El tratamiento que previene el VIH solo llega al 25% de los pacientes potenciales

Puede parecer una buena noticia, pero todo indica que no lo es. La propia Consejería de Salud señala que las pruebas diagnósticas «disminuyeron en el primer semestre del año debido a factores asociados a la pandemia, como el confinamiento y el menor acceso al sistema sanitario».

«Hay un retraso en la detección del VIH, y tememos que se incremente el diagnóstico tardío», advierte Enrique Bernal, especialista en Enfermedades Infecciosas del Reina Sofía. A la espera de poder medir ese efecto, lo cierto es que la detección tardía del VIH se sitúa en porcentajes inasumibles en la Región de Murcia desde mucho antes de la crisis sanitaria. En 2020, el 48% de los casos se diagnosticaron cuando los pacientes ya presentaban algún grado de inmunosupresión. En la media de los últimos tres años, el diagnóstico tardío alcanza el 51%.

Las consecuencias son trágicas: el año pasado murieron 12 personas de sida en la Región pese a que con el tratamiento adecuado, iniciado a tiempo, esto no debería suceder. La asociación Vihsibles habla de «abandono y desidia» por parte de la Consejería desde hace años, y no solo en lo relativo a la promoción de las pruebas rápidas del VIH, que permiten detectar el virus en tan solo veinte minutos. Desde principios de 2020, el sistema nacional de salud financia la profilaxis pre-exposición (PReP), un tratamiento dirigido a prevenir la transmisión principalmente entre hombres que mantienen sexo con hombres sin protección. Salud Pública estimó que este fármaco, que ha permitido reducir la transmisión en Estados Unidos, Francia o Australia, llegaría a unas 500 personas en la Región. Pero a día de hoy tan solo se le ha prescrito a 128, según el dato facilitado ayer por la Consejería. Esto significa que solo uno de cada cuatro pacientes potenciales está recibiendo la PReP. En Cataluña hay ya unas 5.000 personas siguiendo este tratamiento, y en Madrid hay lista de espera. En la Región, sin embargo, «el impacto de la PReP no se ha notado todavía. No hay muchas personas que la sigan, y se necesita tiempo para ver sus efectos», explica Bernal.

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Para Bartolomé de Haro, presidente de Apoyo Activo, una organización que trabaja en La Arrixaca, la situación actual refleja «la negligencia de la Administración regional». De la PReP, lamenta, ni siquiera se informa. «¿Qué ocurriría si pasase esto con cualquier otra enfermedad? ¿Que se supiese cómo diagnosticarla y cómo prevenirla, y no se hiciera nada?. Esto provoca muertes y un coste sanitario enorme», reflexiona. Vihsibles denuncia que desde 2012, cuando «el Gobierno regional decidió eliminar cualquier tipo de ayuda dirigida directamente al VIH, la desidia se ha instaurado en la Consejería».