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Tirando a dar

Trofeos

Acumulamos tesoros que tendremos que dejar sin ser muy conscientes de que al final acabarán en un irremediable olvido material

Sábado, 26 de julio 2025, 09:15

Se murió mi vecina Pepa. Pepa era una señora de las que le gustaba mostrar la buena posición en la que la había dejado su ... enamorado esposo al morir: un empresario que hizo dinero en los años de la construcción feroz. Era amable y encantadora, siempre envuelta (al primer frío) en orondos abrigos de visón o lomos de zorro y con más alhajas que el escaparate de una joyería. No tuvo hijos pero mantenía una relación cordial con sobrinos carnales y los postizos que le venían del marido mientras los estuvo invitando a comer y proporcionándoles 'aguilandos'. Ni unos ni otros volvieron cabeza por ella cuando la decrepitud y la enfermedad la llevaron a morir sola en un hospital, pero sí volvieron las manos ávidas de una herencia jugosa y llena de trofeos, para Pepa, que no para ellos, pues cada uno convierte en trofeo lo que considera importante en su vida.

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