Una tregua para dejar vivir a los barbos
La Comunidad va a proponer una moratoria para que la única carpa autóctona de la Región solo pueda ser pescada en la modalidad sin muerte, a la espera de conocer cuál es la verdadera situación de una especie única en declive
Entre tanta especie exótica invasora que se ha extendido por nuestros cursos de agua sigue aleteando un pez que lleva aquí toda la vida, el ... barbo gitano ('Luciobarbus sclateri'). Este bicho grande de las familia de las carpas (hasta 90 centímetros en algunos casos) «es la única especie autóctona que nos queda, exceptuando unas pequeñas poblaciones de cacho, tenca y gobio en pequeños arroyos del noroeste de la Región, y a parte de la boga, que se considera traslocada de otras cuencas», nos cuenta Rafael Partera, miembro de la Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas Acuáticos del Sur (Acpes) y de la más local organización Río Ríe.
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Partera es pescador, de los que no matan, sino que conservan. «Un pescador conservacionista antepone el respeto al medio y al río antes que a sus propias capturas», explica, «de ahí que siempre «intenta que el pez sufra lo menos posible y pueda continuar su vida como antes de ser pescado». Eso es a lo que va a obligar a hacer con nuestro protagonista la próxima Orden de Vedas de la Administración regional que por primera vez pretende incluirla entre las especies pescables sin muerte, aunque de momento como moratoria. «Primero se consiguió la prohibición de pesca en su época de reproducción, que suele ser entre mayo y junio, y ahora, por fin», será obligatorio devolver al río vivos los barbos que se pesquen, se felicita Partera. Su organización, Acpes, lleva luchado para conseguirlo desde hace años, junto a, entre otros, la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), representada en el Consejo Asesor de Caza y Pesca Fluvial, al que dejó de asistir, «debido al pasteleo y a los continuos desprecios a la información científica y técnica que se aportaba», apunta Jorge Sánchez, biólogo de ANSE.
La medida propuesta por el Gobierno regional «nos da la razón, pero llega muy tarde», afirma Jorge Sánchez
La medida propuesta ahora por la Comunidad Autónoma «nos da la razón, aunque llega muy tarde», añade el biólogo, que considera al barbo gitano un «portento de la evolución» y «un valioso recurso que antaño contribuyó a complementar la alimentación de los pobladores de las vegas». La Administración no tomaba las suficientes medidas, afirma, «por la simple oposición de la Federación de Pesca, que paradójicamente reclamaba la pesca sin muerte para las especies exóticas invasoras», a las que «están obligados a retirar por ley. Era el mundo al revés». Antonio Guirao, que también es pescador conservacionista, y miembro de la Asociación para el Estudio y Mejora de los Salmónidos-Ríos con Vida, coincide en «que su conservación es imprescindible y prioritaria».
Su población en el Segura puede suponer el 10% de la de todo el mundo, estima el zoólogo Francisco J. Oliva
«Desgraciadamente, junto con la anguila, el cacho y el fartet, es una de las cuatro especies de peces autóctonos continentales que nos quedan en la Región, la única que mantienen algunas poblaciones en buen estado y en multitud de lugares», apunta Guirao. El profesor de Zoología de la Universidad de Murcia (UMU) Francisco J. Oliva explica que «la población del Segura puede ser aproximadamente el 10% de su distribución mundial» de esta especie que solo se encuentra en la Península Ibérica. «Esto debería ser suficiente para valorarla mucho más».
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Desde la Subdirección General de Política Forestal, Caza y Pesca Fluvial de la Región de Murcia se especifica que la actual normativa permite la pesca de la especie en la modalidad sin muerte entre el 1 de enero y el 31 de julio, y que para el resto el año «se establece un cupo máximo diario por pescador de dos ejemplares de barbo». Fulgencio Perona, director general de Medio Natural, en la que figura la citada subdirección general, reconoce que no pueden ofrecer datos sobre la población de barbos gitanos presentes en la Región: «Esta pregunta puede tener respuesta a finales de año, cuanto tengamos los primeros resultados» del llamado proyecto de Servicio de Seguimiento Biológico de las Especies Piscícolas Fluviales de la Región de Murcia, en el que se van a elaborar censos de estas especies que permitirán «la elaboración de propuesta del plan de gestión del barbo».
