Borrar
Pepita Valera. c. caballero

«Soy los pies y las manos de mi hijo; hice lo que cualquier madre»

Pepita Valera ha sido elegida Mujer Mayor 2019 en Cieza

claudio caballero

Lunes, 4 de noviembre 2019, 08:19

Pepita Valera (Hellín, 1943) ha sido elegida Mujer Mayor del Año en este 2019 por el centro de personas mayores Las Morericas. Aunque nació en Hellín, se afincó en Cieza hace ya 53 años, tras casarse con el que ha sido su compañero durante toda su vida: el ciezano ya fallecido Juan Ortiz. En 1977 estuvo a punto de perder a un hijo, que cayó al vacío desde un tercer piso. Se salvó, pero quedó gravemente impedido. Desde entonces, la vida de este matrimonio cambió, y ambos se dedicaron por entero a su hijo. Entre otras iniciativas, Pepita fundó junto al también desaparecido Ángel Soler la Asociación de Discapacitados Físicos Tocaos del Ala. Desde hace ocho años, forma parte activa del centro de la tercera edad que ahora la ha galardonado.

-Pepita, ¿cómo ha recibido este nombramiento?

- Pues con mucha sorpresa. Cuando me lo dijeron, sinceramente no me lo creía. Creo que no me lo merezco, yo solo he hecho en mi vida lo que hubiera hecho cualquier madre: luchar por un hijo que se salvó de la muerte milagrosamente. Después, y haciendo caso a pies juntillas a mi esposo, amigo y compañero siempre, hemos procurado que el dolor y la situación de mi hijo no nos paralizase a nosotros también.

-Juan y usted se involucraron activamente con el Centro de las Morericas.

-Lo descubrimos hace ocho años, coincidiendo con un bajón que tuvo nuestro hijo. Empezamos a ir y a realizar actividades. Siempre he creído que la energía positiva que a nosotros nos dieron allí, supimos trasladársela a Juanjo, nuestro hijo, y por eso salió de aquel importante bache. Tengo, por lo tanto, mucho que agradecer a este centro, en el que hay excelentes profesionales. Recientemente me han hecho de la junta directiva y voy a proponerme no defraudarles.

-¿Hemos avanzado lo suficiente en el mundo de la discapacidad?

-Creo que no, aunque decir que no se ha avanzado desde 1977, que fue cuando mi hijo tuvo el accidente, sería incierto. Ahora hay asociaciones y muchos colectivos que se dedican por entero a ellos. Nosotros tuvimos la suerte de encontrarnos en el camino a Ángel Soler, y poco a poco fuimos avanzando. Hoy, la asociación de discapacitados es una gran institución que incluso fabrica elementos adaptados a este tipo de personas. Creo que la principal carencia es la ausencia de centros totalmente especializados, además de las barreras arquitectónicas que todavía quedan en las ciudades. Aun así, nunca podrá sustituirse el calor de los familiares. En mi caso, yo soy sus pies y sus manos.

-¿Qué les diría a todas esas personas que están pasando por algo similar, o a sus familiares?

- Pues, sobre todo, que intenten asumir la situación y llevarla con normalidad. Tienen que pensar, como he dicho antes, que las adversidades no les deben paralizar. Sobre todo, que acudan a la colectividad, a las asociaciones que trabajan diariamente para hacer más llevaderas nuestras vidas. El sufrimiento no nos lo va a quitar nadie, pero no hay que despreciar los buenos momentos que, aun en estas circunstancias, nos puede ofrecer la vida.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad «Soy los pies y las manos de mi hijo; hice lo que cualquier madre»

«Soy los pies y las manos de mi hijo; hice lo que cualquier madre»