El Karateca: «Yo era el jefe de la organización»
Pedro S. G. reconoce en el juicio que era el cabecilla de una banda dedicada a la producción y tráfico de marihuana a gran escala, tras un acuerdo con la Fiscalía, así que él y los principales acusados asumirán penas mínimas
Pedro S. G., conocido como El Karateca, reconoció este miércoles en el macrojuicio que se celebra en la Ciudad de la Justicia de Murcia, que era el cabecilla de una banda que se dedicaba a la producción, elaboración y venta de marihuana a gran escala en la Región. También afirmó que el arsenal de armas hallado por la Policía en una vivienda, era de su propiedad, y que, junto a su pareja, alquiló varios inmuebles en distintas zonas de Murcia, como Churra y Sangonera la Seca, y municipios como Cehegín y Librilla, para el cultivo 'indoor' de marihuana. Para que la cosecha de plantas de droga prosperara, confesó que llevó a cabo enganches ilegales a las redes de fluido eléctrico.
— El Ministerio Fiscal le acusa de ser el jefe de una organización dedicada a la producción y tráfico de marihuana. ¿Usted se reconoce como el jefe?
—Me reconozco partícipe, pero no el jefe.
— Usted es muy libre de decir absolutamente lo que quiera o sea que…
— Bueno, sí, ya está. Soy el jefe de dicha organización.
De esta manera, El Karateca, reconoció al fiscal su liderazgo al frente del grupo organizado. La primera sesión del juicio se completó con la declaración de los otros 27 acusados y se despachó en poco más de una hora, tras el reconocimiento de los principales imputados de los delitos que les acusa el fiscal, entre ellos pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, tráfico de drogas, defraudación del fluido eléctrico y depósito de armas. Solo 8 de los 20 procesados declararon su inocencia. Desde la semana pasada sobrevolaba un acuerdo entre las partes para la asunción de la culpa a cambio de una rebaja sustancial de las condenas.
En esa negociación, los abogados de los principales inculpados, entre los que se encuentran reputados penalistas como Jorge Novella, Pablo Martínez, Evaristo Llanos y José María Caballero, pactaron una conformidad con el fiscal. Un reconocimiento de los delitos que les imputa el Ministerio Fiscal a cambio de una reducción de las penas, incluyendo atenuantes, como la de dilaciones indebidas.
El Karateca, que se sienta en el banquillo junto a su pareja y dos de sus hermanos, aseguró en su declaración que en la organización había otras personas que no se encontraban entre los acusados. «Los más pillos se han escapado», subrayó. Al mismo tiempo, exculpó a dos de los procesados al afirmar que no los conocía de nada. «No los he visto en mi vida», dijo mirándolos entre la veintena de acusados.
Él, por su parte, se enfrentaba a penas que suman más de 17 años de cárcel por delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico y depósito de armas, aunque todo apunta a que la condena podría quedar rebajada a 6 años y tres meses de prisión, en virtud del acuerdo de conformidad.
En ese caso, El Karateca, que se encuentra en libertad provisional, estuvo cuatro años en prisión por esta causa, por lo que, en el caso de que la pena se confirme, solo le quedarán dos años por cumplir en la cárcel.
Cultivos rotativos de marihuana
Según el escrito de acusación del fiscal, desde al menos 2015, El Karateca dirigía una organización dedicada a los cultivos rotativos de marihuana, que ocultaban en diferentes viviendas alquiladas por toda la Región, entre ellas Sangonera la Seca, Librilla, Alcantarilla, Churra y Cehegín, tal y como reconoció El Karateca a preguntas del fiscal. La banda, «dotada de importantes medios económicos y materiales», contaba presuntamente con un elevado número de miembros que desplegaban diversos roles y que actuaban de forma coordinada en las diferentes fases de crecimiento de las plantas.
La droga luego era trasladada a pisos de seguridad para darle salida. En uno de esos pisos, en la pedanía murciana de Puebla de Soto, la Policía incautó en abril de 2017 de más de doscientos kilos de aquella sustancia, que fueron valorados en 274.000 euros. También se encontraron seis escopetas, tres rifles, un fusil de asalto y más de un millar de cartuchos de distintos calibres, que Pedro. S. G. reconoció que eran suyas.
Las conclusiones provisionales señalan igualmente que en otro registro domiciliario fueron incautados casi 260 kilos de marihuana, valorados en el mercado negro en más de 342.000 euros.