La alta temperatura del Mar Menor eleva el riesgo de una nueva crisis ecológica
Los 30,7 grados y la mayor entrada de nutrientes por las lluvias de marzo ponen en alerta a los científicos | «Nunca antes» se había registrado un aumento tan brusco, con 1,2 grados más que el año pasado
El Mar Menor afronta el verano en un «equilibrio delicado e inestable», una definición que le ha acompañado durante los últimos años pero que este ... viene marcado por un adelanto del calentamiento de sus aguas, lo que supone un factor de riesgo en una temporada de alta presión para el ecosistema.
Las altas temperaturas de hasta 30,74 grados registradas la semana pasada, unido a una mayor entrada de nutrientes en primavera como consecuencia de las lluvias y la recarga del nivel freático del acuífero del Campo de Cartagena, son los dos puntos clave que marcarán el devenir de la laguna salada en los próximos meses. «Llevamos tres años sin riesgo significativo de hipoxia (falta de oxígeno); pero con un verano tan atípico y con temperaturas tan raras, no conviene bajar la guardia».

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Temperatura del agua
Comparativa 2024- 2025
Julio 2025
30,74ºC
10
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Ene. 2024
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27,32ºC
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06/03
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04/06
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02/06

Temperatura del agua
Julio 2025
30,74ºC
Comparativa 2024- 2025
32,5
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2024
2025
04/06
02/06
El catedrático de Ecología y presidente del Comité Científico del Mar Menor, Ángel Pérez Ruzafa, ofreció este martes su análisis anual sobre cómo se encuentra de salud del Mar Menor. Después de tres años sin incidencias graves, las intensas precipitaciones de marzo, con picos de entrada por la rambla del Albujón de hasta 400.000 m3/segundo, han concentrado el trabajo de los científicos que lo monitorizan.
Los nitratos asociados a la actividad agrícola registraron cantidades de entrada de hasta 5.000 kilogramos por día, pero el «fósforo también tuvo una subida muy grande» en pleno incremento del caudal. Sin embargo, para el profesor de la Universidad de Murcia preocupa más el hecho de que exista «una tendencia a seguir entrando agua a pesar de que se va reduciendo» los aportes por la rambla, y todo porque el freático continúa «aportando agua».
Ahora, tras la primera ola de calor del verano, Ruzafa certificó que la situación de las temperaturas va a peor, ya que «nunca antes» se había registrado un adelanto tan brusco del calor en las aguas, que llega a tener una anomalía de 1,2 grados con respecto a la misma época del año pasado. «Llevamos una serie de 20 años donde van subiendo progresivamente, es uno de los factores preocupantes de este verano» por los efectos que pueda desencadenar sobre la demanda de oxígeno en el ecosistema o la proliferación de macroalgas.
Hasta 35 grados
«Hay localidades que están a 32 grados e incluso hemos llegado a registrar 35 grados en zonas muy someras, muy calmadas, donde el agua quema». Y esto, señaló el catedrático, es «un efecto del cambio climático» con pocas soluciones: «Está claro que los organismos tendrán que ir adaptándose y el Mar Menor irá encontrando sus mecanismos».
El equipo científico de Ruzafa también ha evaluado factores como la salinidad, cuyos registros están dos puntos por debajo tras las buenas concentraciones del pasado verano. Es un «factor de riesgo», incidió, «pero afortunadamente todavía no ha caído a niveles de 2016».
El oxígeno ha mantenido unos márgenes muy buenos, tanto en superficie como en el fondo, «y esto es buena noticia». Los valores más bajos que registraron tras el periodo de lluvias, cuando la saturación de oxígeno «bajó mucho, por encima del 95%». Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente remarcaron ayer que el oxígeno es un parámetro que cambia a lo largo del día, «ya que refleja el efecto de la fotosíntesis». Ahora mismo «no hay ninguna zona problemática», explicaron, aunque «es evidente que no es homogéneo en todo el Mar Menor y que, en la zona someras, al ser la temperatura mayor, la concentración de oxígeno máxima es más baja».
El profesor puso buena nota a otros factores como la transparencia, la turbidez o la presencia de clorofila en las aguas, cuyas concentraciones, «que proliferan por la presencia de nutrientes», terminan siendo controladas por la red trófica de la laguna. «Afortunadamente los valores son bajos», pese a los picos registrados en primavera por las lluvias en el entorno del Albujón.
Nitratos y fosfatos
El vertido directo de nutrientes por la rambla con más caudal de la cuenca ha dejado de ser la única vía de entrada de estos compuestos a la laguna. El investigador remarcó que con la recarga del acuífero y la conexión de este con la laguna, estos compuestos afloraron por varios puntos de la ribera interna, algo que parece haberse convertido en una tónica habitual los últimos años en el litoral cartagenero que mira al Mar Menor. Afortunadamente, la evolución en primavera ha sido razonablemente buena; es decir, ahora mismo las concentraciones de nitratos siguen entrando por la rambla de Albujón pero están bajas y eso es, lo que de momento, puede ser una garantía de cara al verano, dentro de los riesgos».
