Marcos Lanzón: «El uso de material combustible en los edificios crece y es preocupante»

–Como experto en materiales, ¿qué reflexión puede hacer sobre el incendio de Valencia y la rápida propagación del fuego?

–Genéricamente, no puedo decir qué ocasionó el incendio. Parecer ser que tiene que ver con una selección inadecuada de los materiales. Accidentes similares ya han sucedido en fachadas ventiladas o con una tipología similar. El problema de usar poliuretano y otros materiales en las fachadas es que son combustibles.

–En la Región de Murcia, ¿en qué tipo de edificios se suele emplear?

–No tengo estadísticas, porque mi especialidad es el tema de los materiales y su comportamiento. Pero estoy seguro de que los colegios profesionales tienen información del grado de uso de esas soluciones constructivas. Mi experiencia, por lo que veo en el día a día, es que, preocupantemente, se están imponiendo cada vez más por el exterior. A mis alumnos de Tercero de Arquitectura les suelo poner como ejemplo la torre Grenfell de Londres, que se incendió en 2017 con un mecanismo muy similar al que hemos visto en Valencia. Ese tipo de accidentes se resolvería fácilmente utilizando materiales de naturaleza inorgánica, no necesariamente ladrillo visto. Se puede ser creativo y aplicar una solución constructiva que funcione bien y que sea segura, totalmente incombustible.

–¿Por qué se emplean entonces materiales combustibles? ¿Por sus propiedades como aislante térmico, su bajo coste...?

–En cada caso, las razones las sabrán las personas que tomen las decisiones. Supongo que predominarán las razones económicas, funcionales y de disponibilidad en el mercado. También pueden tener importancia las estéticas o decorativas, porque la misma placa no se fabrica con las mismas terminaciones, texturas y colores y se sacrifica la parte técnica. Incluso se pueden dar todas estas opciones simultáneamente. Lo ideal es poner un material lo más seguro posible.

–¿Qué destacaría sobre las indicaciones que recoge el Código Técnico de Edificación?

–Es un documento bastante complejo, pero sí existe una clasificación del comportamiento de los materiales frente al fuego. El cliente, entendido como la persona que está en el proyecto arquitectónico y de ingeniería que recibe y que instala esos materiales, puede ver la información del fabricante. Además de la calidad, que es un elemento fundamental, en accidentes como el de Valencia hay que tener en cuenta la confluencia de factores. En este caso, parece que ha tenido incidencia el viento. A falta del resultado de la investigación, materiales como el poliuretano y el poliestireno, tanto expandido como extruido, generan gotas calientes. Esas gotas incandescentes son un foco muy peligroso de propagación del fuego por el interior, al tocar cortinas, sofás o muebles. Y el viento hace que el fuego se siga propagando. Al margen de la selección correcta o no de los materiales, a veces los daños aumentan por factores como el viento y las altas temperaturas.

–¿Qué soluciones se podrían adoptar en los inmuebles con problemas en el uso de los materiales, la ejecución de las obras o el mantenimiento?

–No soy especialista en construcción, pero, desde mi humilde punto de vista, si yo fuera el organismo competente, llámese Colegio o Ayuntamiento, lo primero que se me ocurriría es ver qué edificios de la Región tienen características similares al de Valencia, por si es precisa la sustitución de materiales. Sería costoso, pero desde luego menos que las vidas humanas.