La AGA compra otros 16 aviones suizos y se convierte en el mayor operador europeo de Pilatus
Defensa ha invertido 445 millones de euros en los 40 turbohélices y 5 simuladores para formar a los nuevos pilotos
Los turbohélices suizos se van imponiendo en el paisaje visual y sonoro del Mar Menor. El Ejército del Aire ya compró 24 aviones PC-21 hace un año y medio para que sustituyan al español C-101 en la formación básica de vuelo de los futuros pilotos, pero ahora el Ministerio de Defensa acaba de adquirir otros 16 Pilatus, que terminan de completar el nuevo sistema de enseñanza avanzado en la Academia General del Aire. El Estado ha invertido 445 millones de euros en los 40 aviones y los 5 simuladores, que permitirán «alcanzar las tasas de eficiencia, tanto logística como de formación, evitando solapes, tiempos muertos y redundancias», señaló el subdirector general de Adquisiciones de Armamento y Material del Ejército del Aire, el coronel Alfonso Francisco Torán Poggio, durante la firma de la compra con la compañía suiza, que tuvo lugar este viernes en el hangar número 6 de la base de San Javier.
El director ejecutivo de Pilatus Aeronaves, Markus Bucher, elogió «la reputación de las Fuerzas Armadas españolas» que, con la incorporación del sistema completo de enseñanza de la marca helvética, «se convierte en el mayor operador de Pilatus en Europa». El PC-21 está ya integrado en las fuerzas aéreas de Francia, Reino Unido, Australia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Qatar, Singapur y, por supuesto, Suiza.
«El excelente rendimiento y la capacidad de responder a todos los retos propuestos» es lo que ha convencido al Ejército del Aire para completar su cadena de formación con el método suizo. El segundo lote de los 16 aviones irá llegando durante los próximos meses a la base militar de Santiago de la Ribera, para que el próximo curso inaugure la 'era Pilatus' en la AGA, de modo que el avión tricolor sea el único utilizado en todo el proceso de entrenamiento de vuelo, desde el tercer curso en la fase elemental, hasta el cuarto y quinto con la fase básica.
La era del PC-21
De momento, aún comparten el cielo con la Pillán, otro turbohélice diseñado para la instrucción de vuelo, pero de fabricación chilena, que se jubilará de las alturas con la incorporación del Pilatus desde la 'suelta' de los alumnos, el momento en que toman los mandos de un avión.
Ya ningún futuro piloto manejará una aeronave analógica en la AGA. «Es un salto considerable para la formación del Ejército del Aire, porque da respuesta a todas sus necesidades con un sistema de última generación», asegura la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcárce, quien asistió a la firma del contrato junto al Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire y el Espacio, Javier Salto Martínez-Avial.
Entre las ventajas del E-27, la designación militar del Pilatus, Valcárce destacó «la seguridad en vuelo, la aviónica moderna y el sistema integrado que eleva la calidad de la enseñanza». Sus simuladores permiten practicar las maniobras aéreas antes de su realización, lo que refuerza las garantías de éxito y optimiza las horas de vuelo, con el consiguiente ahorro de combustible. Con un avión único de enseñanza, la AGA podrá unificar su área de mantenimiento en una sola cadena logística. La secretaria de Estado fue este viernes más allá y apuntó a «las posibilidades que abre al desarrollo de la industria nacional, ya que vamos a asumir las funciones de mantenimiento».
La llegada del 'Arpón', según su indicativo en radio, supuso una revolución cualitativa en la AGA. El Ministerio ya construyó un edificio, con una inversión de 1,6 millones de euros, para albergar los primeros dos simuladores. La sede definitiva que centralizará todo el dispositivo de tierra del Pilatus se empezará a construir en los próximos meses, con un presupuesto de 5,5 millones de euros. Junto a los hangares de la pista de San Javier, ya se alinean los selters o refugios de los flamantes aviones grises con el delantero rojo y una banda amarilla vistiendo con la bandera nacional el fuselaje. Desde las infraestructuras y el paisaje, hasta la adaptación del profesorado, todo está cambiando en la AGA, que ha aterrizado ya en la era digital.
La patrulla Águila, pendiente de la salud del C-101
El Pilatus retira de su función docente al reactor nacional C-101. El popular 'culopollo', como lo llaman los pilotos militares, ganará tiempo con esta jubilación, ya que no gastará sus horas de vida operativa en las clases de vuelo. Sólo servirá ya a la patrulla Águila y a las misiones que le encomiende el Mando Aéreo de Combate (MACOM), con lo que alargará su esperanza de vida útil. El eficiente equipo mecánico de la AGA los reforzará con el intercambio de piezas entre los más de 30 'mirlos' que quedan en la base costera.
Queda sin embargo aún en el aire el futuro de la patrulla Águila. Esta prórroga de vida para los C-101 le da al Ejército un margen para buscar soluciones, ya que el avión enseña de la unidad acrobática militar tiene los días contados, y tampoco encaja en su perfil de icono nacional mantener la admiración de sus seguidores con un avión de hélice con sello suizo.
