CC OO y UGT reclaman en el Primero de Mayo que no se confinen los derechos laborales
Los sindicatos de la Región de Murcia celebran una Fiesta del Trabajo marcada por los efectos de la pandemia en el empleo y en las condiciones de vida de los asalariados
«Los derechos de los trabajadores no están confinados», proclamaban este viernes los sindicatos en la Región. El coronavirus ha sacado de la vía pública la actividad comercial, productiva y social, pero también los actos de contenido reivindicativo, que tratan de salvar su encierro domiciliario saltando a las redes sociales. Atípica, como casi cualquier otra celebración o convocatoria en estas siete semanas, fue este viernes la manifestación del Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, que saltó desde sus escenarios habituales en las calles a las plazas digitales, donde los 'hashtags' se convierten en consignas, lemas y pancartas.
Justo antes de esta movilización virtual, los secretarios generales de CC OO y UGT en la Comunidad trasladaron sus habituales discursos en el jardín del Malecón de Murcia a YouTube, «algo impensable hace escasamente dos meses», como señalaba el líder de Comisiones Obreras, Santiago Navarro.
Tanto él como su homólogo en UGT, Antonio Jiménez, conocen de primera mano los peligros que comporta la salud la Covid-19, enfermedad que ambos han conseguido superar durante el presente estado de alarma. Por ello, recordaron, más ante una amenaza como la de la pandemia, que «la prevención de riesgos laborales no puede concebirse como un mero trámite formal». «Esta vigilancia no puede seguir deteriorándose, con la pasividad de la administración, que ha desmantelado buena parte del Instituto de la Seguridad de la Seguridad y la Salud Laboral de la Región, permitiendo la desinversión en prevención de las empresas», denunció Navarro, con la mente puesta, más si cabe, en la labor de los trabajadores de los servicios prioritarios. «Este Primero de Mayo pertenece especialmente a aquellos que desde primera línea en el frente están salvando vidas o permitiendo que podemos vivir el confinamiento con nuestros servicios esenciales cubiertos», apostilló Jiménez.
Por otro lado, ambos líderes sindicales mostraron su rechazo a que los efectos de la pandemia en la economía se salden con la desprotección de las familias. «Esta situación no puede de nuevo saldarse con el sacrificio de los derechos salariales y laborales de los trabajadores, más en una Región una región líder habitual en precariedad», remarcó Jiménez, que matizó, no obstante, que «la diferencia de esta crisis con la de 2008, además del origen, radica en que los poderes públicos deben haber aprendido la lección y pueden intervenir para minimizar su impacto».
Cambio de modelo productivo
Afrontar esta situación de una manera correcta pasa a corto plazo, para los representantes sindicales, por un «diálogo social responsable», que echan de menos en la Región, y por «el refuerzo de unos servicios públicos erosionados, que han demostrado más que nunca su necesidad», puntualizaron mientras defendían la implantación del Ingreso Mínimo Vital.
Pero a medio y largo plazo, la prevención frente a nuevos desplomes económicos exige afrontar, de manera definitiva, un «cambio de modelo productivo en la Región». «Necesitamos una industria potente, que asuma las riendas de una economía menos vulnerable y más autosuficiente, para no vernos de nuevo con una raquítica estructura industrial al descubierto», explicó Jiménez, que no dejó pasar, sin embargo, la oportunidad de elogiar a sectores tradicionales, como la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria, que «han amortiguado la caída de nuestro PIB».
Las revindicaciones se completaron con dos peticiones, la de una fiscalidad más justa y la de un uso equilibrado de los Expedientes de Regulación de Empleo, y el rechazo a dos peticiones de la patronal Croem: que se permita despedir tras la puesta en marcha de uno de estos expedientes y que «los trabajadores cedan a las empresas 15 días de vacaciones».