Una paciente del grupo de atención al duelo: «La pérdida sigue ahí, pero ahora he aprendido a vivir con ese hueco»
Una docena de pacientes han participado en una iniciativa pionera del centro de salud de Calasparra para prevenir duelos patológicos
María José León perdió a su hijo en la semana 37 de gestación, hace ya tres años. En el Hospital del Noroeste, donde fue atendida, ... le ofrecieron apoyo psicológico, pero en ese momento lo rechazó. «Mi cabeza no estaba centrada, lo único que quería era salir de allí, volver a casa y recuperar mi vida normal», cuenta. Decidió volcarse en su hija mayor y seguir adelante. El dolor de la pérdida, sin embargo, siguió ahí y se convirtió en una herida sin cerrar.
El año pasado, María José se encontró con un cartel que anunciaba la creación de un grupo de atención al duelo en el centro de salud de Calasparra, donde vive. Decidió preguntar, y se apuntó. «En las dos primeras sesiones no era capaz de expresarme, empezaba a llorar cada vez que intentaba hablar. Pensé que quizá ese grupo no era para mí, pero al tercer encuentro comencé a sentirme mejor. Poder compartir tu experiencia con otras personas que han sufrido también este dolor, aunque sea en situaciones diferentes, ha sido muy positivo. La pérdida sigue ahí, pero ahora he aprendido a vivir con ello», reflexiona.
Detrás de este grupo de duelo está una médica de familia del centro de salud de Calasparra, Marta Micol, que puso en marcha esta iniciativa pionera junto a otra compañera, Jaima Aguirre. «Empecé a trabajar en este centro el año pasado. Tanto Jaima como yo nos dimos cuenta de que nos llegaban pacientes que relacionaban su malestar emocional o físico con el fallecimiento de alguna persona cercana. El duelo es un proceso natural por el que todos pasamos, pero se trataba de situaciones en las que no se había resuelto bien. Muchas veces, porque durante el proceso de la enfermedad, la familia y el paciente no hablaron de la muerte, no hubo un espacio para ello», explica Micol.
Una experiencia a repetir
Lo primero que hicieron las profesionales fue formarse, aunque Marta Micol ya contaba con conocimientos previos en el ámbito de los cuidados paliativos. El resto de médicos se implicó también, derivando pacientes a esta iniciativa. Unos 12 vecinos de Calasparra se apuntaron al grupo de duelo. De ellos, ocho completaron las diez sesiones. «La experiencia ha sido muy buena, y este año vamos a repetirla. De momento, estamos en la fase de captación», explica la médica. A los pacientes se les realiza una entrevista previa, con un cuestionario. En algunos casos, si el duelo es patológico y requiere de atención psicológica, se les deriva a salud mental.
El proyecto del centro de salud de Calasparra no solo es novedoso, sino que refleja hasta qué punto hay carencias en el sistema sanitario a la hora de abordar estas situaciones. «La muerte es tabú, es algo que nos da miedo tratar, o se considera morboso hacerlo. Pero es importante abordarlo. Debemos hablar de la muerte, asumirla como parte de la vida», reflexiona Micol.
Durante este puente de Todos los Santos, el centro de salud de Calasparra organiza distintas actividades dentro del festival 'Dando vida a la muerte': desde un concierto en el cementerio, el próximo martes, a un 'death café' en el tanatorio de la localidad para «hablar sin tabúes de temas relacionados con la muerte», como «miedos, inquietudes o duelo». Además, se ha instalado un mural en el centro de salud para que quien quiera pueda expresar sus deseos y voluntades. También se han programado charlas informativas sobre el testamento vital.
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