Pero Ruzafa incidió en el problema que supone la presión del freático sobre las poblaciones que no están conectadas a la red de saneamiento o cuyos colectores tienen averías, nombrando específicamente a los primeros kilómetros de La Manga. Esto deriva en una mayor presencia de fosfatos de origen urbano: «De alguna manera ese trabajo de cuidar la red de saneamiento hay que mantenerlo sistemáticamente».
El catedrático explicó que la laguna está entrando en una dinámica similar a la del verano pasado, con una menor presencia de nitratos en el agua y una relación con el fósforo que provoca una bajada del nivel de saturación en el agua.
Informes del Imida
Los parámetros analizados por el grupo de investigadores de la Universidad de Murcia también son estudiados por el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (Imida), cuyos informes se publicaban hasta abril de este año en la web de CanalMarMenor. La Consejería de Medio Ambiente no seguirá, sin embargo, ofreciendo esos documentos de forma pública en el portal digital, en los cuales se detallaban de forma técnica los niveles de oxígeno, temperatura o clorofila, entre otros, en los distintos puntos de muestreo habilitados.
Ahora, según argumentaron desde este departamento, «los informes de detalle del Imida se pasan al Comite Cientifico [del Mar Menor] desde que se creó», ya que se hicieron con «carácter científico, y no divulgativo».
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El control de las medusas en las playas vuelve a enfrentar a las administraciones
Las proliferaciones de medusas en el Mar Menor han llegado este verano con retraso. Las altas temperaturas han influido estos últimos meses, al no haberse registrado cambios bruscos en este sentido, un factor que determina la aparición de más ejemplares. La medusa 'huevo frito' ya tiene mayor presencia en la cubeta norte, de ahí que la Consejería de Medio Ambiente autorizara la instalación de redes en cuatro playas de San Pedro y La Manga.
El catedrático Pérez Ruzafa, partidario de no instalar estos sistemas de retención, señaló ayer que en las próximas semanas podría haber más medusas, pero, si no hay más eventos de eclosión, las que hay se dispersarán por el Mar Menor y «la densidad no será muy alta». «Para que los problemas con el oxígeno no sean graves, es conveniente que no haya barreras» y se permita circular el agua.
Sin embargo, el alcalde de Los Alcázares, Mario Pérez, mostró su enfado por la decisión de no adoptar la misma medida en las playas de su municipio. «Entendíamos que había una alternativa que fuera capaz de garantizar el baño seguro y, a la vez, la protección y el equilibrio del Mar Menor», señaló. La Demarcación de Costas autorizó recientemente a la Consejería a poder instalar las redes en 43 kilómetros de playas del Mar Menor en caso de que fuera necesario y con condicionantes ambientales. El Ayuntamiento de San Javier, por su parte, ya demandó la instalación de las redes al inicio del verano y no a mitad de julio, y en más playas de la laguna.
Medio Ambiente, por su parte, dice que esta medida se lleva a cabo «de manera muy limitada y selectiva» y que los ayuntamientos, pese a esto, «pueden proceder a su instalación solicitando las autorizaciones pertinentes, ya que tienen competencias para ello».
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Ruzafa resta valor al premio de la ONU si no hay medidas
El análisis de los factores contaminantes de la laguna llevó al catedrático Pérez Ruzafa a demandar lo que lleva años pidiendo: rebajar el nivel freático del acuífero. «Todas las medidas en la cuenta vertiente son buenas, son necesarias. Hay cosas que se están haciendo muy bien y están funcionando, como la propia retirada biomasa. Pero son soluciones para mantener sana la herida, para mantener el Mar Menor con integridad ecológica, para reducir las cargas, pero no son la solución del problema». El catedrático insistió en la necesidad de restar a ese nivel de la masa de agua subterránea un metro y medio.
Ruzafa, incluso, restó valor a que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) premiara el plan de recuperación del Mar Menor que lidera el Ministerio para la Transición Ecológica como Iniciativa Emblemática de Restauración Mundial. «De poco puede servir que nos digan en la ONU que los planes son perfectos si el sistema se nos rompe por no hacer lo que de verdad es importante. Y tener infraestructuras de gestión es esencial». Añadió que «si no tenemos capacidad de regular el agua hay que sacar, de procesar, de que se aproveche, pues estaremos a expensas de que un año que llueva nos deje con la espada de Damocles y de que el sistema se nos puede ir en cualquier momento, con las consecuencias que eso tiene».
El consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, Juan María Vázquez, se explicó en la misma línea que el científico: « Lo que rubrica el informe es la urgente necesidad de actuar sobre el origen del problema de la entrada en zonas concretas de altas concentraciones de nutrientes: el control del nivel freático y la gestión del acuífero cuaternario». En este sentido, Vázquez volvió a insistir en la necesidad de «reducir la entrada de nutrientes tanto en aguas superficiales».
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