Medallas y lágrimas hasta el más allá
Los premios a título póstumo a José Molina, José María Falgas y Francisco Marín dieron más emoción a un acto que recuperó el público
Le quedaba un poquito grande la mascarilla a María José Egea, auxiliar de clínica y miembro de la Asociación para Personas con Síndrome de ... Down (Assido), encargada de agradecer el reconocimiento de los ciudadanos de la Región en nombre de todos los galardonados. Y se quedó pequeño su auditorio, pequeñísimo, para el aplauso enorme que levantó María José tras un discurso que puso a todos los asistentes en pie, en este caso sin excepción. Tuvo que bajarse la mascarilla María José al apearse del escenario para beber agua, recuperar el aliento y secarse las lágrimas que le había provocado el momentazo. Esa atronadora ovación también era una interminable salva de aplausos dedicada a la propia Assido, que recibió la Medalla de Oro de manos de su presidente, Víctor Martínez. También para el teniente coronel Francisco Marín, cuya viuda recogió el diploma de Servicios Distinguidos a la Comunidad Autónoma a título póstumo. Cargada de entereza y cortesía, Nerea Pérez fue una de las primeras en abandonar el pabellón Príncipe de Asturias al finalizar el acto institucional, saliendo arropada por los suyos, con la única misión de reencontrarse con su hijo.
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El recuerdo y el homenaje a ilustres hijos de la Región que fallecieron en los últimos meses estuvo muy presente en este 9-J. También en el caso de las Medallas de Oro entregadas a título póstumo al célebre pintor José María Falgas y al expresidente del Consejo de la Transparencia de la Región de Murcia, José Molina. Solo dos de las 1.604 víctimas mortales que se ha cobrado hasta ahora la Covid-19 en la Región de Murcia. La hija del genial artista, María Luisa Falgas, relataba el «orgullo» y la «ilusión» que la familia experimentaba ayer por un reconocimiento de este calibre. Premios que «también le llegaron en vida».
«Para ti, mamá»
Otra familia que sentía un «orgullo tremendo» era la de José Molina. Las flexibilizaciones de las restricciones sanitarias provocadas por la pandemia permitieron ayer recuperar la presencia del público en el acto institucional del Día de la Región. Casi un centenar de personas se dieron cita en el pabellón entre premiados, políticos, invitados y el habitual enjambre de asesores y personal de los medios de comunicación. Así que allí se plantaron los tres hijos de Molina –Belén, Juan y Pilar– acompañando a la viuda del expresidente del Consejo de la Transparencia, María Teresa Jordana. Fue ella fue quien se llevó colgando del pecho la Medalla de Oro a título póstumo concedida a su esposo, aunque la encargada de recoger el galardón fue Pilar. «Para ti, mamá», traspasó 'poderes' la hija nada más reencontrarse con la familia entre la multitud de autoridades e invitados.
Los premiados tuvieron que autoimponerse las medallas por la normativa sanitaria establecida por la pandemia
La Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia también recibió la Medalla de Oro al cumplirse 50 años de su creación. Recogió el galardón el decano de la misma, Juan Samuel Baixauli, representando a todos esos profesionales formados en esa facultad y que «hoy son protagonistas indiscutibles en el desarrollo de la Región de Murcia», tal y como recordó el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras. El otro diploma de Servicios Distinguidos recayó en la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur), que fue reconocida por sus 25 años de creación de empleo y riqueza, «incluso en los momentos más difíciles». Su presidente, José María Tortosa, fue el encargado de recoger el galardón.
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