La alumna de Bachiller del IES Sabina Mora Marwa ayuda a dos compañeras de la ESO, Youmeli y Andrea, a las que tutoriza. Nacho García

Tutorías de compañeros para rebajar el abandono: «Ranya me enseña a organizarme; quiero sacar buenas notas, como ella»

Estudiantes de la ESO del IES Sabina Mora, de Roldán, reciben el apoyo de alumnos mayores de Bachillerato

Miércoles, 29 de enero 2025, 01:21

Kawtar, 14 años, alumna de segundo de la ESO del IES Sabina Mora de Roldán, Torre Pacheco, arrancó el curso renqueando. Sus notas han mejorado ... desde que ha comenzado a asistir a las sesiones de refuerzo del programa ReferenT. Ranya Ouareli, otra alumna del mismo instituto mayor que ella, de primero de Bachillerato, le ayuda a organizarse, le aclara las dudas que le han surgido en clase y le aconseja sobre las cuestiones a las que debe prestar más atención. «Me ha enseñado a organizar el archivador y a estudiar y repartirme mejor el tiempo», cuenta ilusionada con que sus calificaciones mejoren este trimestre. La adolescente quiere estudiar Enfermería en la Universidad, y Ranya, futura alumna de Odontología, se ha convertido en un referente para ella. «Saca muy buenas notas, y yo también quiero hacerlo. Sus consejos son bastante útiles», resume.

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Los 'mentores' ayudan a sus compañeros más pequeños a planificar sus exámenes y a estudiar, y les aclaran dudas

Las dos jóvenes participan este año en el programa para atajar el abandono escolar en el instituto, que el pasado curso rebajó las tasas de fracaso cerca de un 60%. «Alumnos que empezaron con cinco suspensos terminaron el curso con uno, e incluso con todo aprobado», explica José Antonio Martínez, uno de los coordinadores del plan, que obliga a un esfuerzo extra a todos los implicados. Los alumnos de los primeros cursos de la ESO que están en riesgo de repetición o empiezan a flojear son 'mentorizados' por compañeros de Bachillerato seleccionados por los equipos docentes de los centros escolares, que les 'tutorizan' una hora a la semana. Estudiantes, familias y docentes del instituto firman un 'contrato educativo' antes de comenzar con el programa en el que queden por escrito los objetivos y pasos a los que se comprometen todas las partes.

«Establecen un vínculo, y son mucho más receptivos a las indicaciones que les dan otros alumnos que a las que parten de los profesores o los padres», explica Isabel Navarro, coordinadora del programa. Los martes a las dos y cuarto de la tarde, cuando los más de 900 alumnos del instituto irrumpen en el vestíbulo para salir corriendo a casa, los 26 alumnos de los primeros cursos de la ESO y los 13 tutores que participan en el programa se reparten por las aulas vacías para realizar sus sesiones. La motivación de los 'mentores' de Bachillerato que sacrifican su hora libre para ayudar a los compañeros pequeños se refuerza con cada pequeño avance. «Cuando te cuentan que han entendido algo que no comprendían o que les ha ido bien en un examen da mucho gusto. A mí también me hubiera gustado que me hubieran ayudado en primero de la ESO, estaba tan perdida como ellos», cuenta Marwa Tounssi, quien tutoriza a sus dos compañeras menores Andrea y Yumeily, que esta semana repasan las fechas de sus próximos exámenes y planifican las horas de estudio que tendrán que dedicarles. «Para educar a un niño hace falta una tribu entera, y en una sociedad tan individualista, estos apoyos son determinantes», resume José Antonio Martínez.

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