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Un agente custodia a Héctor V. para trasladarlo en un furgón policial a un hospital, ayer. EDU BOTELLA / AGM

El presunto parricida esperó a su padre en el interior del edificio con un cuchillo

La mujer del doctor Villegas sospechó desde el primer momento que su hijo había sido el autor de la agresión que acabó con la vida de su marido

Jueves, 6 de agosto 2020, 00:02

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El doctor José Antonio Villegas murió en el portal de su casa desangrado, con numerosas heridas provocadas por las puñaladas que, presuntamente, le asestó su hijo. Algunas cuchilladas afectaron a órganos vitales, como las recibidas en el pecho y el cuello, ocasionándole un 'shock' hipovolémico, al quedarse sin riego sanguíneo, algo que finalmente le provocó la muerte. Así lo indican fuentes cercanas a la investigación, que especifican que la agresión se produjo cuando el doctor se disponía a bajar a la calle con su perro, en torno a las cinco de la madrugada.

Héctor Villegas, el presunto parricida, relató, horas después de la agresión, a los guardias civiles que lo detuvieron en Albacete que salió de su domicilio, ubicado en el número 4, contiguo al de sus progenitores, y esperó a su padre dentro del inmueble con un cuchillo. Asimismo, indicó que la agresión se produjo sobre las 5.20 horas. Momento que coincide con los gritos y ruidos que algunos vecinos escucharon procedentes del vestíbulo, según relataron a LA VERDAD el pasado martes.

Una empleada de la limpieza fue la primera que encontró el cuerpo, que yacía sobre un charco de sangre. Fue la esposa, no obstante, la que al notar una ausencia prolongada de su marido, bajó hasta el portal y avisó al 112 al encontrar el cadáver de su esposo a las 7.55 horas. Si el testimonio del acusado es cierto, la víctima pudo estar herida de gravedad y tendida en el suelo cerca de tres horas.

La mujer del fallecido sospechó desde el primer momento de su hijo, tal y como manifestó a los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que acudieron minutos después al domicilio familiar, ubicado en la calle Infanta Cristina, en Murcia.

Detenido en Liétor

Cuando el presunto agresor fue detenido en el municipio albaceteño de Liétor, hacia donde había huido, los agentes de la Guardia Civil advirtieron que llevaba numerosas manchas de sangre en ropa y calzado y en el cuerpo, y confesó a los agentes que procedían tanto del padre como de él mismo, ya que también había resultado herido en el forcejeo.

Los efectivos de la Benemérita encontraron, además, una bolsa que arrojó al arcén de la carretera. En su interior, había dos pistolas de fogueo, un cuchillo y unas hojas manuscritas en las exponía el motivo de la agresión a su progenitor e indicaba que solo debían ser abiertas por los agentes de la ley o el juez, pero cuyo contenido textual no ha sido revelado. Tras su arresto, el hombre, de 34 años, fue asistido en un centro de salud de Murcia de las lesiones producidas, según aseguró, durante el forcejeo que habría mantenido con su progenitor y de las que él mismo se había hecho una primera cura con el botiquín de su coche.

Asimismo, ayer fue trasladado a primera hora de la mañana hasta la Unidad de Psiquiatría de un hospital para que le prescribieran un medicamento específico para tratar la enfermedad mental que padece, así como para determinar si sufre algún tipo de «anomalía que anule o altere sus facultades volitivas e intelectivas», según fuentes próximas al caso. El arrestado ya ha prestado declaración en la Jefatura Provincial de la Policía Nacional, y está previsto que hoy pase a disposición judicial.

Héctor montó una empresa para generar empleo entre jóvenes con discapacidad

«Somos una empresa con un fin social. La formamos una familia de médicos cuya dedicación a la prevención de la salud a través del ejercicio físico y la alimentación ha sido plena a lo largo de más de treinta años. Los padres somos especialistas en medicina del deporte y nuestro hijo es un joven emprendedor cuya pretensión es generar empleo para jóvenes con grave discapacidad».

Este es el mensaje de presentación la empresa La tienda de Héctor, ubicada en la calle Condes de Barcelona de Murcia, cerca del domicilio familiar, que los padres de Héctor V., le ayudaron a poner en marcha en 2014.

La compañía, de la que Héctor era propietario y gerente, se dedicaba al asesoramiento sobre nutrición ecológica y complejos alimenticios para deportistas, y se comprometía a «la integración de personas con distintas capacidades, fundamentalmente personas con trastorno del espectro autista».

Uno de los principales reclamos con los que contaba el proyecto empresarial fue elaborar formulaciones «en los laboratorios de mayor calidad y rigor» imprimiéndole la marca personal de su padre: 'Doctor Villegas (DV)'. Dicho distintivo «nace como el fruto de la experiencia profesional de más de 35 años dedicado al asesoramiento nutricional de deportistas de elite», explicaban sus promotores en una web especializada. La idea era proporcionar a su hijo el mayor apoyo posible en su intención de emprender, sin perder de vista su compromiso con personas afectadas por alguna dolencia mental, como la que sufría Héctor.

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