Negreira Fútbol Club
Ese señor que se mueve entre la cúpula del Barcelona y la del deporte, cambia las leyes para que los problemas de Barça-Negreira prescriban a los tres años
Vamos a ver si yo, a mis cortas luces, entiendo de qué va esto. Les advierto, si deciden seguir leyendo, que el asunto del que ... voy a hablar es abstruso, intrincado, complejo, tortuoso e ininteligible, de manera que si usted, amable lector, decide seguir leyendo yo no me responsabilizaré de la factura del psiquiatra al que seguro tendrá que ir si se empeña en fatigar sus ojos con la lectura de esta trompicada columna.
Veamos si a mis pocas entendederas logro descifrar lo que ha ocurrido y está ocurriendo. Resulta que un señor, catalán creo, era jefazo de la institución gobernante del deporte español, pero pasado un tiempo, y dado que era convencido fan del Barcelona Club de Fútbol (a lo cual tiene perfecto derecho, faltaría 'més'), regresa al Barcelona, cuando ya comenzaba a aparecer la sombra del subjefe de los árbitros, el tal Negreira, cuya sombra es bien alargada, y el señor este que antes había sido mandamás del deporte en España y que ahora era jefazo en la dirección del Barcelona (¿me siguen ustedes?, es que yo mismo ya me he perdido) por arte de birlibirloque, regresa al máximo nivel a la institución que gobierna el deporte español, con Pedro Sánchez ya en el la gobernancia de España, y todo eso a pesar de que el señor Laporta no quiere saber nada de España, salvo si le gana al Madrid.
¿Qué ocurre entonces? Bueno, pues que ese señor que se mueve entre la cúpula del Barcelona y la cúpula del deporte español, cambia las leyes para que los problemas de Barça-Negreira prescriban a los tres años, cuando hasta entonces la federación de fútbol y todo el mundo ordenaba que ciertos delitos no prescribieran nunca. No sé si me siguen, porque yo mismo no me sigo mucho. Conclusión: que todo esto va a quedar en nada deportivamente hablando, todo ha prescrito, espero que la justicia ordinaria haga eso, justicia.
¿Está el señor Puigdemont detrás de todo esto desde las brisas belgas? Pues mire usted, no me extraña, después de todo manda mucho en España, aunque no le guste España. En fin, que este artículo es tortuoso y enrevesado, espero que no lo hayan leído hasta el final y que no hayan tenido que ir al psicólogo. Aunque, pensándolo bien, a pesar de que todo esto parezca difícil de entender, en el fondo, fondo, y con el pito en la boca, todo está muy claro. ¿A que sí?
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión