Los metales pesados del fondo del Mar Menor exceden los límites internacionales
La abundancia de restos de la minería acumulados en el sedimento marino es más elevada que la de otras lagunas cerradas del mundo
El Mar Menor lleva siglos siendo el final del camino de los arrastres cargados de metales pesados procedentes de la actividad minera que se ... desarrolló en la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, sobre todo entre finales del siglo XIX y casi todo el XX. Varias ramblas que nacen en este enclave explotado por la antigua industria extractiva desembocan en la cubeta sur de la laguna, dejando en ella un poso de sedimentos contaminados por plomo, mercurio, arsénico, cobre, zinc o plata. La expansión urbana de las últimas décadas también ha sido fuente de estas concentraciones de elementos químicos. El recorrido temporal de estos restos mineros en la laguna ha sido objeto de estudio los últimos años por parte de organismos como la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) o la Universidad Politécnica de Cartagena, en el marco del proyecto Opal sobre el estudio de las entradas de nutrientes, metales y contaminantes originados por la actividad humana en el Mar Menor.
Estos trabajos concluyen que las concentraciones de metales superan los indicadores globales de calidad para los sedimentos del fondo marino. Los seis metales estudiados tienen una concentración que en algunos casos son de 3 o 4 veces superior a los indicadores de calidad de referencia, pero en otros llega a haber 10, 15 o 20 veces más de lo recomendado, sobre todo en el sur. A esto se suma que los niveles detectados son más elevados que la mayoría de las lagunas costeras cerradas de todo el mundo. Los registros obtenidos se compararon con directrices científicas que sirven como «valores de referencia» para los organismos internacionales, y los resultados muestran que, incluso en sedimentos superficiales generados en épocas recientes, «sigue habiendo concentraciones bastante elevadas», explica a este periódico Irene Alorda Montiel, investigadora del departamento de Física de la UAB.
Los límites fijados se diferencian por el riesgo que representan los metales sobre el fondo marino y la comunidad biológica del entorno. En este punto, las concentraciones mineras de plomo, mercurio, cobre, arsénico y zinc pueden desencadenar una respuesta tóxica de los organismos marinos. Los niveles establecidos en esas directrices marcan concentraciones para el plomo de 112 partes por millón (ppm), mientras que en la laguna se registra una media que se acerca a las 2.000 ppm en el sur de la laguna, aunque también sobrepasa los valores en el centro y en el norte. Para el caso del zinc igual, con un tope de 271 ppm en los estándares internacionales, mientras que en los sedimentos del Mar Menor está por encima de 1.500 ppm. Lo mismo ocurre con el arsénico (con 60 ppm cuando tendría que estar por debajo de 20) o el cobre, que llega a duplicar sus niveles en el norte de la laguna con respecto a dichas directrices.

Concentraciones de metales
pesados en los sedimentos
del Mar Menor durante
el último siglo
Concentración (masa(g)/m2)
Plomo
Mercurio
≤ 60
60-80
80-100
100-130
130-150
150-180
>180
≤12
12-16
16-20
Arsénico
Cobre
≤ 2,3
2,3-2,9
2,9-3,5
3,5-4,1
4,1-4,7
>4,7
≤ 2,3
2,3-3,4
3,4-4,4
Zinc
Plata
≤ 102
102-140
140-180
180-230
>230
≤ 0,082
0,082-0,13
Mercurio
>180
≤12
12-16
16-20
20-24
24-28
>28
Cobre
≤ 2,3
2,3-3,4
3,4-4,4
>4,4
Plata
≤ 0,082
0,082-0,13
0,13-0,19
0,19-0,24
>0,24
Fuente: UAB / proyecto OPAL

Concentraciones de metales pesados en los
sedimentos del Mar Menor durante el último siglo
Concentración (masa(g)/m2)
Fuente: UAB / proyecto OPAL
Plomo
Mercurio
≤ 60
60-80
80-100
100-130
130-150
150-180
>180
≤12
12-16
16-20
20-24
24-28
>28
Arsénico
Cobre
≤ 2,3
2,3-2,9
2,9-3,5
3,5-4,1
4,1-4,7
>4,7
≤ 2,3
2,3-3,4
3,4-4,4
>4,4
Zinc
Plata
≤ 102
102-140
140-180
180-230
>230
≤ 0,082
0,082-0,13
0,13-0,19
0,19-0,24
>0,24

