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Pesimismo respecto de la situación política en la Región de Murcia

CEMOP CENTRO DE ESTUDIOS MURCIANO DE OPINIÓN PÚBLICA

Miércoles, 17 de noviembre 2021, 03:20

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El tempestuoso clima político de la pasada primavera en la Región de Murcia ha dado lugar a una relativa calma. Tras la fallida moción de censura presentada sorpresivamente por el Partido Socialista y Ciudadanos contra el gobierno de López Miras, y la correspondiente en el Ayuntamiento de Murcia –que daría lugar a un cambio de partido y persona en la alcaldía–, se ha abierto un panorama 'despejado' para los populares en el Gobierno regional.

No obstante, unos acontecimientos como los vividos dejan huella. La ciudadanía de la Región ha asistido entre perpleja e indignada a un escenario en el que el argumento ha dejado paso demasiado frecuentemente a la descalificación, cuando no directamente al insulto. Buena prueba de ello fue el argumentario exhibido en el debate de la moción de censura en la Asamblea Regional el pasado 17 y 18 de marzo del que las hemerotecas dan buena cuenta.

Decía Noam Chomsky (2006) que «el privilegio representa una oportunidad, y las oportunidades implican responsabilidades morales». Posiblemente no exista un privilegio mayor que la representación de la voluntad ciudadana. Posiblemente no exista tampoco una mayor oportunidad que la que se le presenta a los políticos para responder a los retos a los que se enfrenta la ciudadanía tras un duro año de pandemia. Por ello, se espera una política que centre su actuación en lo que la ennoblece, que no es otra cosa que procurar el bienestar de sus ciudadanos. Perder de vista este objetivo supone abundar en un clima en el que el enfrentamiento partidista y personal puede acabar socavando el ánimo de la ciudadanía.

Una de las palabras que define la situación política actual, tanto en el plano regional como en el nacional, es la 'polarización'. Con el término se alude a la polarización ideológica que se produce con el alineamiento creciente de los partidos políticos en torno a posturas muy distantes entre sí, como también a la polarización afectiva, que se observa en los sentimientos que despiertan los partidos y sus representantes entre la ciudadanía. Un reciente estudio del Cemop (2021) sobre el tema pone de manifiesto que los comportamientos que se producen en el electorado y la radicalización hacia los partidos y sus representantes se han normalizado e intensificado en nuestra sociedad. La situación socioeconómica tras las sucesivas crisis, el incremento de la desigualdad, la pérdida de confianza en las instituciones y la desconfianza hacia la política y los políticos han venido a alimentar este proceso.

En este escenario hay que interpretar los resultados del Barómetro de otoño del Cemop sobre la opinión de la ciudadanía murciana ante la política. Los datos evidencian un cierto pesimismo sobre la situación política de la Región que solo para el 25,6% puede ser calificada de 'Muy buena o buena'. Para el 30,5% la situación sería 'Mala o muy mala' y al 40,4% restante le merece la evaluación de 'Regular'.

Si se analiza la evolución de la opinión positiva de los/las murcianos/as sobre dicha situación, se observa que, tras la mejora en la evaluación del Barómetro de primavera de 2020 respecto a los de primavera y otoño de 2019, las percepciones de la ciudadanía se han mantenido en un promedio de evaluación positiva del 30% con oscilaciones que arrojan peores valoraciones en los barómetros de otoño. En concreto, entre el Barómetro de primavera de 2021 y este último, desciende en diez puntos el porcentaje de encuestados/as que califica la situación política como 'Muy buena o buena', lo que denota un aumento de la visión pesimista acerca de la política regional.

El pronóstico a un año vista tampoco despierta la confianza de la ciudadanía si se tiene en cuenta que para el 48,1% la situación política seguirá igual y para otro 25,2% empeorará. Solamente el 17,8% espera que mejore. Comparando estos datos con los obtenidos en el Barómetro de primavera se aprecia igualmente un incremento del pesimismo sobre las posibilidades de mejora de la situación política.

Como conclusión, parece haberse instalado un cierto clima de pesimismo en la opinión pública regional respecto de la situación política. La valoración negativa de la realidad política regional lo es así en la medida en la que los/las murcianos/as anhelan que esta sea diferente. Se trataría, por tanto, de un pesimismo condicional, que bien podría atenuarse y hasta desaparecer si los distintos actores sociales, primordialmente los políticos, comenzaran a actuar de una forma distinta que se adecuara a lo que de ellos espera la ciudadanía.

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