Los cazadores centralizan la histórica manifestación del 20M

Una marea de más de medio millón de personas del mundo rural alzó su voz al unísono en la manifestación que el pasado 20 de marzo colapsó Madrid. Una cifra que se asemeja a la suma de habitantes de los municipios de Murcia y Lorca, es decir, un tercio de la población total de la Región. De todos los colectivos concitados, los cazadores se hicieron ver y oír por goleada en este encuentro ya catalogado de histórico, dado que las previsiones más optimistas se desbordaron por la gran afluencia de asistentes. Es, sin duda, la mayor protesta del mundo rural de la historia de España. Precisamente, habría que remontarse al 2008 para rescatar la anterior demostración de fuerza de la actividad cinegética, cuando los cazadores y el campo en general tomaron la capital de España para mostrar su rechazo a la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, por la aprobación de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad. Esa concentración, cabe recordar, le costó el puesto a la socialista.

La manifestación del 20M marcó un antes y un después. La sociedad rural clamó a favor de la defensa de su modo de vida, dirigiéndose tanto a los poderes públicos como a la ciudadanía. Junto a los cazadores, secundaron la marcha los agricultores, ganaderos, regantes, pescadores, gentes del mundo del toro, pequeños empresarios de turismo rural y apicultores, entre otros, que extendieron por el asfalto del Paseo de la Castellana un río ruidoso, que no festivo. El río, de hecho, era predominantemente naranja, el color que se emplea en las cacerías para detectar la presencia de personas mientras permanecen en sus puestos sin moverse, y que los cazadores destacaron a través de chalecos, chaquetas y jerséis. «Ha quedado muy bonita la imagen del Paseo de la Castellana, con sus más de seis kilómetros de longitud y sus calles aledañas, como una riada naranja; quedará como santo y seña de los cazadores», confiesa Francisco Bastida, presidente de la Federación de Caza de la Región de Murcia.

De los 550.000 asistentes del entorno rural, unos 10.000 salieron de la Comunidad. Si se desglosa ese dato, 7.800 eran cazadores murcianos: «Estoy muy contento con esta participación», repite Bastida, quien les agradece su respuesta e implicación durante la manifestación. En su mayoría, la delegación regional se trasladó a Madrid a bordo de 38 autobuses. «Partiendo de que la Región es una comunidad uniprovincial, estuvimos muy por encima de la media», presume. Además, se unieron a la marcha el presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, y el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, mostrando su incondicional apoyo a la caza, en particular, y al mundo rural, en general.

En total, se fletaron 1.400 autobuses para participar en la protesta del 20M, de los que 1.185 estaban financiados por las federaciones y asociaciones locales de cazadores. O lo que es lo mismo, el 85% del total de manifestantes representaban a la actividad cinegética, tal y como se refleja en las imágenes que muestran un vigoroso río de color naranja por todo el Paseo de la Castellana.

Los cazadores acudieron a la marcha para mostrar al Gobierno central su oposición a las propuestas que, a su juicio, desembocarán en la prohibición de esta actividad. Para ellos es esencial que la Ley de Bienestar Animal, que se encuentra en tramitación, no prospere en los términos redactados, «porque la actividad cinegética sufriría un golpe terrible». «Es una ley sectaria y que atenta incluso contra los propietarios de animales de compañía», denuncia Bastida, quien pide «que se derogue inmediatamente». A pesar de esto, se muestra partidario de que exista una ley de bienestar animal, eso sí, «consensuada por todos».

En este sentido, aboga por abrir un nuevo escenario en el que predomine la colaboración y el diálogo, porque «existimos y tenemos que seguir existiendo». Asimismo, la Real Federación Española de Caza ya ha solicitado al Gobierno central, tras el multitudinario 20M, la convocatoria urgente de una mesa interministerial de negociación cinegética en la que se aborden y se den soluciones a las reivindicaciones y problemas del sector. «Si a un gobierno se le han manifestado cientos de miles de personas en el Paseo de la Castellana y mira hacia otro lado, es cegato. Se quiere ocultar esta exhibición de fuerza y estamos preocupados por ello», cree Bastida.

El presidente de la Federación de Caza de la Región de Murcia asegura que esta actividad lleva «unos años en los que se está atacando directamente», a través de un nuevo modelo de sociedad en el que «se nos está vendiendo en los colegios la historia de 'Bambi' (película de Disney) y que los leones juegan a las cartas con los zorros», lamenta, al tiempo que plantea «desmontar estas teorías y decirle a la gente cuál es la realidad».

Bastida defiende la razón de ser de la caza: ayuda a la conservación de la naturaleza, crea oportunidades en el medio rural y controla las poblaciones de animales, lo que a su vez reduce los accidentes de tráfico, las proliferaciones de enfermedades y los daños a las explotaciones agrícolas o ganaderas. «Es la actividad más regulada que hay en el mundo», apostilla, y pide que «se respete nuestra cultura y forma de vida».

Igualmente, se pregunta por qué la cinegética fue esencial durante el periodo de confinamiento, cuando ejemplares de jabalíes o zorros ampliaron sus áreas de campeo para adentrarse por las desiertas calles, de ahí que se recurriera a los cazadores para salvaguardar la integridad de los ciudadanos frente a la peligrosidad de estos animales. «Al inicio de la pandemia, nos pedían que por favor saliéramos a controlar las especies, y lo hicimos. Ahora, meses después, no podemos pasar a ser criminalizados», se queja el presidente de la federación regional.

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