Quejas por la falta de personal médico en residencias del IMAS
Varios lotes de test de antígenos han caducado en los centros porque «no ha habido planificación»
El final de la quinta ola de la pandemia no está suponiendo la erradicación de algunos problemas con los que tienen que lidiar desde hace años algunas residencias y centros para personas con discapacidad de la Región de Murcia. La residencia Obispo Javier Azagra, dependiente del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS), lleva varias semanas sin cubrir la plaza de médico que tiene asignada el centro, ubicado en Murcia y en el que residen más de un centenar de ancianos con diferentes patologías, y que hace solo unos días ha superado otro brote de Covid-19. Esto está provocando una situación de «abandono y desamparo», según ha denunciado una auxiliar de enfermería que prefiere mantener su identidad en el anonimato, aunque reconoce que «toda la plantilla está desesperada con esta situación porque tenemos que asumir funciones que no nos corresponden». De hecho, las labores médicas propias en el centro solo las atienden «los facultativos del 112 a los que llamamos cuando se presenta una urgencia, pero que algunas veces no quieren venir a valorar a los ancianos puesto que no se corresponden con urgencias propiamente dichas».
Esta situación no es exclusiva de la residencia Obispo Javier Azagra. El centro para personas con discapacidad Julio López Ámbit, también dependiente del IMAS y también en Murcia, se ha quedado 'huérfano' de la facultativa que compartía con los usuarios de la residencia Luis Valenciano, que ha decidido dimitir de su puesto a raíz del cese del director del centro por parte de la cúpula de la Consejería de Política Social. «La escasez de personal facultativo en estos centros es endémica, y repercute directamente en la calidad asistencial de ancianos con diversas patologías y que son enfermos crónicos. Es un disparate», definen responsables del sector de las residencias consultados por LA VERDAD.
«Dinero a la basura»
Por otra parte, los responsables de varios centros han comprobado con impotencia en los últimos días cómo caducaban cientos de test de antígenos en diversos lotes repartidos por las residencias y con los que se debían hacer pruebas tanto los trabajadores como los usuarios. Así lo ha podido confirmar LA VERDAD, aunque fuentes de la Consejería de Política Social aseguraron ayer «no tener constancia» de este asunto, ni tampoco de las protestas por la falta de médicos. Fuentes del sector consultadas por este periódico explican que «nadie sabe, ni siquiera en el IMAS, la cantidad total de test de antígenos que se han echado a perder». Lo cierto es que no será poco el «dinero que se ha tirado a la basura porque no ha habido planificación» por parte de Política Social.