Manuel Molina Boix, en la puerta de la sede de la AECC. Martínez Bueso
Exjefe de Medicina Interna de La Arrixaca

Molina Boix deja la presidencia de la AECC: «Solo he tratado de devolver a la sociedad lo que he recibido de gente admirable»

El exjefe de Medicina Interna de La Arrixaca desea integrarse como un voluntario más en la entidad

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 01:30

La vocación de servicio público del doctor Manuel Molina Boix (Agost, Alicante, 1950) no se agota, pero considera que ha llegado el momento de ... dejar la primera fila. El aún presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en la Región dejará este año su puesto para convertirse en un voluntario más, uno entre los casi mil que apuntalan la entidad. Quien fuera jefe del servicio de Medicina Interna de La Arrixaca ha ejercido como presidente de la Asociación Contra el Cáncer los seis últimos años, cuando tomó el relevo a su colega y amigo Agustín Navarrete. Su implicación en la primera fila de la entidad se extiende casi una década: en 2013, fue elegido vicepresidente de la AECC, también con el respaldo del oncólogo Navarrete.

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Fue al poco de jubilarse como jefe del servicio de Medicina Interna de La Arrixaca, donde ejerció durante más de cuarenta años, cuando Molina Boix decidió entregar su tiempo y sus esfuerzos a devolver a la sociedad parte «de lo que he recibido a lo largo de mi carrera y de mi vida de gente admirable». La organización casi perfecta que es hoy la Asociación Española Contra el Cáncer ha completado su modernización y adaptación a los tiempos de la mano del internista, afable y muy querido en la Región, un patrimonio inmaterial que ha revertido en la propia asociación, con la que ha visitado hasta la última pedanía de la Región donde se celebraban actos, prácticamente todos los fines de semana, a beneficio de la AECC. En estos ocho años, la asociación se ha convertido en una gran empresa con más de una treintena de empleados y ochenta juntas, que ha superado momentos duros, como la pandemia de covid y la asunción de decisiones de calado, como suspender la participación de la entidad en festejos taurinos y la retirada del programa de prevención de cáncer de mama mediante la realización de mamografías, que supuso un varapalo para la entidad. Decisiones complejas que la asociación ha tenido que ir encarando para adaptar la AECC a su nuevo tiempo, pero que también han supuesto cierto desgaste personal para el internista.

La labor social y asistencial con los enfermos de cáncer y sus familias no ha dejado de crecer en estos años, hasta el punto de que la Junta Provincial de la Región de Murcia es la cuarta de España que más aporta al fondo nacional.

«El cometido de la Asociación Española Contra el Cáncer es dar respuesta a todos los aspectos sociales, psicológicos, económicos, de acompañamiento... a los que no puede llegar la sanidad pública regional, que es magnífica en Oncología», resume Manuel Molina, quien destaca la gran labor que realiza la entidad en el área de prevención, con charlas y actividades en los colegios y el programa 'Espacios sin Humo' que promueve la creación de ambientes libres de la exposición al humo nocivo del tabaco en espacios públicos, especialmente donde hay niños. También el programa Activa, que ha permitido la puesta en marcha del Centro de Actividad Física y del Deporte de la Asociación Española contra el Cáncer, donde educadores físico deportivos formados específicamente para tratar con personas que están en tratamiento activo por cáncer entrenan a los usuarios.

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El acompañamiento psicológico a los pacientes y a sus familiares es otra de las misiones de la AECC, junto con la investigación, de las que Molina Boix está especialmente orgulloso. «Un diagnóstico de cáncer es una ruptura biográfica muy importante, y es fundamental que haya alguien a tu lado que te dé apoyo y esperanza». Ocho psicólogos integran el equipo, que se traslada por toda la Región para prestar el servicio.

Olvido oncológico

El aspecto social y económico ha cobrado importancia desde la crisis de 2008, con ayudas económicas para aquellos pacientes que pierden el empleo y tienen dificultades para mantener sus gastos. Entre los esfuerzos para mitigar el impacto causado por el cáncer, el internista destaca también los trabajos realizados hasta la regulación del derecho al olvido oncológico, para que los supervivientes de cáncer dejen de ser discriminados al pedir préstamos y seguros.

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Molina Boix, quien colgó la bata de médico en febrero de 2015 tras más de 42 años de servicio a la sanidad pública en La Arrixaca y fue también director general de Salud Pública en la Consejería de Sanidad en la etapa en la que Encarna Guillén estuvo al frente de este departamento autonómico, no tiene aún una fecha cerrada para su retirada de la presidencia, pero sí un propósito claro para el día siguiente a su salida: ser uno más de los 800 voluntarios que integran la asociación.

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