Los 'jardines medicina' llegan al corazón del campo murciano
El Rotary Club va a crear, junto a la Finca Torrecillas, un espacio terapéutico para la Federación de Salud Mental de la Región que recibirá principalmente a niños de 6 a 14 años
G. S. FORTE
MURCIA.
Martes, 9 de noviembre 2021
Salir al campo nos funde con la naturaleza, pasear por un jardín nos serena el alma y asistir a una terapia nos cura la mente. ... Si lo juntamos todo, el resultado puede ser memorable. Eso es lo que se han propuesto la sociedad filantrópica Rotary Club Murcia Norte y la Finca Torrecillas, de Corvera (pedanía de Murcia), con su proyecto de construir en plena naturaleza, en un área de cultivos tradicionales, sus 'jardines terapéuticos'. La iniciativa, que el próximo sábado será presentada en la citada finca, donde sus organizadores prevén que esté lista la próxima primavera, ocupará un área de 1.900 metros cuadrados en un espacio estructurado por unos algarrobos ('Ceratonia siliqua') que ya se encontraban en el lugar.
«Se ha seleccionado una zona cómoda para acceder y que además ya posee una isla de pinos muy cercana que servirá como zona de estar y sombra anexa al jardín», detalla el ingeniero agrícola Paco de Lara, especialista en horticultura, jardinería y paisajismo. De Lara decidió hace dos años cerrar su «etapa de diseño y creación de jardines», explica, «para sacar adelante el proyecto ecoturístico Finca Torrecillas», en el que ahora, como gerente, «afronta con la máxima ilusión y estímulo este proyecto de jardín terapéutico». En cierta manera, con esta iniciativa regresa a su antiguo oficio, aunque esta vez dentro de un proyecto del que es protagonista.
«Lo considero todo un reto de integración paisajística en el entorno de la finca». El trabajo, añade, «exige una selección reglada y exquisita de especies y materiales», ya que el lugar se encuentra dentro del Parque Regional El Valle-Carrascoy. Para su creador, «quizás el mayor estímulo es el fin al que va destinado». Ese fin, afirma, es su puesta en marcha, junto al Rotary Club Murcia Norte, «en favor de la Federación de Salud Mental de la Región de Murcia, con el objetivo de ser usado especialmente por niños de 6 a 14 años», que se encuentran, por tanto, «en lo que se considera la segunda infancia».
En el emplazamiento se busca adquirir un mayor equilibrio físico y emocional
La gestión del jardín terapéutico, de carácter privado, persigue «contribuir a paliar esta necesidad de la sociedad, donde en un entorno propicio conocerán la naturaleza y la huerta ecológica, donde participarán en actividades de cuidado del entorno y cuidado de plantas, además de estimular los sentidos y jugar». De este modo, concluye, adquirirán «un mayor equilibrio físico y emocional», algo «fundamental para su estado de salud completo».
Un jardín terapéutico, explica el ingeniero agrícola, es un espacio al aire libre que se diseña específicamente para satisfacer las necesidades físicas, psicológicas y sociales de las personas que lo utilizan, y también las de sus cuidadores, familiares y amigos. Este concepto fue ensayado cuando entró el nuevo siglo por la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, en el campus de Alnarp, al sur del país. Entre sus propósitos figura colaborar en la sanación de personas con fatiga prolongada, depresión y estrés crónico, y facilitar la investigación sobre este tipo de tratamientos.
Este tipo de jardines se diseñan con varias áreas diferenciadas, con propósitos diferentes. En el caso del que se está creando en la Finca Torrecillas, De Lara afirma que se configura sobre tres pilares básicos, que denomina: comer, sentir y jugar. En torno a estos tres conceptos se distinguirán otras tantas zonas primordiales en el futuro jardín.
Comer, sentir, jugar
El área del apartado 'comer', de 880 metros cuadrados, dispondrá de huertos para el cultivo de verduras y plantas aromáticas, y contará con un gran reloj de sol dotado de veleta, puntos cardinales y la representación de las cuatro estaciones, el llamado árbol de los pájaros y zona de compostaje. En la zona de 'sentir', de 640 metros cuadrados, habrá «árboles musicales» y un estanque, y se jugará con diferentes texturas, temperaturas y colores.
El espacio para 'jugar', finalmente, contará con 375 metros cuadrados para practicar distintos «juegos tradicionales de corte eminentemente orgánico que faciliten el contacto de los niños con la naturaleza». Entre ellos, el croquet, las anillas, los bolos, y juegos de equilibrios y dibujos en suelo empleando materiales del campo.
Los responsables de la iniciativa se han propuesto emplear especies vegetales y materiales, para la construcción del jardín, originarios del medio ambiente autóctono. El objetivo es que «la importación de elementos ajenos a la finca será prácticamente nula».
Para financiar la construcción y el mantenimiento del jardín, el Rotary Club Murcia Norte se ha comprometido a organizar eventos solidarios, como el que tendrá lugar el sábado 13 de noviembre. Básicamente, se trata de una «comida y fiesta solidaria» en la que cada asistente paga 20 euros. Entre otras iniciativas, como sorteos y venta de productos autóctonos de la tierra en un mercadillo 'in situ', el proyecto mantiene abierta una línea para las empresas que puedan interesarse en patrocinarlo.
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