Sergio Arroyo: «Los humedales del Sureste son verdaderas reliquias de la naturaleza»
«La intensificación de la agricultura está rompiendo la antigua compatibilidad agropecuaria con la biodiversidad»
G. S. FORTE
MURCIA.
Martes, 14 de diciembre 2021, 20:57
Hace falta tener dotes de comercial, como las tiene Sergio Arroyo (Alicante, 1963) –en su caso en el sector de las artes gráficas–, para vender ... bien la necesidad de conservar humedales en la vorágine utilitarista de nuestros días. Arroyo elabora estudios de seguimiento de avifauna, realiza censos ornitológicos, colabora en proyectos de restauración de zonas húmedas, en iniciativas de divulgación y en la redacción y publicación de libros, revistas y artículos, entre otras muchas actividades encaminadas en último término a que entendamos la necesidad de conservar estos enclaves naturales de singular riqueza.
–¿Qué tienen de especial los humedales del Sureste español?
–Los humedales mediterráneos son ecosistemas profundamente transformados. Los que han logrado sobrevivir tras siglos de actividad humana son verdaderas reliquias de la naturaleza que albergan los últimos reductos para algunas especies. Como la cerceta pardilla una anátida [pato] que habita los humedales salobres sudalicantinos y que en la actualidad se encuentra virtualmente extinguida, sostenida a duras penas por la suelta anual de centenares de aves criadas en cautividad. También hay que destacar la importancia de los servicios sistémicos que prestan a la sociedad. En la DANA de 2019 fueron elevados más de siete hectómetros cubicos de agua a los embalses del Parque Natural de El Hondo, aparte de la que llegó de forma natural a otras zonas del espacio protegido. Un aspecto completamente original es la estrecha relación o dependencia con la huerta tradicional de la mayor parte de los humedales sudalicantinos no vinculados con las aguas marinas (salinas). Es habitual la imagen de contraposición del regadío frente a las zonas húmedas. En el sur de Alicante esa confrontación no existe, aquí la totalidad de los humedales encuadrados en el Parque Natural de El Hondo, algunos del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola y el Hondo de Amorós, dependen mayoritariamente de las aguas que circulan por los azarbes del regadío tradicional del bajo Segura. Es más, la conservación de estos valiosos humedales está completamente ligada al mantenimiento de la huerta tradicional.
«En el Mar Menor se vive con crudeza las consecuencias de vivir de espaldas a la realidad»
–¿Qué le llevó a volcarse con estos hábitats?
–Desde niño me he sentido muy vinculado a la naturaleza y viviendo cerca de los humedales sudalicantinos es muy difícil sustraerse a su encanto y desentenderse de la degradación que han sufrido en las últimas décadas. Además, la confluencia con muchas personas, también interesadas en la conservación de este medio natural, en torno a AHSA, nos ha permitido trabajar en la protección de estos espacios en los más de 25 años de vida de la asociación.
–¿Qué tesoros esconden estos espacios?
–Para explicar su valor en los parámetros humanos, siempre comparo el patrimonio natural del sur de Alicante con el patrimonio artístico de otras comarcas de España. Los humedales son nuestros palacios y catedrales.
–Si le quitan los humedales, ¿con qué otro tipo de hábitat se quedaría?
–Me entusiasman multitud de ecosistemas. Si tuviera que elegir seguramente me quedaría con las áreas esteparias. Estepas agrícolas, espartales, tomillares... son ecosistemas muy poco valorados que, sin embargo, guardan un gran interés medioambiental. En ellos se han compatibilizado durante siglos las actividades agropecuarias tradicionales con la conservación de la biodiversidad. Desafortunadamente, ese equilibrio se está rompiendo con la intensificación de la agricultura y el abuso en la utilización de biocidas.
–¿Cómo percibimos en el Sureste español nuestros propios humedales?
–La percepción positiva hacia las zonas húmedas ha aumentado de forma significativa en los últimos años. Hasta hace relativamente poco tiempo los humedales eran considerados como zonas baldías, de escaso valor, insalubres y lugares donde se vertían las basuras. Lamentablemente, todavía persiste la costumbre de hacerlo, aunque de forma minoritaria.
«La cuenca del Mediterráneo es una de las zonas más afectadas por el cambio climático»
–¿Antes se prestaba más atención a estos espacios naturales o es al revés?
–La creciente valoración social de los humedales, desgraciadamente, no se ha convertido en una mejora de su gestión y del uso del territorio. Un importante y esencial aspecto de la conservación del medio natural reside en la aprobación de una legislación que garantice su protección y además que ésta se aplique. Seguimos viendo demasiados casos en los que se prima el interés de grupos y empresas privadas en detrimento de la salud de los ecosistemas y del territorio; en definitiva, del interés público.
–Aparte de los de Alicante, ¿conoce los humedales de la Región de Murcia? ¿Cuál es su preferido?
–Sí, claro. Lo tengo muy fácil para elegir: sin duda el Mar Menor, donde lamentablemente se están sufriendo con toda crudeza las consecuencias de incumplir la legislación y de vivir de espaldas a la realidad.
–¿Qué más le gustaría contar?
–Querría llamar la atención sobre las amenazas que se ciernen sobre nuestros humedales. Los expertos afirman, aunque ya lo sabemos por propia experiencia, que la cuenca del Mediterráneo es una de las zonas más afectadas por el cambio climático. Uno de sus efectos es la mayor frecuencia de las sequías, lo que reducirá la disponibilidad de agua para aquellos humedales que como El Hondo, dependen del río Segura y de la huerta tradicional. Los humedales costeros también corren serio riesgo de desaparecer bajo el mar. Estamos viviendo momentos decisivos en los que se deben tomar las medidas necesarias para limitar el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero.
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