I. RUIZ / A. SALAS / J.L. PIÑERO / J. YELO / J.L. VIVAS / G. LÓPEZ / Z. GUILLÉN / E. RIBELLES / p. espadas
Domingo, 31 de octubre 2021, 07:42
Guardan curiosidades, tumbas y panteones característicos y elementos arquitectónicos diferentes al resto de camposantos. Cada uno es un mundo. Los cementerios de la Región ofrecen un sinfín de historias que cada año reviven los vecinos con motivo de la festividad de Todos los Santos. Y esos entresijos hacen que cada uno de estos lugares de la Región sean únicos.
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Lorca
Tumbas protegidas por el catálogo de Cultura
El cementerio lorquino de San Clemente, que fue fundado en 1900 y su diseño se le atribuye al arquitecto José Antonio Rodríguez, cuenta con 34 panteones inscritos en el Catálogo del Patrimonio Cultural de la Región con grado de protección 1. Una docena de ellos resultaron seriamente dañados por los terremotos de 2011 y aún no han sido restaurados.
Una de las tumbas más históricas es la de Adela Cachá Arcoya, de estilo gótico. También corresponden a este estilo el del vizconde de Huerta, el de la familia Casalduero y el de Pedro Salas Soler. Además, en San Clemente están enterrados lorquinos ilustres del siglo XX, como el pintor Manuel Muñoz Barberán y el poeta Eliodoro Puche. La lápida de este último es de color blanco y su nombre figura en letras rojas.
La tumba del escultor, pintor, ilustrador, caricaturista y director artístico Emiliano Rojo (Lorca, 1918-1965) está decorada con un bajo relieve en mármol que él hizo para la lápida de su padre. El artista finalmente fue enterrado con su progenitor. En la lápida esculpida se muestra a un hombre desnudo llorando ante una tumba. Durante más de 30 años Rojo fue el director artístico del Paso Azul.
El otro gran camposanto de Lorca es el de San Cristóbal, que cuenta con los panteones de grandes sagas empresariales del curtido de piel. De entre sus capillas destaca por su singularidad la de Acacio Mateo Pérez-Castejón, antepasado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
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Mazarrón
El legado funerario de la 'fiebre del plomo'
Inaugurado en 1900 en el paraje llamado Madre de Dios, el camposanto de Mazarrón forma parte de los equipamientos modernos que se levantaron en plena 'fiebre del plomo'. Sus sepulturas recuerdan tragedias, como la de la mina Impensada, pero también romances como el protagonizado por la artista alicantina Rigoberta Samper, que un día llegó a Mazarrón para actuar y, por amor, ya nunca se marchó. El modernismo que recorría Europa dejó su sello artístico en los mausoleos de los linajes que hicieron fortuna gracias al negocio de los metales. Paradas obligadas son el panteón de los Martínez-Oliva, a semejanza de un templo del Antiguo Egipto; el de Juliana Granados, de estilo neogótico, y el de Francisco Povo, con detalles 'art déco'. Con motivo de la fiesta de Todos los Santos, la Concejalía de Cultura organiza visitas guiadas y gratuitas. Hay que inscribirse con un mensaje de WhatsApp al 691488777.
Molina de Segura
El chófer que le compraba pipas al general Franco
En Molina de Segura son muy habituales los paseos por el cementerio, como el que tuvo lugar el pasado jueves por la noche. En la calle central se encuentran sepultadas diez de las grandes familias conserveras del municipio. También están enterrados nueve alcaldes, desde los años treinta hasta 1979. Otro ilustre es el empresario constructor Esteban Romero, que en los años sesenta levantó todos los edificios de Galerías Preciados y fue precursor de becas universitarias, precedentes del Erasmus. Y yace el farmacéutico y filántropo Eduardo Linares Lumeras en uno de los panteones más singulares. Otra de las más de treinta mil personas que descansan allí es el chófer que compraba pipas a Franco en el quiosco del tío Pelele.
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San Javier
El descanso del Tío Lobo y de los héroes de la Aviación
Tras los muros del cementerio de San Javier descansa parte de la historia de la Aviación militar española. El Ejército del Aire compró en 1951 una parte del camposanto, cuyo uso exclusivo le concedió el Obispado de Cartagena. En este recinto se encuentran los restos de héroes del aire, como el comandante Eduardo Arredondo Carrillo, el hábil piloto que logró salvar a los 18 tripulantes del Junkers que se estrelló en Tobarra (Albacete) en 1950.
En la misma localidad manchega y ese mismo año perecieron los 16 ocupantes de otro Junkers que se encuentran enterrados en una fosa monumento.
