La biblioteca regional que guarda las mejores obras de nuestra naturaleza

Se trata de un bien natural y vivo, por lo que el trabajo de esta entidad pública no se limita solo a conservar las semillas. Aquí se desarrollan trabajos de campo, que incluyen el seguimiento de poblaciones de flora silvestre protegida y de especies forestales de interés con vistas a la propagación y recolección de frutos y semillas.

Como banco de germoplasma actúa a modo de gran depósito de conservación y estudio en el que también se procesan las semillas y se realizan ensayos de germinación, entre otros. También se producen plantas y se conservan las especies bajo cultivo, de modo que se pueda salvaguardar y recuperar la flora protegida y producir las plantas con fines de restauración forestal y donaciones.

Según el director general de Medio Natural, Fulgencio Perona, «la producción media anual para estos fines puede llegar a las 40.000 plantas, correspondientes a unos 50 taxones diferentes» en este departamento dependiente del Gobierno regional. Aquí, además, continua Perona, «se atiende a proyectos de recuperación y conservación de especies y de restauración ecológica de la cubierta vegetal, promovidos por la dirección general, o a aquellos otros en los que participamos como socios, como los proyectos Life».

Igualmente, desde el Centro de Conservación de Flora Silvestre de la Región se realiza un «dispensado de plantas a instituciones públicas como las universidades, consejerías o ayuntamientos; centros públicos, como institutos, centros de formación profesional, colegios o centros sociales; y a asociaciones sin ánimo de lucro».

Es prácticamente la misma función que el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida) despliega en su propio banco de germoplasma de cultivos de la Región de Murcia, conocido por las siglas Bagerim, pero en su versión más natural. Si el Bagerim se ocupa de especies desarrolladas por la agricultura a lo largo de siglos con un fin de utilidad humana, el Centro de Conservación de Flora Silvestre atiende a las creaciones que el ecosistema ha ido pergeñando, de la particular manera aleatoria que tiene la evolución natural, durante espacios de tiempo mucho más dilatados. El número de referencias también las diferencia. Frente a las 3.500 muestras de semillas silvestres, la colección del Imida guarda hasta 7.000 variedades agrícolas.

El Centro de Conservación de Flora Silvestre de la Comunidad Autónoma se encuentra situado en el Complejo Forestal del Valle, al sur de la ciudad de Murcia. Hasta allí también llegan las visitas periódicas de los escolares, como ocurre con cualquier otra biblioteca. Podemos considerarla como tal porque, al fin y al cabo, en ella se guardan y estudian los documentos vivos en los que la historia natural ha escrito su evolución.

Cada año se programan en torno a un centenar de visitas de colegios, lo que equivale a unos 2.500 alumnos que conocen in situ la actividad del centro y complementan su formación con los conocimientos que adquieren en su breve paso por él. Si el interés se despierta en ellos, después tienen miles de ejemplares que conocer en cualquier salida al campo. En cada uno de ellos es posible leer un pedacito de la enorme obra viva que guarda nuestro planeta.