Barbra Streisand, la lista sefardí
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La vida de esta extraordinaria cantante, inteligente directora y solvente actriz estuvo marcada por la ausencia del padre, quien falleció cuando apenas era una niña ... pobre de Brooklyn de 5 meses.
Barbra odiaba el olor a cocido de su casa, odiaba al padrastro y por ende a su madre. Se marchó del hogar al acabar la secundaria, donde ya era la rara de la clase. En aquel entonces pintaba sus largas uñas de negro y llevaba una raya de ojos que haría palidecer a la misma Amy Winehouse. El largo de las uñas de Barbra es una seña de identidad y tiene su explicación. Su madre quería convertirla en secretaria y mecanógrafa. Tururú.
Vivió como pudo en Manhattan. Prácticamente en la calle. Algunos amigos le dejaban un despacho donde dormir. Probó fortuna en varios garitos del Village y tuvo un moderado éxito.
En sus comienzos, el rostro modiglianesco de Barbra y sus piernecillas de alambre no la ayudaron. Cuando esta zagalucha llegaba a los locales nadie la tomaba en serio. Al principio cantaba por comida y pese a que embrujaba al público con su voz, era demasiado joven, irreverente y extraña.
Ganó un concurso de jóvenes talentos en Club The Lion. A partir de ese momento realizó presentaciones como cantante en el Bon Soir y el Blue Angel. En 1961 interpretó 'A Sleepin' Bee' en el programa de televisión The Tonight Show. Su carrera despegaba.
Debutó en Broadway en 1962, interpretando ¡¡a una secretaria!! Miss. Marmelstein. Recibió su primera nominación a un Tony. Tenía 20 años. Ese mismo año firmó su contrato con Columbia Rercords
El gran jefe, Goddard Lieberson, era ya tan fan de Barbra, que cedió a la presión de su mánager, Marty Erlichmann, en la cláusula que le otorgaba «absoluto control artístico» sobre la elección del material musical. Algo sin precedentes hasta ese entonces en la industria discográfica. Marty Erlichmann fue su mánager toda la vida, hasta su muerte.
Su carrera fue en ascenso. Llegó 'Funny Girl', llegó 'People', el disco que la haría mundialmente famosa.
El punto débil de Barbra son los conciertos en directo. En 1967 sufrió un lapsus y olvidó la letra de una canción ante 150.000 personas en Central Park. Tardaría 27 años en volver a los escenarios. Aun así, Barbra ha grabado una cantidad indecente de discos. Unos 60, contando recopilatorios y conciertos en directo. Protagonizó películas famosas y divertidas en los 70, como '¿Qué me pasa doctor?'. También alguna que otra rareza. En los 80 se lanzó a dirigir con muchísimo éxito de público, aunque la crítica siempre se ha dividido. 'Yentl', 'Loca', 'El príncipe de las mareas' y 'El amor tiene dos caras' son los títulos de sus filmes más conocidos, pero también ha estado detrás de algunos documentales.
La vida amorosa de Barbra (quien se quitó la 'a' sobrante para tener un nombre único) merece capítulo aparte. De su matrimonio con el también judío y actor, Elliot Gould, nació su único hijo. Se le conocen tantos amoríos como 'partenaires' de sus películas. Tuvo idilios con Omar Sharif y Ryan O'Neal. Varios de sus productores también compartieron algo más que trabajo. No puede faltar el rollo fascinante con Don Johnson. Barbra bajó todas sus defensas, hasta grabó una canción con él. El chulazo la dejó más tirada que una colilla.
Llegó a su vida James Brolin y a los 50 años decidió casarse. ¡Por fin un poco de amor conveniente, querida! Viven juntos y felices en Malibú.
Barbra sigue fiel a sus uñas. Tiene un cutis espectacular a sus 80 años. Hace un tiempo volvió al Bon Soir, donde hizo un directo buenísimo. Ha realizado giras mundiales y sigue grabando discos. El último es de 2018, titulado 'Walls'. En el anterior recreó varios éxitos de Broadway con actores como Anne Hathaway y Hugh Jackman.
Nunca ha ocultado sus raíces judías, no en balde interpretó a una chica que se travestía para estudiar el Talmud. Nunca, ni por un segundo, ha dejado de ser ella. Es auténtica, transparente, talentosa, comprometida con la política y también controvertida. Mucha gente no la puede soportar y a mis ojos, esto la hace más grande todavía. Barbra debería ser patrimonio mundial de la humanidad.
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