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Mapa de impacto acústico de un concierto en La Fica, en Murcia, elaborado por Acre Ambiental. Acre Ambiental

Acre Ambiental, la llave maestra para reducir la contaminación acústica

Enemigo invisible ·

La compañía, que colabora con los ayuntamientos para elaborar ordenanzas municipales de protección frente al ruido, es determinante en la celebración de eventos multitudinarios

N. E.

Cartagena

Miércoles, 24 de abril 2024, 00:18

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Las obras, el tráfico, el ocio nocturno, los conciertos y las mascotas son algunas de las principales fuentes que generan mayor contaminación acústica a diario en ciudades y municipios. Aunque buena parte de estas actividades habituales provocan ruido, sí es posible reducir su grado más excesivo y constante si se optan por alternativas y adoptan medidas combativas. Sin duda, se trata de un enemigo invisible. Porque el ruido no solo origina molestias al que lo sufre, sino que también es un problema de salud pública que favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio.

Con el objetivo de tomar concienciación ciudadana para actuar en la misma dirección, aparte de las empresas, profesionales técnicos y colectivos sociales, es esencial la implicación directa de las administraciones públicas. «Es necesario que la variable acústica forme parte de sus decisiones y que hagan un trabajo legislativo y de inspección, para que la calidad de vida de los ciudadanos pueda ser mejor», asegura el ingeniero técnico industrial Alejandro Ochoa, socio fundador de Acre Ambiental junto a José Ramón Gil, quienes encabezan esta empresa especializada en el control del ruido y vibraciones con aplicación en diferentes campos con 25 años de experiencia en el sector, en el marco del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, que se celebra hoy -el último miércoles del mes de abril-.

Sin embargo, la Región de Murcia es una de las autonomías de España que carece de una normativa actualizada de protección frente al ruido. «Estamos menos protegidos que los ciudadanos valencianos o andaluces», compara Ochoa, quien recuerda que la Comunidad fue pionera el siglo pasado en aprobar una norma de ruidos a nivel nacional con el Decreto 48/1998. «Ahí nos hemos quedado», lamenta, antes de subrayar que el sector ha avanzado «mucho» en los últimos 25 años en materia de lucha contra la contaminación acústica.

No obstante, este 'vacío' legal es extrapolable a algunas administraciones locales de la propia Región, que tampoco disponen de ordenanzas municipales adaptadas a la legislación actual e incluso tienen paralizado el inicio de dicho proceso, fundamentalmente por «desconocimiento» y «miedo» a que pueda originar conflictos, sostiene Alejandro Ochoa, quien anima a actuar, «que es la forma de solucionar los problemas».

Codo con codo

Otros muchos ayuntamientos, en colaboración con Acre Ambiental, que se ha convertido en su 'partner' estratégico para una adecuada gestión ambiental, sí cuentan con un marco regulado, gracias al trabajo conjunto con los técnicos municipales, ingenieros y ambientólogos. Fruto de este vínculo, municipios como Los Alcázares y Caravaca de la Cruz ya han publicado sus nuevas ordenanzas, mientras que localidades como Jumilla, Alcantarilla, Las Torres de Cotillas y San Javier ya las tienen en marcha. Mención especial merece Lorca, donde se desarrolló la nueva ordenanza -en vigor- con el Ayuntamiento, a través de la implicación de la Asociación Profesional de Hosteleros de la Comarca de Lorca (Hostelor).

Acre Ambiental realiza mediciones acústicas in situ en un concierto. Acre Ambiental

Tanto a nivel regional como local, esta falta de seguridad jurídica tiene un impacto negativo en la economía, como la fuga de inversiones a la hora de emprender proyectos empresariales. Otro efecto es la competencia entre localidades. Si un emprendedor tiene que decidirse a instalar una actividad entre dos posibles municipios, siempre lo hará en aquel que le aporte mayor tranquilidad y seguridad.

Con una marcada vocación orientada a la excelencia, Acre Ambiental, que fue pionera en especializarse únicamente en ruido, también forma parte de la mesa de trabajo del Ministerio para la Transición Ecológica que está revisando la actualización del Real decreto 1367/2007, por el que se desarrolla la Ley 37/2003 en lo referente a zonificación acústica, objetivos de calidad y emisiones acústicas. Además, su expansión sobresale más allá de la esfera institucional, dado que colabora estrechamente con los colegios profesionales y asociaciones empresariales, entre otros agentes sociales, con el fin de reducir la contaminación auditiva mediante mejoras legislativas.

Herramientas de diagnóstico

Los municipios de Murcia y Cartagena, al tener cada uno más 100.000 habitantes, son los únicos de la Región que están obligados a aprobar Mapas Estratégicos de Ruido (MER) y sus correspondientes Planes de Acción (PAR), tal y como lo establece una directiva europea. Acre Ambiental se está encargando de la realización de los modelos predictivos de las fuentes existentes tanto de ruido de tráfico, ruido de trenes como ruido industrial, que componen los MER, para disminuir los niveles de ruido en las zonas tensionadas, en las que residen en torno al 33% de la población. «El dato objetivo que se va a evaluar para comparar la situación de las distintas ciudades europeas son los habitantes que están sometidos a un determinado nivel de ruido, es decir, se pone el foco en el ciudadano afectado y no en la fuente de ruido ni el nivel de ruido que pueda haber», explica el ingeniero experto en acústica.

Otro pilar fundamental para la compañía son los eventos multitudinarios, como La Mar de Músicas y el Rock Imperium en Cartagena o el Warm Up y las Noches del Malecón en Murcia, que han aumentado considerablemente desde la pandemia de covid, de ahí la necesidad de controlar de manera específica el nivel de ruido para minimizar las molestias (más aún cuando estas actividades tienen lugar de forma repetitiva en las mismas ubicaciones).

En estos proyectos, la labor de Acre Ambiental se divide en dos partes, el estudio previo y el control durante el evento, para minimizar y localizar las molestias ocasionadas. Antes del arranque de la actuación, la compañía analiza la incidencia que va a tener, así como a quiénes y de qué manera va a molestar. Con esta información de base, se determinan las medidas a adoptar para minimizar el impacto acústico, entre ellas la orientación del escenario, que se establece en función de la menor afección sonora. Una vez ha comenzado el evento, el equipo humano de Acre Ambiental realiza mediciones acústicas in situ, tanto en el interior del recinto como en las zonas residenciales más próximas, dentro de un programa de vigilancia ambiental definido en el estudio previo para garantizar que las condiciones que se han estudiado y acordado se cumplen.

Según un informe de ámbito nacional, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, el 32,1% de los inmuebles en la Región de Murcia sufren ruidos causados por vecinos o procedentes del exterior, frente al 22,1% del conjunto de España. Aun así, las denuncias de ruidos de pubs y bares u otras actividades cerradas han disminuido de forma general, gracias a una mayor concienciación sobre el aislamiento acústico, apunta Alejandro Ochoa, al tiempo que alerta del conflicto social que despiertan los actos (conciertos, concentraciones) que se desarrollan en plazas y calles, así como, en menor escala, las molestias ocasionadas por las maquinarias de limpieza urbana en horario nocturno. «Debemos encontrar el equilibrio exacto entre los derechos a no tener ruido en el interior de tu vivienda y a disfrutar de actividades en espacios públicos», propone el socio de Acre Ambiental.

Más información en: http://www.acreambiental.com/

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Acre Ambiental, la llave maestra para reducir la contaminación acústica