Historia de los libros prohibidos
El auge de una sociedad polarizada produce una situación en la que todos vamos a salir perdiendo
La censura oficial de libros nació en el siglo XVI en las universidades, concretamente en la de París. Allí se escribió el primer índice de ... libros prohibidos. Los académicos que señalaban los textos peligrosos eran teólogos que, en un primer momento, buscaban mantener la ortodoxia para después pasar a asesorar a la Santa Inquisición.
La Inquisición existía desde el siglo XII, se fundó para combatir la herejía de los cátaros. ¿Qué cambió en el siglo XVI? La aparición de la imprenta moderna.
Antes de la invención de la imprenta, el copiado a mano de libros hacía que estos fueran productos escasos, de lujo, solo al alcance de la élite que sabía leer y que tenía tiempo para hacerlo. Tras la invención de la imprenta, se multiplicaron por mil los libros disponibles. Y estos podían llegar a manos de cualquiera que supiera leer. Además fue el momento en el que comenzaron a surgirle competidores a la Iglesia Católica, otras organizaciones pugnaban por hacerse con el negocio de la fe.
El interés de la censura se centró en controlar el discurso (destruir rezos paganos, noticias incómodas, textos protestantes...). Poco interesaban los contenidos obscenos, por entonces. Pronto la mirada se amplió tanto que en la segunda mitad del XVI se vetaron 6.300 ediciones en Europa. Cada vez se vetaban más libros, libros escritos y libros por escribir. El Índice romano de Pablo VI de 1559 incluía la prohibición de autores, tanto de sus obras publicadas como de las que pudieran escribir en un futuro. Qué antiguo es esto de las listas negras.
Quemar libros y arrojarlos a los pozos era un negocio ruinoso para el recién nacido gremio de libreros. Ejercieron tanta presión que los censores decidieron indultar las obras y, en su lugar, que se tacharan con pincel negro o se mutilaran los pasajes incómodos.
Ahora vivimos otro auge de la censura. En Estados Unidos los 'lobbies' conservadores escriben listados de libros prohibidos en centros escolares y bibliotecas.
Hay muchas razones por las que la censura vuelve a nuestra época. Pero estoy segura de que el auge de una sociedad polarizada produce una identificación grupal malsana, un 'nosotros contra ellos', que nos lleva a una situación en la que todos vamos a salir perdiendo. Poner límite a las ideas y fiscalizar el conocimiento es algo que nos pone en peligro como sociedad.
Si queréis profundizar más en el tema, en la Biblioteca Nacional puede visitarse la exposición 'Malos libros', donde se aborda la censura desde 1544 hasta 1812.
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