La CHS investiga un nuevo vertido sin depurar a la rambla de El Albujón

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) continúa firme en su vigilancia de los vertidos contaminantes al Mar Menor. Tras el último episodio de lluvias el pasado jueves, agentes ambientales del organismo de cuenca tomaron muestras en Torre Pacheco de un nuevo vertido del aliviadero de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR), de titularidad municipal pero gestionada por la Entidad de Saneamiento (Esamur), a la rambla de El Albujón, que a su vez desemboca en la laguna.

Las muestras serán analizadas por la CHS para acreditar si el agua supera los parámetros contaminantes fijados por la normativa. «También se comprobará si esos vertidos se corresponden con los que la planta de tratamiento tiene autorizados» para arrojar a la rambla, aseguró su presidente, Mario Urrea. En caso de contravenir la legislación en cualquiera de los dos supuestos, se procederá a abrir el correspondiente expediente sancionador.

Esta situación no es nueva, pero la presión de los movimientos vecinales y ecologistas para que se fiscalice el contenido de cualquier volumen de agua que se vierta a la rambla de El Albujón hace que la Confederación no vaya a pasar por alto ninguno de estos episodios.

En el caso de Torre Pacheco, cada vez que llueve en abundancia en su término municipal, la EDAR no tiene capacidad para almacenar el agua procedente de los colectores de pluviales y el alcantarillado, y se evacúa directamente sin tratamiento al cauce de la rambla de El Albujón a través de un aliviadero. Sobre esta situación, un portavoz de Esamur quiso dejar claro que la muestra tomada por la CHS «es del agua que recoge la red municipal de saneamiento de Torre Pacheco, no es agua depurada de la planta ni un vertido de la misma».

Desde el Ayuntamiento, el alcalde, Antonio León, afirmó no tener constancia oficial de la investigación abierta por la CHS. Aún así, dio orden a la empresa concesionaria del servicio de aguas y red de saneamiento de inspeccionar «si aprovechando las lluvias algún particular o empresa ha vertido alguna sustancia contaminante o no autorizada al alcantarillado». En los últimos años, el Consistorio ha abierto «numerosos expedientes por este tipo de vertidos ilegales», indicó el primer edil.

Para evitar que la estación depuradora evacúe las aguas residuales sin depurar por falta de capacidad de almacenamiento, hay unas obras en marcha. León afirmó que «sería muy conveniente que los trabajos se aceleraran, porque no van todo lo rápido que debieran». Las obras, que comenzaron a finales de 2020, consisten en la construcción de un tanque de tormentas de 6.000 metros cúbicos y de una balsa de laminación con capacidad de almacenamiento de 60.000 metros cúbicos.

Este proyecto está valorado en 3,5 millones de euros y tiene un plazo estimado de ejecución de doce meses. Cuando finalicen los trabajos, es previsible que acabe el desbordamiento de la red de saneamiento al llegar a la depuradora, cuyos vídeos de descarga de agua hacia la rambla de El Albujón se llevan difundiendo años por las redes sociales.

El daño principal de este agua, de procedencia diversa, es que se vierte sin ser depurada y proviene de colectores de pluviales y de la red de saneamiento de todo el término municipal. En el detalle del proyecto, se especifica que la nueva infraestructura derivará el agua al tanque ambiental a través de una arqueta que dispone de un arenero y una reja de gruesos de diez centímetros. De hecho, en la entrada al tanque ambiental existirá un tamiz de finos con una capacidad de 7.200 metros cúbicos por hora y un sistema de limpieza mediante volquetes. La balsa de laminación dispondrá de solera de hormigón armado para su limpieza mecánica y un sistema de impulsión a la depuradora de «una más una» bombas para el tratamiento del agua almacenada.

El inicio de las obras se prolongó más de un año después de la licitación y adjudicación del proyecto, en 2019, debido a que el Ayuntamiento pachequero tuvo finalmente que expropiar una porción del terreno necesario para acometer los trabajos de construcción al no alcanzar un acuerdo con los propietarios.