Lucro cesante, el colmo para el aeropuerto
BITÁCORA ·
Aeromur pretendía ser indemnizada por el beneficio futuro de un negocio que ella misma consideró ruinosoLa constructora Sacyr y los socios de la antigua Aeromur se pasaron cuatro pueblos exigiendo a las arcas autonómicas la desorbitada cantidad de 518 millones ... de euros por la liquidación del contrato del aeropuerto de Corvera, más intereses. Ahora, el TSJ ha desestimado tal petición, que incluía nada menos que 224,8 millones de euros de indemnización por lucro cesante, es decir, los beneficios futuros dejados de percibir por la explotación del aeropuerto. No cabe duda de que esta infraestructura es una fuente inagotable de despropósitos.
El Gobierno regional del PP adjudicó en 2007 la concesión a Sacyr, entonces presidida por Luis del Rivero, y sus socios murcianos (originariamente CAM, Cajamurcia, Grupo Fuertes, Cementos La Cruz, Grupo Monthisa e Inocsa), y el contrato firmado al año siguiente se pactó con un precio no revisable de 172,8 millones de euros; un plazo de construcción de 21 meses, y otros tres de fase de pruebas para la puesta en funcionamiento del aeropuerto. Nada de eso se cumplió.
Sacyr, socio mayoritario, construyó las instalaciones
Año y medio después, el grupo empresarial no aportó la financiación a la que se había comprometido y las arcas autonómicas tuvieron que acudir en su ayuda, con un aval de 200 millones de euros para poder acabar las obras, el cual se ejecutó y se está pagando a costa del bolsillo de los murcianos. La Comunidad Autónoma reclamó a Aeromur dicho préstamo, pero ni flores. Sumado a esto, el consorcio tampoco abonó las expropiaciones de los terrenos, cuyo pago también recae en las arcas públicas, así como los accesos que hubo que construir. Más todavía: la construcción del aeropuerto estuvo a cargo de Sacyr, el socio mayoritario. (Yo me lo guiso y yo me lo como). Es decir, quien ingresó dinero en este desaguisado financiero fue la constructora de Sacyr, empresa que reclamó después 518 millones por la liquidación del contrato que fue rescindido en 2015.
Son varios botones de muestra del desastroso negocio que hizo el Gobierno regional con este aeropuerto nacido en la etapa de Valcárcel. Resumiendo: Aeromur incumplió el contrato, no puso la financiación necesaria para finalizar las obras, no devolvió el préstamo avalado por 200 millones (182 en la práctica), no pagó las expropiaciones de terrenos; no abrió el aeropuerto, dijo que el negocio no era viable por la crisis económica de 2008, y encima el socio principal cobró por la construcción de las instalaciones...
Un varapalo en toda regla de los magistrados del TSJ
Lo más llamativo de la sentencia de la Sala Primera de lo Contencioso Administrativo del TSJ es el varapalo que le propina a la antigua concesionaria por su reclamación del lucro cesante. ¿Cómo puede pedir 224,8 millones por beneficios futuros si fue la misma mercantil la que advirtió, en un recurso anterior ante dicho tribunal, que el negocio era inviable y estaba abocado al colapso financiero? Los magistrados se sorprenden por esta contradicción, a la vez que rechazan de plano que pueda exigir semejante indemnización precisamente quien incumplió el contrato.
Cabe preguntarse qué habría hecho Aeromur en la actual crisis sanitaria y económica si estuviera a cargo del aeropuerto, con una actividad casi nula y acumulando números rojos. ¿Lo habría cerrado? ¿Habría exigido al Gobierno regional que cubriera las pérdidas? El aeropuerto sigue dando sablazos al bolsillo de los murcianos, ya que la Comunidad ha tenido que abonar a Aena 2,5 millones por las pérdidas del primer estado de alarma. La pandemia ha provocado un impacto negativo de 47,5 millones por el deterioro de activos, y se va a modificar el contrato para suavizar el canon por pasajero, con lo cual la Comunidad tardará más tiempo en recuperar todo el dinero metido en un pozo sin fondo. Lo dicho, un 'negocio redondo'.
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