La Unidad de Salud Medioambiental de La Arrixaca estudia los beneficios de las zonas verdes para prevenir enfermedades
Niños con trastornos del neurodesarrollo participaron el sábado en una «inmersión» en El Valle, con senderismo y talleres de estimulación
«Recetar más naturaleza». Es lo que se ha propuesto la Unidad de Salud Medioambiental de La Arrixaca, embarcada desde hace años en el objetivo ... de demostrar los beneficios del contacto de los niños con el medio natural. Los bosques, los parques, los ríos y los mares pueden ser la mejor medicina a la hora de prevenir enfermedades o de mejorar el pronóstico en múltiples patologías, subraya el pediatra Juan Antonio Ortega, responsable de la unidad. Por eso, niños afectados por trastornos del neurodesarrollo se echaron el sábado al monte, en El Valle, acompañados por sus familias para disfrutar de una mañana «de inmersión» en la naturaleza.
Es la tercera ocasión en que se celebra esta actividad, que incluye senderismo, talleres para estimular los sentidos (del olfato a la vista) y lectura. Antes de iniciar la ruta, y después al terminar la jornada, los sanitarios de la Unidad de Salud Medioambiental toman muestras de saliva de los participantes, con el objetivo de medir los niveles de cortisol, amilasa salival e inmunoglobulinas. «Nuestra hipótesis es que con el contacto con la naturaleza disminuyen los niveles de cortisol y aumentan las defensas, las inmunoglobulinas», explica Ortega.
En estas jornadas participan niños con trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) y otros trastornos del neurodesarrollo, y a ellos se unen jóvenes supervivientes de cáncer infantil. Pero el contacto con el entorno es beneficioso para la salud de todos, recuerda el pediatra. «Los médicos deberíamos recetar más naturaleza y preguntar más en las consultas sobre el número, tipo y duración de experiencias en la naturaleza. Deberíamos fomentar más los vínculos con el medio natural como vía para fortalecer la salud y para contrarrestar o disminuir los efectos negativos de muchas exposiciones a tóxicos medioambientales», reflexiona.
'Dosis' de una o dos horas
La Unidad de Salud Medioambiental ha realizado un trabajo de revisión de la literatura científica sobre este tema para el informe anual de la Fundación Faros, y las conclusiones van en esta dirección. «La infancia debería pasar al menos entre una y dos horas diarias en el entorno verde o azul natural o urbano más cercano para satisfacer las necesidades de salud óptimas», explica Juan Antonio Ortega. «El contacto con la naturaleza resulta fundamental en los primeros años de vida, y cuanto más precoz se inicie, los beneficios serán mayores. De forma global, al menos una hora de contacto diario con la naturaleza nos parece el mínimo para satisfacer las necesidades para un desarrollo saludable. Si no se alcanza esta dosis consideramos que hay un déficit de contacto», añade.
EFECTOS DEL CONTACTO CON EL MEDIO NATURAL
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- Disminuye la mortalidad global.
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- Aumenta la sensación de bienestar y la sociabilidad.
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- Reduce las conductas agresivas, la hiperactividad y mejora la atención.
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- Reduce el estrés y marcadores de inflamación. Mejora el sueño.
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- Mejora el neurodesarrollo motor (coordinación/equilibrio) y cognitivo. Mejora el rendimiento escolar.
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- Disminuye el consumo de alcohol y otras drogas.
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- Disminuye la obesidad y el riesgo de diabetes
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- Mejora las habilidades motoras, sociales y de conectividad en los enfermos con trastornos del neurodesarrollo
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- Mejora la calidad de vida relacionada con la salud en los supervivientes de cáncer infanto-juvenil.
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- Disminuye el riesgo y aumenta la supervivencia global de algunos tipos de cáncer.
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- Mejora el sistema inmune (aumenta la actividad NK, expresión de proteínas anticáncer e inmunoglobulina A en mucosas)
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- Incrementa la función pulmonar y mejora el asma.
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- Disminuye el riesgo cardiovascular (disminuye la tensión arterial, obesidad, aumenta la actividad física)
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- Aumenta los niveles de vitamina D.
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- Mejora el control del dolor agudo y crónico.
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- Recuperación quirúrgica más rápida
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- Reduce las visitas al médico y el consumo de fármacos.
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- Mejora la agudeza visual.
El responsable de Salud Medioambiental de La Arrixaca resume la 'dosis' de naturaleza en tres cifras: 3-30-300. Se trata de «poder ver 3 árboles desde la ventana de tu casa, tener un 30% de zona verde en tu barrio y que esté a menos de 300 metros de tu casa». Pero la concienciación sobre la importancia del contacto con la naturaleza llega precisamente cuando ese entorno está en peligro. «Nuestra relación con la naturaleza ha sido muy destructiva», recuerda Ortega. «Las investigaciones recientes sobre la carga global de enfermedades muestran que las principales causas tras el número de años de vida con mala salud crónica son 100% prevenibles, y relacionadas con el deterioro y contaminación de los ecosistemas».
Un posible efecto protector
El estudio de la relación entre salud y naturaleza lleva a su reverso: la vinculación entre contaminación y enfermedad. Y ahí el equipo de Juan Antonio Ortega se ha embarcado en numerosos estudios centrados, sobre todo, en la leucemia infantil. En coordinación con Carlos Ojeda Sánchez, de la Universidad de Albacete, y con investigadores del Centro Nacional de Epidemiología y la Universidad de Valencia, la Unidad de Salud Medioambiental ha abordado el posible efecto protector tanto de los espacios verdes como de los 'azules' (zonas de costa) frente a los distintos tipos de leucemia.
El objetivo, explica Ortega, es comprobar si los niños que viven junto a estos espacios presentan menores incidencias de esta enfermedad. Los resultados, publicados en sendos artículos en 'Environmental Research' y en 'International Journal of Environmental Research and Public Health' así lo sugieren, aunque no sean concluyentes.
Los riesgos de un mar contaminado
¿Vivir cerca del mar disminuye el riesgo de leucemia infantil? Por el contrario, ¿residir junto a un ecosistema marino contaminado por derivados del petróleo y otras sustancias químicas, como pesticidas, incrementa la posibilidad de desarrollar esta enfermedad, especialmente la leucemia mieloblástica aguda? Son preguntas planteadas en un reciente estudio en el que ha participado la Unidad de Salud Medioambiental de La Arrixaca. Los investigadores han analizado la incidencia de leucemia junto a cuatro espacios 'azules' en España: las costas de Vizcaya, Barcelona, Valencia y la Región de Murcia. No hay datos concluyentes, pero «globalmente se observa un carácter protector del mar», señala Juan Antonio Ortega. Sin embargo, el pediatra advierte de una posible relación entre el deterioro de estos espacios marinos y una mayor incidencia de leucemia mieloblástica, vinculada a la exposición a la contaminación química. «Esto es lo que hay que estudiar ahora», explica.
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