Llama la atención el gran nicho de los 8 fallecidos en el accidente del hidroavión Grumman del Ala 22, que se estrelló en aguas de Cartagena tras despegar de San Javier el 19 de septiembre de 1974. Y en la parte civil del camposanto se puede ver la tumba de 1918 de Miguel Zapata Sáez, conocido como el Tío Lobo, que llegó a ser el hombre más rico de España. El creador del imperio minero descansa en una tumba que no destaca especialmente, como sí lo hace la de uno de sus herederos, Tomás Maestre Zapata, de 1967, que ocupa un lugar prominente en el camposanto.
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Los Alcázares
Un panteón para los olvidados
«Los últimos serán los primeros», recuerda el párroco de Los Alcázares, Rubén Córdoba, que ha creado en el cementerio de Nuestra Señora de la Asunción un panteón columbario para alojar los restos incinerados de «los fallecidos que fueron abandonados en los tanatorios». «Los que no ha querido nadie» son acogidos en esta casa eterna.
El cementerio alcazareño es relativamente joven comparado con otros, ya que la localidad era en realidad un pueblo de vacaciones. Como antes de 1983 pertenecía a los términos de Torre Pacheco y San Javier, los restos de los héroes de la Hidroaviación que llevaron a cabo las primeras hazañas del aire en la base costera se encuentran en el recinto reservado a los pilotos militares del cementerio pachequero. Allí está enterrado uno de los ases de la aviación republicana, Ramón Castañeda Pardo 'El Chato de Carabanchel'. Estuvo destinado en la base de Los Alcázares, en la de La Ribera y en la escuadrilla bajo mando ruso en el frente de Madrid.
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San Pedro del Pinatar
Del Barón de Benifayó al del marinero francés desconocido
Las rejas del cementerio de San Pedro del Pinatar parecen custodiar un jardín cuando se acerca la festividad de Todos los Santos. Asombra la profusión de centros de flores que en pocos días se apagarán. Durante años estuvo llevando flores más modestas una mujer a la tumba del marinero francés desconocido, que apareció sin vida en la playa. Cuentan que esa anónima fiel financió la tumba y la cuidó durante décadas hasta que la cedió al cementerio municipal. La lápida está protegida por un enrejado de inspiración gótica. Otra visita de interés es el lecho eterno de Julio Falcó y D'Adda, barón de Benifayó, bautizado en Italia en 1834 y enterrado en San Pedro en 1899. Su lápida de mármol revela el origen noble del finado, que dejó en la zona dos palacetes de estilo neomudéjar, uno no muy lejos del cementerio, que ahora alberga el Museo local, y otro en la isla del Barón. De la vida novelesca del aristócrata da una idea la condena de destierro que recibió en la isla del Mar Menor por matar en duelo a otro cortesano en defensa de Mª Victoria dal Pozzo della Cisterna, esposa del rey Amadeo de Saboya.
Jumilla
Un espacio levantado junto a una capilla de Santa Catalina
El cementerio de Jumilla fue construido junto a una antigua capilla dedicada a Santa Catalina. Los primeros recintos son obra del arquitecto Ramón Berenguer. Dentro de sus muros se encuentran tres Barones del Solar de Espinosa (Jacobo 3º), Jacobo María (4º) y Eugenio (5º Espinosa de los Monteros). Yace también el gran musicólogo Antonio Martínez Abellán, que firmaba con el pseudónimo de 'Fieldman', fusilado en la Guerra Civil. Y está el literato, historiador y profesor de Derecho Pedro Cobos. Otro personaje cuyos restos reposan en el camposanto es José Vicente Mateo Navarro, escritor, político y uno de los fundadores del Club de amigos de la Unesco.
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Mula
Tumbas con estilos góticos, clásicos y mudéjares
En el cementerio municipal de San Idelfonso de Mula, las fachadas de los panteones, decoradas según el gusto ecléctico de la época, mezclan diferentes estilos góticos, clásicos y mudéjares con otras ornamentaciones austeras a base de cementos, ladrillos y cantería. De estos, son los panteones propiedad de familias de renombre en Mula, aquellos que también tenían casas o palacetes importantes, como Ladrón de Guevara, Artero, Perea, Cuadrado, Blaya-Saavedra, Martínez-Monreal, Pérez de Los Cobos y Belluga, López Lamarca, Valcárcel-Molina, y otros.
