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La primera en regresar ayer a lo más alto de la torre fue la que lleva por nombre 'San Antonio'. Con 264 kilos de ... peso, la mandó fundir Luis Fajardo, marqués de los Vélez y conde de Luna. Data del año 1609, siendo la más antigua de la iglesia de San Antonio de Padua, de Mazarrón, y contiene la siguiente epigrafía: 'Cristo vence, Cristo reina, Cristo nos defienda de todo mal'. Dos grandes grúas fueron necesarias para devolver al edificio religioso su conjunto de seis bronces, que resumen cuatro siglos de historia. A los cinco que ya contaba el templo se ha unido ahora otro más, 'Santa Raquel', realizado en los talleres Hermanos Portilla (Cantabria) y sufragado por el párroco Antonio José Martínez Lázaro, y su familia, en memoria de su hermana fallecida. Del año 1788 es la campana 'Sagrada Familia' (46 kilos); las otras tres datan del siglo XX.
La vuelta de estos instrumentos de metal sirve casi de colofón a las obras de rehabilitación integral acometidas en el inmueble parroquial, bajo la dirección de Juan de Dios de la Hoz, el mismo arquitecto que ha rehabilitado el inmafronte de la Catedral de Murcia. El proyecto ha consistido en un acondicionamiento general del edificio y en la recuperación de su fisonomía original, con una inversión sufragada por el Ayuntamiento y la Diócesis. De esta forma, el pueblo recupera su templo principal, en pleno centro histórico y flanqueado por el castillo de los Vélez y por las modernistas Casas Consistoriales, que lleva una década cerrado al culto debido a daños estructurales y humedades.
La colocación de las seis campanas se llevó a cabo sin incidencias, explica a este diario José Antonio Sánchez, director comercial de la empresa Tradición en relojes y campanas, con sede en Puente Tocinos (Murcia), que se ha encargado de devolverle sus sonidos originales. Sin embargo, de momento el campanario seguirá mudo, porque todavía no se dispone de la instalación eléctrica para hacerlas tañer.
Los trabajos han consistido en una limpieza del metal a base de chorro de arena y pulido; también estrenan yugos realizados con madera de doussié, siguiendo un diseño rescatado gracias a antiguas ilustraciones. Las campanas de San Antonio de Padua llegan así al primer cuarto del siglo XXI manteniendo su sonoridad y cadencia originales, pero, a la vez, mecanizadas y equipadas con tecnología digital. Un sistema informático facilitará que el sacerdote pueda controlar las campanas desde el móvil, programando cuándo y cómo van a doblar. El montaje lleva incluida la instalación de una reloj en el campanario, como había antaño, cuyas horas también marcarán estos instrumentos de metal.
Las campanas están equipadas con electromazos para los toques diarios (la oración del ángelus, las llamadas a misa y el tañido de difuntos), pero también podrán ser volteadas en las festividades y ceremonias más solemnes. El templo mazarronero dedicado al santo franciscano es una fundación de la poderosa familia Fajardo, que ostentó el Marquesado de los Vélez. La saga levantó este edificio religioso (y su casa-fuerte) a finales del siglo XV con motivo de su llegada a la población para explotar las canteras de alumbre. Posteriormente, el templo se amplió gracias a las aportaciones y el empuje de otros linajes de renombre de la villa.
En sus dos iglesias principales, Mazarrón cuenta con un destacado juego de campanas. Las más antiguas se localizan en el vecino templo de San Andrés Apóstol. Fueron fundidas en los años 1530 ('María', de 182 kilos) y 1532 ('San Andrés', de 275 kilos), con el impulso del marqués de Villena.
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