Bleda reivindica con premios el éxito de sus vinos más singulares
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Suma tres medallas de oro (Pino Doncel Sauvignon Blanc, Pino Doncel Vintage y Amatus Dulce) y una plata (Castillo de Jumilla Monastrell-Tempranillo)S. Triguero
Jumilla
Jueves, 6 de junio 2024, 01:02
Bodegas Bleda cerró el Certamen de Vinos de Jumilla con tres medallas de oro y una de plata, un «balance enormemente satisfactorio, dado el nivel de competencia y calidad de los vinos presentados, y una muestra más de que el esfuerzo por parte de todos cuantos participan en el proceso de elaboración de nuestros vinos sigue dando óptimos resultados», aseguran desde la bodega, que entienden que este encuentro contribuye a difundir el reconocimiento a nivel mundial de la DOP Jumilla.
Dos de las medallas de oro obtenidas por Bodegas Bleda han ido para vinos menos conocidos de la gama 'Pino Doncel', como el blanco Pino Doncel Sauvignon Blanc, y un vino joven, el Pino Doncel Vintage.
La bodega valora muy positivamente el caso de Pino Doncel Sauvignon Blanc, ya que en otros certámenes esta categoría ha resultado desierta, y Bleda demuestra que con un gran esfuerzo colectivo se puede superar el prejuicio de que en Jumilla solo pueden hacerse buenos tintos. Este vino fue el primer 100% Sauvignon Blanc que se comercializó en la DO a partir de un viñedo que se encuentra a escasos 20 metros de la bodega. Se trata de una variedad que se ha adaptado sumamente bien al entorno, y su conocimiento permitirá seguir extrayendo de ella vinos más singulares y de mayor calidad.
Por su parte, Pino Doncel Vintage, es el joven de la gama, con base Monastrell y en coupage con las variedades Syrah y Merlot. Es un vino fresco, con una excelente intensidad aromática, sabroso y equilibrado que en nada desmerece a su hermano mayor más reconocido, Pino Doncel Black, como así ha demostrado esta edición del Certamen de Calidad. Este mismo vino fue medalla de oro en la Berliner Wein Trophy 2024.
El tercero de los oros ha sido para Amatus Dulce, (90 puntos en la Guía Peñín 2024). La medalla es muy especial, pues se engloba en una categoría de vinos únicos y distintivos de la DOP Jumilla, los Dulces de Monastrell, por los que la Denominación es conocida nacional e internacionalmente.
Por último, Castillo de Jumilla Monastrell-Tempranillo logró la medalla de plata. Su extensa trayectoria, desde los años 50 del pasado siglo, hace que la marca Castillo de Jumilla quizá sea la que mayor número de éxitos ha alcanzado y la que más tiempo, y en mayor cantidad, permanece en el mercado nacional e internacional. Bajo este nombre, Bleda elabora vinos jóvenes blancos, rosados, tintos, así como crianza y reserva.
Para la bodega, el éxito obtenido en las últimas décadas responde al acierto de mantener la estructura y carácter de sus vinos añada tras añada sin que pierdan la esencia propia y un carácter distintivo que permita reconocer a Pino Doncel, Castillo de Jumilla y Amatus. Resaltan la importancia del trabajo que se hace en bodega, ya que «es necesaria una planificación de elaboración que consiga adaptarse a la calidad de cada cosecha para potenciar las características de nuestra materia prima».
El siguiente paso es evolucionar al compás de los gustos de los consumidores, de ahí que la gama de productos de Bodegas Bleda abarque desde estilos más tradicionales como Castillo de Jumilla, hasta vinos más modernos que puedan satisfacer los gustos de todo tipo de paladares.
En los últimos años ha habido un creciente interés del mercado nacional por los productos de Bodegas Bleda, especialmente la gama Pino Doncel, que está teniendo una aceptación extraordinaria tanto por su clientela tradicional de exportación como por el consumidor local. «Nuestro reto es afianzar nuestras marcas dentro de ese sector caracterizado por un consumidor cada vez más experimentado y, por tanto, muy sensible a la calidad, que aprecie el mimo con que elaboramos nuestros vinos».
Bodegas Bleda se felicita por la gran calidad de la añada 2023, a pesar del contexto de sequía que asola la región, lo que demuestra la extraordinaria fortaleza y capacidad de supervivencia de la uva autóctona, la Monastrell. La situación se ha agravado en 2024, de ahí que se espere un episodio de lluvias que pueda dar un respiro a los cultivos.