Pepín Liria: «Jamás en la vida escuché nada de abusos sexuales en la Escuela»

Fuentes próximas a esta investigación, que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia, explicaron que Pepín Liria rechazó con toda contundencia que alguien hubiera podido advertirle sobre comportamientos supuestamente deshonestos de ese colaborador suyo, a quien definió como «profesor» de la Escuela. «Si hubiera sabido algo habría sido el primero en tomar medidas», señaló, para añadir que sus propias hijas estaban en contacto permanente con esa institución taurina, con los alumnos, «que eran amigos suyos», y con el propio acusado de los abusos. «Yo jamás habría puesto a mis niñas en sus manos si hubiera escuchado lo más mínimo», explicó.

Respecto de los testimonios que obran en las diligencias y que apuntan a que algunas personas, vinculadas al mundo de los toros, pudieron alertarle sobre esos presuntos abusos, rechazó con firmeza que ello hubiera ocurrido. Y refiriéndose a alguna de esas personas concretas, advirtió de que la relación con ellas era mala y que no le extrañaba que hubieran querido señalarlo. Y dejó un aviso: «Quiero que esto pase cuanto antes, porque tiene que llegar el momento en que yo empiece a defenderme».

Siempre según fuentes muy próximas a esta declaración, el maestro comenzó su intervención explicando que se hizo cargo de la Escuela de Tauromaquia en 2012, casi como un favor que se le pidió, ya que «estaba a punto de desaparecer». Manifestó que siempre actuó de manera desinteresada y altruista, «por mi deseo de devolver a Murcia y al toreo una parte de lo que me ha dado», y por su voluntad igualmente «de transmitir a los alumnos los conocimientos que a mí me sirvieron para cumplir un sueño».

El torero de Cehegín reconoció que fue él mismo quien eligió a José María O. para que se encargara de la formación de los niños y niñas que aspiraban a convertirse en toreros, y explicó que la elección estuvo motivada porque lo conocía desde que él era pequeño y siempre lo había visto rodeado de gente del mundo del toro. «Creía que era la persona adecuada para transmitir unos valores y unos conocimientos que yo consideraba importantes», habría señalado. «Yo confiaba en él. Y tenía además muchísima más paciencia que yo en los primeros pasos, a la hora de coger el capote... Después ya era yo el que decidía quién estaba preparado para torear en el campo o en una plaza».

Respecto a los concretos abusos y agresiones sexuales que se están investigando, la magistrada Olga Reverte le preguntó por cuatro chicos y chicas que habrían pasado por las manos de José María O., bien como alumnos de la Escuela Taurina o como aspirantes a torero a los que el sospechoso formaba de manera particular. Sobre todos ellos afirmó que nunca escuchó nada referido a conductas sexuales.

Y respecto a si el acusado mostraba algún tipo de favoritismo hacia algún niño o niña, Liria señaló que «tenía debilidad con los alumnos que más destacaban. Se dejaba la piel con ellos».

La declaración, que se prolongó durante aproximadamente media hora, finalizó con las preguntas del letrado de la defensa, Manuel Martínez Martínez, quien quiso saber si la Escuela tenía detractores, algo que la juez Olga Reverte consideró que no venía al caso.

Antes de marcharse, el maestro dejó una frase que desvela su estado de ánimo y cómo está llevando este asunto. «No lo estoy pasando mal; lo estoy pasando peor».