Trabajo focaliza en la Región su campaña contra las irregularidades en el campo
Los inspectores han visitado más de 400 empresas agrícolas murcianas desde mediados de mayo para comprobar si cumplen la legislación
El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha convertido la Región de Murcia en uno de los blancos de la campaña nacional contra las ... irregularidades en el campo emprendida a mediados del mes de mayo.
Desde el 18 de mayo, un total de 418 empresas agrícolas de la Región han recibido la visita de los inspectores de Trabajo, «un número muy significativo en el contexto de actuaciones en todo el Estado», según informó ayer a LA VERDAD el Ministerio.
Las duras condiciones de trabajo, a veces incluso al margen de la ley, que soportan los jornaleros del campo se han vuelto a poner de manifiesto con el fallecimiento, el pasado sábado, del inmigrante Eleazar Blandón tras sufrir un golpe de calor mientras trabajaba en una finca de El Esparragal, en Puerto Lumbreras.
La Inspección laboral descubre varias infracciones en las circunstancias que rodean la muerte del jornalero
La titular de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, indicó ayer en Las Palmas de Gran Canarias que la Inspección ha aumentado a un millar las actuaciones de la campaña agrícola de este año.
Estas inspecciones, según el Ministerio, «suponen un refuerzo de las habitualmente realizadas y tienen un carácter general, abordando todas las materias objeto de actuación inspectora: economía irregular, condiciones laborales de las personas trabajadoras y de cotización a la Seguridad Social, y seguridad y salud, tanto laboral como de protección frente a la Covid-19».
El director provincial de la Inspección de Trabajo, Diego Martínez Rafecas, asegura a LA VERDAD que, hasta el momento, esta campaña está dando «bastantes resultados» en la Región, pero sin precisar de qué tipo, algo que tiene previsto hacer directamente el Ministerio cuando concluya a finales de septiembre.
Polémica con las patronales
Esta campaña ya suscitó en mayo duras críticas de los empresarios agrícolas de la Región al conocerse las instrucciones dadas desde el Ministerio a los inspectores que iban a participar en ella, en las que se les instaba a descubrir casos de «explotación laboral y de trata de seres humanos para la imposición de trabajo o de servicios forzados, y de esclavitud o prácticas similares a la esclavitud». Los empresarios murcianos calificaron entonces de «injustas» e «indignantes» estas directrices.
El empresario que lo contrató admite que no le dio de alta en la Seguridad Social, pero desmiente que lo abandonara a las puertas del centro de salud
El caso de Eleazar Blandón ha devuelto esta polémica a la actualidad, tras conocerse las largas jornadas de trabajo que desarrollaba bajo altas temperaturas y sin estar dado de alta en la Seguridad Social. Sus familiares denunciaron, además, que el empresario de la empresa de trabajo temporal (ETT) para la que trabajaba lo abandonó a las puertas del centro de salud cuando ya se encontraba mal por el golpe de calor.
Los inspectores de Trabajo visitaron la finca de Puerto Lumbreras, donde Blandón recogía sandías, y la empresa agrícola propietaria el domingo y el lunes pasados y, según Martínez Rafecas, descubrieron que algunas de las circunstancias laborales en que se encontraba el temporero y que rodearon su muerte son constitutivas de infracciones administrativas.
El empresario se defiende
Además de la Policía Judicial, también los técnicos del Instituto de Seguridad y Salud Laboral, dependiente de la Consejería de Empleo, han abierto una investigación sobre el caso. El responsable de la ETT para la que trabajaba cuando falleció Eleazar Blandón, de 42 años, asegura que lo llevó al médico sin demora al marearse y lo hizo al centro de salud en lugar de al hospital por estar más cerca.
Así lo relató a Efe Tomás Ballesteros, el abogado del empresario ecuatoriano de 50 años, en libertad provisional sin fianza como presunto autor de un delito contra los derechos de los trabajadores, por no tener dado de alta en la Seguridad Social al temporero, quien sufrió una parada cardíaca en el traslado del centro de salud al hospital lorquino Rafael Méndez.
Blandón fue llevado al médico terminada la jornada laboral, de 7 a 15 horas, con un descanso a las 10, tras el que los compañeros declararon a la Guardia Civil que se encontraba bien, no así pasadas cuatro horas de esa parada, cuando uno de ellos tuvo que sujetarlo para que no se cayera de lo mareado que estaba.
«Abandono hay, pero no desamparo», indicó el abogado sobre la forma en que el jefe dejó a su empleado en el centro de salud sobre las 15.30 horas, pero habló con el vigilante jurado y, una vez en manos de los médicos, dio sus datos y su teléfono para estar localizable, tras lo que volvió a las 19 horas para interesarse por él, momento en el que habló con él la Policía Judicial.
«Estaba sin asegurar, punto y se acabó. Es una infracción administrativa no haberle dado de alta los tres días en los que empleó» a Blandón, reconoce Ballesteros, para quien su cliente «no pensó que de un mareo se fuera a morir. Y que pregunte a la casera del piso que tenía alquilado a qué hora llegaba de trabajar, porque por las tardes no lo hacía», agrega el abogado.
La ministra declara que el fallecimiento de Blandón «invade la esfera penal»
La Inspección de Trabajo ha abierto expedientes sobre las «deplorables» condiciones de trabajo de los jornaleros que estaban en la finca de El Esparragal (Puerto Lumbreras), donde pasó sus últimas horas de vida el temporero nicaragüense Eleazar Blandón, tras apreciar indicios de que vulneraban la legislación «y los derechos humanos».
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dio a conocer esta decisión al ser preguntada en Las Palmas de Gran Canaria sobre la investigación abierta en torno a la muerte de Blandón, del que confirmó que falleció «por estrés térmico», tras trabajar en doble jornada de mañana y tarde recogiendo fruta «a más de 44º y sin ningún tipo de protección». «Las condiciones en las que se estaba desempeñando esa actividad eran deplorables», «es un hecho luctuoso, dramático, que habla muy mal de nuestro país», señaló la ministra, para quien lo ocurrido también «invade la esfera penal».
Yolanda Díaz precisó que le consta que la mayoría de empresarios del campo trabajan con condiciones que respetan las exigencias de la ley, pero también apuntó que su Ministerio está «muy comprometido» con la persecución de este tipo de abusos. Hasta el punto, recordó, de que fue «cuestionada y amenazada por dos patronales» por una de sus primeras decisiones como ministra: reformar la ley que regula las inspecciones laborales y reforzar la vigilancia sobre el alojamiento de los temporeros.
«Su jornada se extendió desde las 7.00 de la mañana hasta las 14.00 horas y luego se prolongó en la recolección de melones en una finca adyacente hasta largas horas de la tarde, a una temperatura de 44 grados sin ningún tipo de protección. Y el trabajador murió por estrés térmico», resumió. La ministra añadió que la campaña de Inspección de empresas agrícolas se ha intensificado hasta extenderla a mil actuaciones.
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