El temor a los okupas dispara la venta de seguros con empresas privadas de desahucios en la Región

«Cuando empezamos en 2017, todo era más 'light'; había mas mediación... Hoy en día la agresividad a la que hacemos frente dificulta mucho nuestro trabajo», relata Salvador. Situaciones tan límite como la vivida en el número 30 de la calle Jade ponen a prueba a unos operarios preparados para hacer frente a cierta intimidación física, pero no a disparos o armas blancas. Aunque suelen hacer una vigilancia previa para conocer el terreno de primera mano y la situación que puede generarse con los vecinos, esta vez nadie se esperaba algo así: «Se trata de una buena zona en la que era imposible imaginarse una reacción tan violenta como esa».

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los delitos de usurpación en la Región cayeron de 168 en 2018 a 124 en 2019, lo que supone una reducción del 26%. Sin embargo, el número de denuncias mantiene una línea ascendente: las cifras del Ministerio del Interior apuntan a un aumento de casi un 60% entre 2018 y 2019, situándose la Región a la cabeza, solo por detrás de La Rioja y Melilla. Además, si se comparan las presentadas en el primer semestre de los dos últimos años, el resultado es una nueva subida, esta vez pasando de las 147 de 2019 a las 176 de 2020.

Los números que manejan en Desokupa Exprés, algo más recientes, señalan en la misma dirección: «La contratación de nuestros servicios ha aumentado un 25% con respecto al año pasado», expone Palazón. Esta empresa puso en marcha hace unos meses un nuevo seguro, que ha sido todo un éxito: «Supone la mejor prueba de que existe un gran miedo a la ocupación; la gente no quiere esperar a encontrarse con otras personas viviendo en su casa».

Mediante este contrato, el cliente paga una cuota de un euro diario y la firma se compromete a desalojar a los usurpadores sin necesidad de que se abone el precio habitual de su trabajo, que puede superar los 3.000 euros.