellos. Nosotros nos resistimos, pero implica muchos sacrificios aquí». El MAS (Movimiento al Socialismo) de Evo ya no gobernaba para el pueblo boliviano, sino para sus intereses. El gobierno interino de transición, cuyo primer y único propósito debe ser convocar unas nuevas elecciones, transparentes y exentas de toda sospecha, ha pedido a Morales que deje de incitar a la violencia desde la comodidad de su refugio mexicano. No hay que olvidar que Evo se proclamó vencedor para un cuarto mandato consecutivo en los comicios del 20 de octubre, aunque la Organización de Estados Americanos advirtió en un informe graves irregularidades, lo que llevó a Morales a anunciar su renuncia, presionado por los militares, que le habían retirado su confianza.
Qué empeño depositan tantos y tantos mandatarios en perpetuarse, en estirar su minuto de gloria y en desconectar de los pueblos que los levantan y a los que han de servir, para acabar saliendo por la puerta de atrás, como viles chacales. Treinta y dos muertos iban contabilizados ayer, tras las protestas y bloqueos en un país que siempre olió a pólvora y rebelión y que es, de lejos, sabio en sus decisiones. Que Bolivia decida libre su rumbo sin racismos y sin privilegios, sin revanchas y sin guerras internas.
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