La Comunidad y la CHS «deben trabajar para recuperar esta maravilla de la evolución», exhorta el biólogo de ANSE
En España los barbos, de los que hay varias especies, se encuentran entre los más pescados, junto a siluros, truchas, salmones del Atlántico, lubinas y corvinas rubias, como muestra el gráfico que acompaña estas líneas. La especie que habita la Región es la apuntada 'Luciobarbus sclateri', presente en casi toda la cuenca del Segura y en la mayoría de embalses y arroyos, aunque la pérdida de la calidad de las aguas, principalmente, le ha llevado a ser catalogada aquí como casi amenazada, precisa Partera. Esto supone «que en un futuro próximo podría enfrentarse a un riesgo de extinción alto», precisa el doctor Oliva.
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La pesca con muerte de estos barbos les amenaza, «pero no es la afección más dañina». La contaminación; las barreras al movimiento de los peces, que les impiden sus migraciones; la regulación de caudales; la introducción de especies exóticas invasoras, que compiten con los barbos, y «de forma puntual, también actuaciones de mantenimiento de infraestructuras de riego», se encuentran entre sus principales enemigos, aclara el profesor de la UMU, que además es coordinador del proyecto europeo sobre especies exóticas invasoras Life Invasaqua.
Perona coincide en que «la pesca recreativa no parece ser una de las causas del declive del barbo», y apunta igualmente causas como «la regulación de los cursos de agua, los obstáculos fluviales y la competencia de especies exóticas invasoras». Desde ANSE, Sánchez también abunda en que «la extracción de ejemplares por la pesca claramente no ha sido» la causa de su declive en la Región, especialmente notable en algunos puntos, en los que Oliva especifica que se han detectado reducciones de más del 50% de su población en los últimos diez años.
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De momento, detallan desde la Consejería, lo que se va a proponer en el próximo Consejo de Caza y Pesca Fluvial, que tendrá lugar el próximo 7 de abril, «en realidad se trata de una moratoria de la pesca sin muerte del barbo, ya que no tenemos informes fiables que evalúen su situación en las aguas continentales de la Región de Murcia».
Así, por tanto, la propuesta de «la pesca sin muerte en todas las aguas y durante todo el año» es una medida temporal «hasta tener datos que permitan tomar decisiones en cuanto a su gestión». Actualmente, apunta Sánchez, de ANSE, «no tenemos la más mínima idea» sobre cuántos barbos puede haber en la Región, aunque «todos los indicadores indirectos apuntan a un descenso de sus poblaciones». El profesor Oliva considera «prioritario evaluar causas de esta situación e iniciar acciones para su recuperación», algo que desde su departamento de la UMU «hemos trasladado en varias ocasiones a la Administración», apunta. Desde la Comunidad se destaca el «importante esfuerzo económico que va a permitir el inicio del proyecto» de seguimiento de las especies, con el que esperan obtener una «foto fija» que permita su gestión.
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«Aplaudimos que la dirección general de Medio Natural sea por fin partícipe de esta política y actúe en consecuencia», se alegra Guirao, que incide en la importancia de que «esta medida vaya acompañada de un seguimiento de la evolución de la especie».
Solo un efecto local
La introducción de la pesca sin muerte «por sí sola no tendrá más que un efecto local», augura el biólogo Jorge Sánchez, pero «es un primer paso» que además sirve de «concienciación sobre los pescadores». A su juicio, la Comunidad Autónoma y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), «deben ponerse manos a la obra para recuperar esta maravilla de la evolución». Entre las medidas que propone figuran la lucha contra las especies exóticas invasoras, evitar sueltas de peces no autóctonos, asegurar caudales adecuados en los ríos, construir pasos para peces en las presas, eliminar azudes y otros obstáculos en desuso, restaurar riberas y no dragar ríos. Hubo un proyecto financiado por Europa para eliminar las barreras al flujo natural del río, el Life Segura Riverlink, al que el biólogo pone como ejemplo de actuaciones que deberían tener continuidad. «Fue un inicio de la línea a seguir, pero ahí se quedó», coincide el profesor Oliva. La moratoria prevista no parece suficiente, a decir de los conservacionistas, pero es un paso en la dirección por la que llevan tiempo luchando.
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Instrucciones para pescar sin matar
«La pesca sin muerte no solo es devolver el pez al agua una vez pescado; hay que hacerlo intentando no causarle daño alguno», cuenta Rafael Partera, pescador conservacionista acostumbrado a practicar la actividad en los cursos de agua de la Región. Para conseguirlo, continúa, «los anzuelos utilizados deben ser sin arponcillo, que se liberen fácilmente». Partera precisa además que el uso de «cebos como el maíz, asticot, pienso, masilla, etc.» plantea problemas, ya «que el barbo lo absorbe y casi siempre se clava en el interior, por lo que es necesario llevar un desanzuelador para evitar el desgarro del pez antes de soltarlo, así como una sacadera que nos facilite cogerlo y devolverlo al río lo más rápidamente posible».
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