Plan de choque para mejorar la salud mental en las aulas con formación para los docentes

El dispositivo incluye la presentación de una nueva guía para que los docentes sepan cómo reaccionar cuando detectan casos de autolisis y otras conductas de riesgo entre sus alumnos. Una guía «breve, clara y muy concisa» para que profesores y maestros conozcan qué pasos dar en cada momento. «Se trata de que puedan identificar factores de riesgo, hacer un 'screening' de conductas o hechos, analizar señales de alerta...», ejemplifica una de las autoras de la guía, Loreto Medina, coordinadora de la unidad de prevención del suicidio de la Región de Murcia.

La formación de los docentes, quienes han reclamado en varias ocasiones que se les instruya en cuestiones básicas para afrontar las situaciones que viven en los centros educativos, será otra de las piedras angulares del plan. Profesores y maestros recibirán cursos en los centros de recursos impartidos por especialistas sanitarios.

El incremento de casos de autolisis y de intentos de suicidios entre los adolescentes desde que comenzó la pandemia, alertan los expertos, es solo la punta del iceberg de la situación de salud mental que padecen los menores, muy afectados por las situaciones derivadas del distanciamiento social, la incertidumbre, las restricciones al contacto personal y las pérdidas provocadas por la emergencia sanitaria.

Dos años después del inicio de la crisis, la tendencia continúa al alza, y son muchas las señales que invitan a prestar una atención especial a la situación psicológica y psiquiátrica de los más jóvenes. Las cifras son elocuentes: en 2021, una de cada dos personas atendidas en los centros ambulatorios de salud mental de la Región de Murcia tenía menos de 16 años. En total, 14.266 niños y adolescentes de los 72.346 usuarios que pasaron por los programas de atención a adultos, a la infancia y adolescencia y de adicciones. Esto se ha traducido en un aumento de las consultas infanto-juveniles del 17% desde el inicio de la pandemia, al pasar de 62.671 en 2019 a 73.692 el año pasado. Además, el 10% de los adolescentes murcianos reciben o han recibido atención psicológica.

Los responsables de los institutos han alertado en varias ocasiones de la situación desde que comenzó este curso, cuando la situación se hizo evidente. Desbordados por el aumento de casos y la inquietud que despiertan entre los mismos docentes, que suman a la gestión diaria de la pandemia en las aulas (bajas, sustituciones...), los orientadores echan en falta herramientas y formación específica para atender una emergencia que ha dejado todo lo demás en segundo plano.

El plan de choque cuenta también con la implicación del equipo de convivencia escolar de la Consejería de Educación, que ya realiza esa tarea en los centros educativos.

La base del plan es la coordinación de todas las consejerías –Salud, Educación y Política Social– e instituciones implicadas en la atención y detección de los problemas de salud mental entre los menores, lo que permitirá agilizar los tratamientos. El aumento de la demanda de la red de salud mental, más acentuado en menores, ha sido generalizado en toda la población, con un crecimiento del 25%, lo que ha rebasado la capacidad de los centros y estirado las esperas, que en algunas áreas alcanzan ya los tres meses.

La intervención de la Comunidad Autónoma, que institutos y familias llevan meses reclamando, contará también con los principales afectados, los menores, que recibirán charlas y sesiones de formación para conocer los problemas más frecuentes de salud mental y sus posibles abordajes.