La llegada de menores inmigrantes en pateras desborda la red de centros de acogida

La oleada de pateras que han arribado a las costas de la Región en los últimos días, varias de ellas con decenas de niños y adolescentes, ha desbordado la capacidad de la red de acogida que dispone la Región para atender a los menores inmigrantes no acompañados ('menas'). La Comunidad Autónoma cuenta con dos instalaciones para prestar este tipo de asistencia: el centro de primera acogida de El Ral, en Alhama de Murcia, y el Rosa Peñas, en la pedanía murciana de Santa Cruz. Estos establecimientos, que dependen de la Dirección General de Familias y Protección de Menores, tienen capacidad para 115 niños, pero ya albergan a más de 120.

Según los datos facilitados ayer por la Consejería de Política Social, las dependencias de Alhama pueden atender a 43 niños, pero ya hay alojados 52, mientras que en Santa Cruz se presta asistencia a 72 menores extranjeros no acompañados. Esta situación llevó a la vicepresidenta y consejera de Familias y Política Social, Isabel Franco, a pedir responsabilidades a la Delegación del Gobierno en la Región, que dirige Francisco Jiménez. «Más allá de anuncios mediáticos, el Ejecutivo de la nación está mostrando su total incapacidad para hacer frente a una situación dramática, haciendo dejación de sus funciones y favoreciendo un 'efecto llamada' imposible de asumir por las administraciones locales y regional en Murcia y en otras comunidades autónomas», dijo Franco.

Fuentes de la Administración regional indicaron que, «a través de los contactos mantenidos con diversas organizaciones, se ha podido comprobar que la Delegación está dilatando la puesta en marcha de las medidas contempladas en la declaración de emergencia social para hacer frente a la situación actual».

En este sentido, Política Social exige al Gobierno de la nación que «asuma su responsabilidad sobre el control marítimo para evitar oleadas de pateras, en lugar de trasladar la responsabilidad a las autoridades locales o regionales, causando situaciones a las que no se puede hacer frente con los recursos de que se disponen».

El departamento que dirige Jiménez ha defendido en los últimos días que se está cumpliendo «escrupulosamente» con la ley por parte del Ministerio del Interior, y que se está haciendo «todo lo humanamente posible» para tratar a todos los inmigrantes llegados en pateras «con la máxima dignidad».