Alhama de Murcia
Miss Murcia y el ilustre historiador Simón García
El cementerio de Nuestra Señora del Carmen, fundado en 1918, cuenta con un grado de protección en el plan urbano. En algunos de los nichos o panteones se observa una pegatina de color verde que pone «libre», ya que los descendientes de los difuntos que allí descansan dejaron de pagar las cuotas. El panteón del ilustre Simón García García, miembro de la Real Academia de la Historia, doctor en Filosofía y Letras, licenciado en Derecho Civil y Canónico, catedrático de Geografía e Historia Universal de España, es uno de los que han cambiado de propietario en los últimos meses. Se encuentra a la entrada del camposanto.
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En la zona más bucólica del cementerio de Alhama, un nicho recuerda que allí descansan los restos de un héroe de la Guerra de África, Manuel Sánchez Vivancos, 'El Manco de Tikún'. A escasos metros se encuentra el nicho donde reposan los restos de María José Tolinos, que falleció a los 19 años, en 1967, mismo año en que había sido coronada como Miss Murcia.
Cehegín
Aquí descansa el secretario honorario de Isabel II
El cementerio eclesiástico de Cehegín acoge también destacados panteones de familias notables, algunas de linaje nobiliario, que han sido grandes protagonistas de la vida social del municipio. En muchos casos, fueron trasladados los restos de los descendientes desde el llamado cementerio viejo (ubicado en el actual barrio de San Antonio). Una de esas estirpes son los Chico de Guzmán, quien en la figura de doña Emilia, viuda del conde de Campillos, se encargó de ceder los terrenos a principios del siglo XX para el actual camposanto, promovido por la parroquia de Santa María Magdalena. Tal como ha investigado el cronista oficial, Abraham Ruiz, los restos mortales del cura que impulsó su construcción entre 1910 y 1913, Pedro Alcántara, canónigo arcipestre de la Catedral de Jaén, reposan en el recinto.
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Otros históricos personajes locales que se encuentran en este cementerio son Alfonso Álvarez Castellanos, alcalde a mediados del siglo XIX, que fue abogado de los Tribunales Nacionales y secretario honorario de la reina Isabel II. Igualmente, se localiza a Alfonso Chico de Guzmán y Belmonte, abuelo de la santa María Maravillas, así como otros referentes decimonónicos como el prestigioso cirujano Miguel Mas y Soler, profesor también de la Facultad de Medicina de Valencia, que está en el panteón familiar de la familia Mas Massa. Tampoco se puede obviar a figuras como el dramaturgo García Porcel, cuya casi totalidad de obras de teatro fueron estrenadas en Madrid. Y eso que falleció en 1920, a los 36 años.
La histórica presencia de órdenes y comunidades religiosas en el municipio ceheginero, como los Padres Franciscanos y las Hijas de la Caridad, también se muestra palpable en sus panteones comunitarios. En el caso de los primeros, destacan referentes intelectuales como el padre Isidoro Rodríguez Herrera, prestigioso especialista en Filología Clásica, que en los años de la Guerra Civil marchó a Estados Unidos donde impartió clases en Nueva York y Nueva Orleans. Y de vuelta a España impulsó la Cátedra de la Universidad Pontificia de Salamanca.
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Cartagena
El catafalco de Peral y otras 40 sepulturas monumentales
Ladrón de Guevara, Rolandi, Crespo, Picó y Aguirre son solo media decena de los apellidos de familias ilustres de Cartagena que dan nombre a mausoleos y sepulturas ricamente ornamentadas del cementerio de los Remedios, en el barrio de Santa Lucía. Pero entre todas destaca la del inventor del submarino, Isaac Peral. La tumba del militar cartagenero que construyó y probó el primer sumergible ocupa un lugar privilegiado; su catafalco está aislado en la cota mas alta. Allí es honrado cada 2 de noviembre por la Armada con un acto conmemorativo y una ofrenda. El camposanto cuenta además con un panteón recientemente restaurado, el de Pedreño y Delgado, junto a otros más estropeados, pero en los que destacan los estilos neoclásico y modernista. Hay 28 construcciones protegidas y doce más merecedoras de una visita. Entre ellas está la iglesia, situada en el centro del camposanto y también parcialmente renovada.
Abarán
Varios artistas y másde 130 años de historia
El cementerio de Abarán se proyectó en 1885 y se inauguró cuatro años más tarde en el paraje de El Campillo. En la parte vieja se hallan dos panteones singulares, uno de los cuales tiene dos plantas, y se puede ver un mausoleo propiedad de la familia de Jaime y Diego Gómez. Entre los personajes ilustres sobresalen los sacerdotes Juan Belmonte y José Candel, que se encuentran en la capilla de las Ánimas; el compositor David Templado, el Hijo Predilecto Nicolás Gómez Tornero, el poeta Humberto Tenedor y el pintor Joaquín Julián 'Gandi'.
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