El presidente acude al debate del estado de la Región con otra rebaja fiscal

López Miras quiere plantear un debate «constructivo», «con propuestas claras»; quiere hablar de «gestión y cumplimiento de compromisos adquiridos en el debate de investidura» y «de cifras positivas en turismo, empresas e inversiones». Se espera que el presidente haga dos anuncios importantes. Por una parte, medidas para «seguir fortaleciendo los sectores productivos e industriales » y, por otra, un nuevo paquete de ayudas fiscales a las familias.

A estas alturas ya se puede dar por hecho que nadie más, excepto los suyos, acudirá a la Asamblea con ánimo para aplaudir. Su socio de Gobierno prepara el ajuste de cuentas, cordial, pero incisivo y ya se sabe que el fuego amigo también mata. El portavoz del Grupo Parlamentario de Vox, Rubén Martínez Alpañez, tiene en mente pasar revista a los pactos del Gobierno de coalición firmados con el PP en septiembre de 2023 que, a su modo de ver, se resisten. No debe esperarse que de esas dos sesiones plenarias salga un ultimátum que ponga en riesgo la gobernabilidad de la Región. El vicepresidente, José Ángel Antelo, ha comentado que su intención es acabar la legislatura, siempre que se cumplan los acuerdos suscritos y, en principio, no se le ve a disgusto con lo logrado hasta el momento. Alpañez se plantea enfocar su discurso hacia las prioridades de Vox: modificar la ley del Mar Menor y la de Participación Institucional; defender El Gorguel, proponer un Plan de Salud Regional, exigir su auditoría de saneamientos; la reducción del 99% de los actos jurídicos documentados para la unificación de fincas agrícolas y extender la salud bucodental a personas con discapacidad, niños hasta 16 años y dependientes.

Vox quiere reformar la ley del Mar Menor y se han dado pasos en ese sentido junto al PP, con el rechazo de PSOE y Podemos. Los de José Vélez están dispuestos a dar guerra, sobre todo ahora que han salido vivos de las europeas. 'Sanchista' incondicional, el líder de los socialistas murcianos va a aprovechar las distorsiones y enfrentamientos en el seno del Ejecutivo regional para dar estopa.

Vélez va a articular su discurso del estado de la Región basándose en tres pilares. El primero de ellos, rebatir la visión complaciente de López Miras revelando «la auténtica situación en la que se encuentra la Comunidad Autónoma». Frente al relato de los compromisos cumplidos del presidente, Vélez buscará «evidenciar la incapacidad del Gobierno de López Miras para cumplir su palabra y sus responsabilidades» y, por último, aspira «a dejar en evidencia a un ejecutivo de PP y Vox dividido, que se dedica a hacer propaganda con un discurso victimista».

Enfrente tendrá a un presidente Miras que sacará pecho de las 17 deducciones fiscales autonómicas que han permitido a los murcianos ahorrarse 420 millones en la declaración de la renta, y que agitará el fantasma de la restitución del impuesto de Sucesiones culpando a la ministra de Hacienda, la socialista María Jesús Montero, de poner la diana en las herencias.

Vélez se prepara para desmontar esa «maquinaria muy potente» que el PP lleva 30 años utilizando» para «tapar el difícil momento que está atravesando la Región de Murcia». En los 45 minutos que durará su intervención, hará un repaso por el estado de la educación, la sanidad y las cuentas regionales. No hay que tener una bola de cristal para adivinar que esta descripción no se parecerá en nada al discurso del presidente López Miras. El popular resaltará las medidas tomadas para mejorar la calidad de la enseñanza, algunas de ellas, pioneras, como el veto de los móviles en las aulas y la asignatura de Constitución y Unión Europea.

Entra entre los objetivos de Miras señalar a La Moncloa y el trato discriminatorio a la Región. Y como se le ve venir, la diputada de Podemos, María Marín, irá preparada para rebatir eso de que se vive en «la mejor tierra del mundo». Admite que «tiene un gran potencial», pero dice que está mal gobernada». Los morados esperan que López Miras repita su «retahíla de reproches al Gobierno de España» e irán preparados para «desmontar esos bulos».

El presidente recalcará en su discurso, como hizo en su investidura, su apuesta por el diálogo social, con el que se han alcanzado pactos en agricultura y universidades y la Estrategia de Salud Laboral, con los sindicatos. Quiere forjar alianzas, pese a que enfrente se encontrará a un Vélez de armas tomar que le hablará de «despilfarro y mala gestión» y de la amenaza que su «deriva populista» representa para la convivencia. Al socialista le preocupa que el PP copie el «discurso racista, reaccionario y negacionista» de Vox. Con estos truenos, se espera un debate bronco. La oposición va a tirar con bazuca.

Desde la barrera, seguirán el debate Óscar Urralburu, de Más Región, que espera que se hable de los «grandes clásicos»: Mar Menor, educación, sanidad, agua, la ZAL de Cartagena, El Gorguel y el Corredor Mediterráneo. IU sueña con discursos que toquen todo lo referente a los servicios públicos y la movilidad sostenible.