El barro deja aislados otra vez a los vecinos de El Mojón
La CHS busca el consenso de la localidad y de Pilar de la Horadada para frenar las aguas desde Lo Romero
La primera oleada de barro de la temporada ya ha invadido El Mojón. La localidad costera ha vuelto a recibir los arrastres de agua y barro de las recientes lluvias caídas en la cuenca interior de San Pedro del Pinatar y Pilar de la Horadada (Alicante). Con las calles cubiertas con una gruesa capa de lodo, los vecinos se quedan aislados en sus casas, sobre todo los mayores, que evitan salir por miedo a las caídas, que fueron frecuentes la pasada primavera, cuando no hubo semana sin una nueva riada. Durante la madrugada de ayer, el agua llegó a cubrir el nivel de las aceras y hacía difícil incluso transitar en coche. Como ha ocurrido durante los últimos meses, la localidad sigue recibiendo enormes caudales incluso cuando ha dejado de llover.
Las transformaciones realizadas en las tierras de interior han convertido El Mojón en un desagüe. Así lo vienen denunciando las asociaciones vecinales. La plataforma Stop Inundaciones ya ha solicitado una nueva reunión en la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) para conocer la evolución del proyecto que debe dar solución al continuo ahogo de la localidad.
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El presidente del organismo de cuenca, Mario Urrea, tiene previsto «citar a los dos alcaldes en no menos de quince días para llegar a un acuerdo con el proyecto» que daría solución a las constantes inundaciones. Los fondos europeos contribuirán a financiar los 17 millones de euros que costará canalizar las aguas hacia la rambla de Las Higuericas para desembocar en la línea costera alicantina.
Por fases
«Si hay acuerdo, se empezará a tramitar la exposición pública y las expropiaciones», explica Urrea, quien se inclina por realizar el proyecto por fases: el de la cabecera, con una balsa de almacenamiento en Lo Romero, un tramo intermedio, y la desembocadura en la rambla.
El presidente de la Confederación se muestra partidario de ejecutar en primer lugar los tramos de inicio, tierras adentro, y del final, «ya que son los más efectivos» para aminorar el volumen de agua que baja hacia la costa.