Los regantes critican que Ribera «se ensaña», mientras mantiene o rebaja caudales en otros ríos
El Scrats muestra ejemplos del diferente trato que da el Ministerio a varias cuencas, y detecta «sorpresas» en otros tramos del Tajo
El Sindicato de Regantes del Trasvase (Scrats) considera que el Ministerio ha empleado un rasero distinto a la hora de establecer los caudales ecológicos, ya que se mantienen o reducen los regímenes en otros tramos y ríos, pero no se varía la propuesta sobre el Alto Tajo, donde dichos caudales se incrementarán hasta un 43% los próximos años. El presidente del Scrats, Lucas Jiménez, considera por ello que el principal objetivo es atacar el Trasvase y denuncia el «ensañamiento» de la ministra Teresa Ribera con el Levante.
El Scrats muestra su «sorpresa» ante el hecho de que en el Plan del Tajo se bajan caudales en el río Alagón respecto a la propuesta inicial: aguas arriba los dejan en un 31% de lo planteado y aguas abajo se rebajan el 50%. También sucede lo mismo en el tramo del Jarama entre el río Tajuña y la desembocadura en el Tajo, en Aranjuez; así como la salida de los embalses de Entrepeñas y Buendía, indica. «Supongo que para satisfacer las demandas de recreo turístico» en la zona, señaló Jiménez. Igualmente, «se han rebajado los caudales ecológicos con carácter general a partir del embalse de Castejón», con el objetivo, según Jiménez, «de tranquilizar a los líderes políticos, me imagino, de Castilla-La Mancha».
Las demandas urbanas en el Tajo solo crecerán 38 hectómetros, incluidas la de Madrid, y el consumo de su regadío disminuirá
Los regantes también ofrecen datos de otras cuencas donde sostienen que se han reducido o mantenido los caudales, como en tres tramos del Guadalquivir (Arroyo Galapagar, río Genil y río Guadajoz). En la demarcación del Guadiana, ponen como ejemplo tramos de Badajoz y de Puebla de don Rodrigo. En el Duero, se mantienen los caudales en Toro, mientras que se produce una situación similar en el río Mijares.
El Plan del Tajo señala que no puede fijar por ley los excedentes de agua de la cabecera para trasvasar al Levante
Lo mismo sucede con el Ebro a su paso por Zaragoza, donde permanece igual régimen de agua que en el ciclo anterior. Los cambios más importantes en el Ebro responden a veintiséis alegaciones presentadas por empresas, regantes, municipios, ecologistas y los gobiernos de Aragón, Cataluña y País Vasco.
El Plan del Tajo que se votará el martes por su Consejo del Agua recoge el incremento de caudales de 6 a 8,6 metros cúbicos por segundo en Aranjuez, como avanzó LA VERDAD, sin cambios en la fase de alegaciones. Esta demarcación especifica en su Memoria que tiene limitada su capacidad «para fijar el carácter excedentario de las aguas a trasvasar», y para ello se remite a dos leyes de los años 2013 y 2015, una de ellas la del Memorándum del Trasvase, «que supusieron un cambio de escenario» en la planificación de dicha demarcación». Sobre esta base, el Plan del Tajo considera el Trasvase «como una presión de extracción de agua». En la etapa de Rajoy, a través de la ley del Memorándum se traspasó la regulación del Trasvase al Gobierno central.
Demandas de Madrid
En cuanto a las demandas futuras, el Plan del Tajo señala que los consumos urbanos se incrementarán en 38 hectómetros anuales, incluidos los de la Comunidad de Madrid; mientras que la agricultura disminuirá su asignación en 69 hectómetros debido principalmente a la mejora que se exigirá en la eficiencia del regadío. En el escenario 2039, la demanda total aumenta en 89,5 hm³/año adicionales. Este crecimiento se debe fundamentalmente al aumento de la población previsto, sobre todo en Madrid, que requerirá probablemente caudales de la cabecera del Tajo.
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El plan menciona que hay 50 hectómetros anuales asignados al Parque de las Tablas de Daimiel; así como la futura dotación a la cuenca alta del Guadiana a través de la 'Tubería Manchega', que se pondrá en marcha en breve, como exige el Gobierno de Castilla-La Mancha. Estos usos irán a cargo también de la cabecera del Tajo.
