«Mi mujer se separó cuando me diagnosticaron VIH y me echaron del trabajo»
A Antonio Alacid, un carpintero de 50 años, le diagnosticaron VIH en 1998. Ya habían aparecido los tratamientos que cronifican la enfermedad, pero la ... percepción social seguía ligando el virus a una muerte segura por sida. «Yo creía que me iba a morir en uno, dos o tres años, pero mi médica me dijo: 'No, de esto no te vas a morir'».
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El diagnóstico le llegó tarde, cuando el virus ya había empezado a dar la cara. «Me sentía malísimo. De unos 75 kilos me había quedado en 45, y me dolía todo. Pero nadie me había hecho la prueba, porque no era ni toxicómano ni homosexual», recuerda. «Todavía no sé cómo me contagié, por descarte pienso que fue por un tatuaje casero que me hice». El estigma le cayó como una losa. «Mi mujer se separó; estábamos recién casados. Me echaron del trabajo, y a algunos amigos los perdí», cuenta. A esto se unía la sensación de soledad, de «no saber dónde acudir». Desde entonces, la sociedad ha evolucionado, pero no es optimista. «Hoy creo que pasaría lo mismo, todavía hay gente que piensa: qué habrá hecho para tener VIH». Por eso, hoy colabora con la asociación Vihsibles para erradicar de una vez el estigma.
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