Una nueva forma de mirar que enfoca hacia los colectivos más desfavorecidos

Los jóvenes de hoy tienen por delante un futuro plagado de retos. Esta nueva generación es la que deberá seguir con los proyectos solidarios que las fundaciones, asociaciones y ONG de la Región desarrollan tanto dentro de la Comunidad como fuera de ella.

Para que estos cojan el timón cuando sea necesario, es imprescindible que los que hoy llevan el mando los conciencien sobre la importancia que sus actuaciones tienen en el entorno y los motiven para implicarse con los colectivos más vulnerables y para buscar soluciones que favorezcan la igualdad y la inclusión.

Esa motivación es una de las áreas que trabaja Fundación Jesús Abandonado, una de las entidades del tercer sector más reconocidas de la Región que dio su primer paso en 1972. Desde entonces, los profesionales y voluntarios que la conforman trabajan con personas en situación de exclusión social o en riesgo de estarlo para conseguir su recuperación plena, con el fin «de que desarrollen una vida independiente y que vuelvan a sentirse ciudadanos de pleno derecho, útiles a la sociedad», indican desde la entidad.

Para implicar a los que serán los adultos del mañana, Fundación Jesús Abandonado ha creado el proyecto '¿Me ves? Yo te veo, tú me ves', destinado a toda la sociedad, que pretende acercar la realidad común de las personas en riesgo de exclusión social menos visibles: aquellas sin hogar con problemas asociados de salud mental y mujeres en situación de pobreza o situaciones de especial vulnerabilidad.

«Intentamos romper estigmas, buscando también la comprensión y la aceptación. Queremos que los más pequeños entiendan que existen personas con una alta vulnerabilidad y que son responsabilidad de todos», resume la responsable del Área de Solidaridad de Fundación Jesús Abandonado, Ana María Caballero. El proyecto fue seleccionado en el 'Programa de ayudas a proyectos de iniciativas sociales 2022', de Fundación 'la Caixa'.

La primera fase se desarrolla en las aulas y está destinada a jóvenes a partir de tercero de la ESO. En ella, los alumnos son los protagonistas de un taller en el que los profesionales de la entidad dan a conocer algunos problemas de salud mental y ofrecen a los jóvenes herramientas para gestionar sus emociones.

«Es importante que reconozcan lo que les pasa y que sepan pedir ayuda antes de que se agrave. Al ver estos problemas en nosotros mismos los podemos identificar en el resto. Muchas personas llegan a una situación de exclusión social por no haber podido trabajar preventivamente todo esto», subraya Caballero.

Tras la finalización, los alumnos, siguiendo el material creado por los profesionales de Fundación Jesús Abandonado, continúan trabajando todos estos conceptos en el aula y se les incentiva al finalizar a participar en un concurso de cortos en el que deben elegir un tema que consideren prioritario dentro de la salud emocional para posteriormente desarrollar un vídeo relacionado. Desde septiembre han participado en la iniciativa más de 23 centros escolares de toda la Región y 2.000 alumnos.

Los jóvenes son una de las partes importantes del proyecto, pero no la única. La población también podrá acercarse a '¿Me ves? Yo te veo, tú me ves' gracias al desarrollo de dos 'webinar'. Estos encuentros digitales contarán con la presencia de una serie de expertos que hablarán sobre la gestión y salud emocional y sobre los problemas de salud mental.

«Esto será el punto de enlace para hablar también sobre el trabajo que llevamos a cabo en la Fundación Jesús Abandonado con personas con problemas de salud mental» resalta la responsable del Área de Solidaridad.

Tras su realización, los 'webinars' serán colgados en la página de la entidad, con el fin de que sean un recurso disponible para aquellos que quieran conocer un poco más sobre este ámbito.

Tras la concienciación de la sociedad, la última parte del proyecto incentivará a las personas a crear sus propias iniciativas solidarias gracias a la caminata Magic Line, que está abierta a personas de cualquier edad y condición física y que se celebrará en Murcia el 26 de marzo.

Para participar hay que formar equipos de entre 4 y 20 personas. Estos grupos deberán marcarse un reto económico que deberán alcanzar antes del día de la caminata a través de acciones solidarias tales como ventas de productos, ferias, torneos o cualquier otra iniciativa.

La inscripción se realiza a través de la web oficial de la marcha (magiclineSJD.org) y el día del encuentro los participantes podrán realizar dos recorridos: uno de tres y otro de diez kilómetros que finalizarán en la avenida de la Libertad con una gran fiesta final.

El dinero recaudado por todos los participantes irá a proyectos solidarios, tanto de Fundación Jesús Abandonado como de otras ONG, que serán seleccionados por un jurado.

En marzo será la primera vez que la caminata solidaria Magic Line pase por la Región y además de en Murcia este año se llevará a cabo en Barcelona, Lleida, Mallorca, Valencia y Madrid. Desde su primera edición en 2014 se han conseguido recaudar más de 2 millones de euros.

Todas estas actividades favorecen la concienciación social sobre la situación de los colectivos más vulnerables. Tener un problema de salud mental es, en muchos casos, un factor que puede llevar a una situación de vulnerabilidad o si ya se está en ella, empeorarla.

Por ello, enseñar a gestionar las emociones y concienciar sobre la importancia que tiene también la salud mental es especialmente relevante en los centros escolares, espacios donde afortunadamente la técnica de sensibilización Ana Álvarez ya empieza a ver cambios.

«Cada vez estos proyectos se ven más en las clases. Yo soy joven y no hace tanto estaba en esas aulas, pero nunca me dieron charlas de salud emocional. Creo que estamos evolucionando en este ámbito y cada vez se le está dando más importancia, porque la tiene», recalca.

Implicación y cambios es lo que también está experimentando el responsable de Magic Line, Álvaro Castillejo, que no solo valora el interés por el proyecto sino que resalta que con la iniciativa él también ha abierto los ojos «a una realidad que existe en la sociedad y que no vemos. He conseguido notar que hay gente que sí está concienciada y eso me ha roto los esquemas», concluye.

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