Las pisadas halladas en el crimen de Abanilla cuadran con las zapatillas del sospechoso
La Guardia Civil encuentra en el hotel de Ong Mitchell unas Nike exclusivas, de un valor de 935 euros, con un dibujo en la planta igual al detectado junto a Fang
Unas exclusivas zapatillas Nike podrían convertirse en una de las claves del asesinato de la arquitecta singapurense Audrey Fang, de 39 años, en ... un bancal de Abanilla. Los investigadores de la Guardia Civil que se adentraron en la habitación que Ong Mitchell, el compatriota acusado de este crimen, tenía en un céntrico hotel de Alicante enseguida posaron sus ojos en esas deportivas, conscientes de que podrían ayudarles a tirar del hilo. Los agentes han recabado muestras de la tierra hallada en la planta del zapato, cuyo dibujo coincide con las pisadas halladas en el escenario del crimen, para que sea comparada con la arenisca recabada en el terreno abanillero.
Las zapatillas que la Benemérita aprehendió en esa habitación del Eurostar Lucentum son especialmente particulares por dos motivos. Uno es su tamaño: una talla 48,5 europea –dada la elevada altura del sospechoso, que alcanza los 1,88 metros–. El otro, su coste: la Policía Judicial explica que este modelo alcanza un precio de venta de 935 euros en farfetch.com, un conocido portal de marcas de lujo.
Este es uno de los indicios que la magistrada del juzgado de Instrucción número 3 de Cieza plasmó en el auto con el que envió a Mitchell a prisión provisional acusado de un presunto delito de asesinato. En el escrito, al que LA VERDAD ha tenido acceso, la magistrada desgrana algunas de las pruebas que, por el momento, apuntan a este singapurense de 43 años como supuesto autor del crimen. La jueza llama la atención, además, sobre el hecho de que el acusado se cambió de ropa la noche en que se produjo el asesinato de Fang. Las cámaras de su hotel lo captaron saliendo del mismo a las 17.45 horas del día 9 ataviado con una sudadera con capucha y un pantalón negro. Mitchell, sin embargo, regresó al establecimiento a las 2.06 horas –después de, presuntamente, haber acabado con la vida de la arquitecta– con un pantalón vaquero y un suéter azul.
Las cámaras del hotel captaron el cambio de vestimenta del sospechoso la noche del crimen
La magistrada destaca, además, en su escrito, que entre los indicios que pesan sobre el sospechoso se encuentra, además, el resultado de los datos recabados por las operadoras de telefonía móvil que ofrecían cobertura en la zona donde se halló el cadáver de la mujer. La jueza destaca que de esos datos se infiere «sin lugar a dudas» que los dos singapurenses se encontraban en la misma zona y en el mismo tramo horario» el día en que se cometió el crimen.
En el auto, la instructora del 'crimen del bancal' justifica la decisión de meter a Mitchell entre rejas basándose, entre otros argumentos, en la gravedad de los hechos que se le imputan y en su riesgo de fuga. La jueza explica que el acusado no cuenta con arraigo en España, ni laboral ni familiar, siendo nacional de Singapur. A su vez, incide, existen indicios de que tendría «suficiente capacidad económica» para abandonar el país, ya que en la habitación de su hotel se requisaron 3.760 euros y 1.000 dólares de Singapur. Tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce el abogado Manuel Martínez en representación de la familia de la víctima, reclamaron la prisión provisional de Mitchell, que se negó a declarar.
Los investigadores toman muestra de la tierra recogida de las suelas de Mitchell para compararla con la que había en el cadáver de la arquitecta
El tipo de relación que mantenían el supuesto homicida y la víctima es aún un misterio. En su entorno, tienen claro que se conocían con anterioridad, pero no pueden concretar el grado de afinidad que había entre los dos porque, según su familia, «Audrey era una chica muy reservada». Además, Mitchell tenía previsto reunirse con su pareja, una ciudadana ucraniana, al día siguiente en el hotel. En este sentido y según fuentes cercanas al caso, la hipótesis que cobra más fuerza es que exista un móvil económico. Audrey participaba en una especie de fondos de inversión y, recientemente, había cedido un dinero a una tercera persona no identificada. No obstante, no se descarta que el asesinato se produjera por un asunto sentimental.
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