La primera crítica literaria que escribí fue demoledora. Yo no elegí el libro, me lo pasó el coordinador del periódico. Se trataba de la primera ... novela de un señor mayor, con tintes autobiográficos, que había sido publicada por una editorial pequeña o quizás autoeditada, no lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es que no tuve piedad. La novela me pareció que carecía de calidad literaria y así lo dejé escrito, sin concesiones. Cuánto me arrepiento de aquella primera vez.
Publicidad
Y me he acordado esta mañana de aquel momento. Estaba repasando la prensa cultural para preparar el informativo literario que publico todas las semanas en YouTube, cuando me he topado con una crítica cuyo titular era: «La novela no consigue hacernos sentir el peso de la soledad». La crítica no presagiaba nada bueno para el libro y su autor.
Continué leyendo y me topé con frases ampulosas, giros del lenguaje y recursos estilísticos que parecían un ejercicio de autobombo más que parte de una crítica propiamente dicha. El reseñista parecía decirnos: mirad qué crítica tan ingeniosa, mirad con qué estilo dejo a los pies de los caballos este libro que no es el mío. Sí, el crítico también es escritor. Pero lo que me resultó más llamativo fue el plural del titular, ese nosotros que quiere incluir al conjunto de lectores, como si el crítico se erigiera en portavoz del pueblo lector.
En esta crítica, como en la mía, había una manifiesta ausencia de empatía hacia el escritor. En este caso, se intuye también un narcisismo que no sabemos si trata de ocultar una tremenda inseguridad.
Publicidad
Crítico, prescriptor de libros, reseñista, booktuber, instabooker, crítico literario o booktoker son personas, con mayor o menor preparación y criterio, que se dedican a comentar libros con el objetivo de animar o desalentar sobre su lectura. Este es un gran poder en un mundo literario saturado de libros.
Sin embargo, no hay que olvidar que una crítica literaria no es un ejercicio de poder desalmado, una crítica siempre debe estar al servicio del lector, pero sin perder de vista al autor del libro. Recordemos que las críticas siempre deben hacerse desde el cariño.
Publicidad
Detrás de un libro, bueno o malo, siempre hay una persona que ha invertido ilusiones, tiempo y esfuerzo. Si el libro no me ha gustado, puedo decidir entre escribir la crítica o no hacerlo, pero a lo que no puedo renunciar es a la empatía y al respeto hacia el autor. Si lo hago, estaré renunciando a mi propia humanidad.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión