El mundillo literario está de lo más entretenido, de aquí saldría un 'Sálvame Deletras' con mucho salseo.
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Cómo no, la RAE está de nuevo en ... el candelero, por varias razones. Acaban de celebrar el IX Congreso Internacional de la Lengua Española. Iba a celebrarse en Perú, pero allí las cosas están para pocas celebraciones. Y decidieron que Cádiz, con sus tortillitas de camarones, el vino de Jerez y su atardecer en la playa La Caleta, bien merecía un congreso. Así que allá que se fueron con sus sillones. Pero a pesar de lo bien montado que lo tenían, ha habido quien les ha afeado que en el congreso apenas hubiera ponentes menores de 40 años, que son, al parecer, quienes más exploran y revitalizan el idioma.
Y seguimos con la RAE, que contará con una nueva académica, la novelista Clara Sánchez, que ocupará la silla X. Clara Sánchez fue amadrinada por Soledad Puértolas, Carme Riera y Paloma Díaz-Mas. Pero no era la única candidata, también se presentó Jon Juaristi Linacero, apadrinado por Pedro Álvarez de Miranda, Félix de Azúa y Carlos García Gual. Como ven, los chicos con los chicos y las chicas con las chicas. Al final, se ha impuesto el bando femenino que, con Clara Sánchez, aún no alcanza la tercera parte de los sillones. Me llama la atención que el sillón X lleva vacío desde 2021, y que la nueva titular tomará posesión del mismo en un plazo máximo de dos años. En la RAE, como ya intuíamos, las cosas van despacio.
Más noticias. Continúa el revisionismo literario aplicado hasta sus últimas consecuencias. Después del episodio de Roald Dahl, le toca el turno a Agatha Christie. Su editorial ya ha puesto a trabajar a los lectores de sensibilidad (el trabajo del futuro, aviso a quien no tenga claro su horizonte profesional). En realidad, Christie fue de las primeras en sufrir este absurdo, cuando el año pasado la novela 'Diez negritos' mutó su título a 'Y no quedó ninguno', un título estupendo que anticipa el final de la historia. Lo paradójico es que en la portada, debajo del nuevo título, aparece una banda con el texto: «'Diez negritos', la novela de misterio más vendida de la historia». ¿Ningún lector de sensibilidad revisó la portada?
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Qué difícil es cambiar con los tiempos sin caer en ideologías peligrosas. Ahora vivimos en un mundo en el que convive el olor a Brummel y naftalina de la RAE con el olor a lejía y acero de tijera de algunas editoriales.
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