Concentraciones de metales pesados en los sedimentos del Mar Menor durante el último siglo
Concentración (masa(g)/m2)
Fuente: UAB / proyecto OPAL
Zinc
Plomo
Mercurio
≤ 102
102-140
140-180
180-230
>230
≤ 60
60-80
80-100
100-130
130-150
150-180
>180
≤12
12-16
16-20
20-24
24-28
>28
Plata
Arsénico
Arsénico
Cobre
Cobre
≤ 2,3
2,3-2,9
2,3-2,9
2,9-3,5
2,9-3,5
3,5-4,1
3,5-4,1
4,1-4,7
4,1-4,7
>4,7
>4,7
≤ 2,3
2,3-3,4
2,3-3,4
3,4-4,4
3,4-4,4
>4,4
>4,4
≤ 0,082
0,082-0,13
0,13-0,19
0,19-0,24
>0,24
≤ 2,3
≤ 2,3
Sin embargo, Alorda recuerda que la mayoría de las especies de la laguna muestran «una bioconcentración general relativamente baja» de estos elementos y, además, los sedimentos «están reteniendo de forma bastante efectiva estos metales y no estamos viendo consecuencias muy impactantes en la red trófica de la laguna». La investigadora advierte, eso sí, de que «las concentraciones tan altas podrían tener efectos negativos en la biota» si hay una alteración en la capacidad de absorción y retención de estas sustancias químicas. «Los cambios en las condiciones de la laguna podrían alterar esta situación y promover la movilidad» de los metales, algo que se produciría con el incremento de los efectos del cambio climático sobre la laguna o con más episodios de eutrofización: «Podrían aumentar el riesgo de resuspensión de sedimentos contaminados acumulados históricamente».
Umbrales de toxicidad
El trabajo, recogido en un artículo científico que se suma a los resultados del proyecto Opal, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, concluye que el desarrollo de la minería en la sierra de Cartagena y La Unión propició el enriquecimiento de «los sedimentos de la laguna con metales pesados en concentraciones que superan los umbrales de toxicidad y, en general, son superiores a los valores reportados en otros ecosistemas marinos costeros cerrados afectados por contaminación metálica». La investigadora de Barcelona apunta al problema de la removilización «de los sedimentos más antiguos, ya que sabemos que tienen concentraciones muy elevadas de metales».
Pese a ello, desde el pico de producción minera en el siglo XX hasta ahora, esos niveles han descendido, aunque hasta la laguna siguen llegando metales por ramblas o arrastres, un problema al que se está tratando de poner solución con la restauración de ramblas y la cuenca sur de la laguna. «Estos trabajos son totalmente adecuados y son importantes. De culminarse, yo esperaría que siguieran bajando los niveles», subraya la científica catalana.
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La investigación también determina que el Mar Menor «presenta concentraciones notablemente altas en comparación con otros valores reportados en lagunas dentro de la región mediterránea y a escala global». Los niveles de plomo superan a los de la laguna de Venecia, mientras que por cobre tiene registros similares a la de Berre (Francia), que está afectada por la industria, o a la de Naukaumi (Japón), influida por la minería cercana. La concentración máxima de plata fue dos veces mayor en la albufera murciana que en la laguna costera del Vístula (entre Rusia y Polonia). Los cálculos de acumulaciones de metales en el fondo se realizaron a partir de las concentraciones medidas, la masa del sedimento y la datación temporal del mismo.
Otras fuentes
Aunque la minería ha contribuido de forma importante a la contaminación por metales del Mar Menor, no es la única fuente que se debe tener en cuenta. En las últimas décadas, la expansión urbana en el litoral marmenorense ha trasladado hasta sus aguas concentraciones de cobre asociadas a las pinturas antiincrustantes, especialmente cerca de «los grandes puertos de Lo Pagán y La Manga». «Otras fuentes de metales en los sectores central y sur [de la laguna] podrían incluir la aplicación de fertilizantes, que puede desencadenar la removilización de metales en los suelos debido a la acidificación», remarcan los expertos en el estudio. Las aguas residuales también han aportado mercurio o arsénico, señalan.
Las altas concentraciones en los sedimentos más recientes hacen pensar a los investigadores que estas podrían estar relacionadas con «fuentes no mineras», especialmente en la cubeta norte. Su proximidad a grandes centros de población, como San Pedro del Pinatar y San Javier, «puede contribuir a la contaminación por mercurio debido a amplias fuentes antropogénicas». Apuntan a la presencia del aeropuerto militar de San Javier o a la planta de tratamiento de agua en San Javier como infraestructuras relacionadas con las emisiones de mercurio, aunque también señalan los residuos agrícolas.
Dos proyectos de vanguardia para radiografiar la zona
Los proyectos Opal y Winders, coordinados desde el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la UAB, llevan desde hace años tratando de comprender los impactos que se han originado en torno al Mar Menor, cómo funciona la laguna, su cuenca y el acuífero, qué vías de entrada hay para saber cómo se transportan los nutrientes y contaminantes que llegan a sus aguas, etc. En este trabajo, también está inmersa la Politécnica de Cartagena. Ambos proyectos combinan la aplicación de trazadores radiactivos y estables, modelización, evaluaciones microbiológicas y métodos geofísicos.
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